Es cierto que en verano recorriendo algunas carreteras extremeñas hay zonas donde el suelo toma el color del polvo seco, lugares donde los carrascos,
las jaras, y las encinas despliegan sus sombras verde oliva y entre ellos se ven pastar vacas y algunas ovejas desvestidas de sus abrigos. Sin embargo, es cierto también que andando por esas carreteras de pronto surge el contraste, al ver los enormes embalses junto al dorado de las espigas que producen en el viajero una sensación de paz y hasta de pequeñez al ver tanta agua contenida, aguas oscuras en las profundidades y con toda la transparencia en sus orillas.
La Codosera, al oeste y al este, Peloche y Puerto peña
Los más de 21.000 km² de la provincia de Badajoz están salpicados de 12 zonas de baño que se reparten a lo largo y ancho de sus tierras, a los pies de castillos, a pocos kilómetros de los viñedos, bajo la mirada atenta de las aves. En el oeste, en La Codosera, hay una piscina natural que luce el bosque de alisos más grande de Europa y al este está Peloche, en Herrera del Duque, una coqueta playa de cemento y arena a los pies del pueblo y este a su vez a los pies del cerro esculpido de piedras en las alturas. Bebe de las mismas aguas del embalse de García Sola la playa de Puerto Peña, en Talarrubias, también con todos los servicios, sombras, duchas, un bonito restaurante y rodeada de mucho verde. A pocos kilómetros la presa frena la carrera del agua.
Costa Dulce en Orellana, la playa de interior con bandera azul
Más al sur se impone por su tamaño el embalse de Orellana, donde destaca la Costa Dulce, que durante nueve años luce una bandera azul que garantiza no solo la calidad de sus aguas, sino servicios y atractivos turísticos. No falta nada en esta playa, desde el puesto que vende flotadores y sombreros, pasando por un gran merendero que se llena de envases con tortillas, carne empanada o bocadillos a la hora de la comida y, como no, también hay restaurantes y chiringuitos con todo lo necesario. Servicios, duchas, mucha zona para extender la toalla y actividades en el agua para disfrutar en familia, con amigos y en pareja. Cuenta con senderos para recorrer y un puerto deportivo, que son novedad este año. En la otra orilla, la de Campanario, llamada Costa Alegre, un coqueto chiringuito recibe a los bañistas, tiene parking gratuito y una gran playa para disfrutar.
Zújar, Medellín y el río Búrdalo
Los pueblos de la provincia están distanciados entre sí, largas carreteras los unen, así en la EX103 en el embalse del Zújar surge en medio de una zona árida unas paredes de piedra que con grandes letras blancas indican la entrada a la Isla del Zújar, un agradable complejo que tiene zona de sombras y restaurantes y una bonita playa para el descanso.
El mismo río Zújar alimenta la playa de Villanueva de la Serena, llamada Entrerríos. Medellín también ofrece zona para el disfrute, así como la silueta de su enorme castillo y la grandeza de su teatro romano, que en verano acoge obras del Festival de Teatro de Mérida. A poco más de siete kilómetros de aquí encontramos Santa Amalia y su piscina en el río Búrdalo.
Proserpina y Alange, baños con Historia
Mérida y Alange ofrecen también sus playas a los visitantes, la de Mérida en Proserpina, cargada de 2000 años de historia, al lado de la Emérita Augusta romana y todo su patrimonio. Alange es un coqueto pueblo que surge en la carretera después de pasar sobre su impresionante represa: de un lado el agua inmensa y del otro, campos de cultivo en verde cuadrícula. En la playa de Alange destaca un pequeño puerto donde los navegantes preparan lo necesario para salir en sus barcos de vela, mientras los pescadores flotan en sus balsas en medio del agua con el sedal de la caña moviéndose en el fondo. En el pueblo, las termas son un oasis que recibe a los visitantes que buscan no solo salud sino también el placer de un lugar con encanto.
Al sur, la Presa Honda en la Rivera de Usagre ofrece una piscina natural para sus bañistas, muy cerca de localidades cargadas de Historia, como Llerena, Zafra y Casas de Reina. Cerca también de la Ermita del Ara, conocida como la Capilla Sixtina de Extremadura.
Bañarse en el embalse más grande de Europa Occidental, en Cheles
Si tomamos rumbo a Portugal encontraremos el lago transfronterizo de Alqueva. A poco más de cuatro kilómetros de Cheles, cerca de Olivenza, por una estrecha pero estupenda carretera llegamos a la orilla del embalse más grande de Europa Occidental. Un lugar con un encanto especial, la dehesa llega a los mismos pies del lago, que tiene césped en sus orillas y sombra y donde se pueden alquilar embarcaciones de pedales y realizar otras actividades organizadas. Bañándote es sus aguas puedes ver en la otra orilla, algunas vacas bebiendo o simplemente echadas contemplando el agua, las aves cantan en los árboles o vuelan contemplando a los niños en sus juegos.
El cielo es hermoso en toda Extremadura, pero aún más cuando cae la noche en alguna de estas playas alejadas de las grandes localidades. El atardecer es magia asegurada, el cielo parece que estuviera en el agua y en él brillan las estrellas construyendo un telón magnífico. Cierran así los días de verano, salpicados por el agua fresca de las playas pacenses.
Publicado en julio de 2018
Fotografías Andy Solé/planVE
Lee también:
1 comentarios
Es una faceta turística que seguro es estupenda. Me lo han contado buenos amigos y quisiera conocer esa zona. Es una maravillosa forma de pasar la canícula veraniega en laa cercanías de Badajoz, una Extremadura fresca y desconocida.