
Las cascadas que forma el agua de la garganta Las Nogaledas en su carrera al río Jerte ofrece uno de los más bellos espectáculos que puede presenciarse en el Valle del Jerte y en el norte de Extremadura: una sucesión de cascadas que no entrañan dificultad y permiten disfrutar de hermosas vistas en todas las épocas del año, pero especialmente en primavera cuando el deshielo envía un gran torrente.
La garganta Las Nogaledas desemboca en el río Jerte a la altura de la población de Navaconcejo, en el centro del valle. Para ver las cascadas solo hace falta cruzar el puente sobre el río en Navaconcejo y después tomar a la derecha y seguir la señales que indica el lugar. Hay sitio donde aparcar, muy cerca de la piscina natural que se utiliza en verano. Se sube una pequeña cuesta asfaltada e inmediatamente comienza el sendero en zigzag que lleva a las cascadas, una tras otra se van apareciendo ante nuestros ojos las caídas de agua, algunas de gran altura. En cada una de ellas se puede hacer un descanso y disfrutar, ver el paisaje cada vez a mayor altura, si coincide con la floración del cerezo las vistas parecen mágicas pues las montañas se ven blancas por las flores. Después de unas cinco cascadas se llega a la carretera Iryda y se puede seguir subiendo por la orilla de la garganta y disfrutar de más cascadas o bajar al punto de partida por la otra orilla de la rivera. Cada una de las cascadas tiene su encanto especial, por la anchura, la altura y la vegetación que la rodea, pero desde los inicios del recorrido el espectáculo del agua comienza con fuerza y belleza. Es un paseo fácil de realizar, pues el sendero tiene escalones de piedra y hasta barandas en algunos tramos.
La ruta de Las Nogaledas es circular, de cuatro kilómetros y de dificultad baja.
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