Las Hurdes ofrece siempre imágenes inolvidables. Sin embargo, la ruta entre El Gasco y el Chorro de La Meancera concentra varios de los encantos de esta comarca en poco más de dos kilómetros. Altas montañas, laderas de rocas que se deslizan y sostienen unas a otras, huertos diminutos ganados al abismo, aguas transparentes y sonoras. Linderos de poleo, cantueso, retamas y árboles que escalan las laderas.
Un paseo de ida y vuelta
La ruta se inicia en el pueblo de El Gasco, donde finaliza la carretera CC-63 desde Nuñomoral. Desde el propio pueblo se toma el sendero paralelo al río Malvellido. Allí comienza la caminata entre los huertos, dejando atrás la piscina natural que alegra los días de verano.
Una ruta para cualquier época del año
En primavera, los colores realzan el cuadro. Los vecinos se afanan en sus tierras sembrando pimientos, tomates, judías y se prestan a conversar sobre la promesa de su próxima cosecha, sobre la calidad del agua de su río–“la mejor del mundo” dicen—y así entre árboles se va estrechando el valle que lleva a la cascada.
El sendero es muy cómodo, un poco más de una hora entre ir y venir. Una pasarela salva los lugares más abruptos y aunque tiene algunas subidas que hacen que más de uno se detenga y pregunte a los que regresan si falta mucho, es un paseo fácil para todas las personas. Llama la atención las laderas de piedras, algunas enormes. Otras son láminas que se amontonan unas sobre otras y parece que van a precipitarse en cualquier momento.
Los senderistas caminan junto al río y lo ven jugar entre las rocas, en ocasiones salta y entonces las pequeñas caídas de agua aparecen a un lado y otro del recorrido. La cascada tarda en verse, está escondida en una profundidad de piedra y bosque verde. De pronto, así, sorpresiva y mágica como Las Hurdes, aparece ante nuestros ojos el chorro de la Meancera. Más de 100 metros de caída libre de un agua que choca contra las piedras, estalla entre ellas, se calma, se empoza y resurge para correr en busca del pueblo y de los tres meandros plateados que la esperan más abajo para hacer serpentear su magia.
El regreso es tranquilo y en bajada, las imágenes y sensaciones mientras tanto se van fijando en la memoria para acompañarnos en la vuelta.
Con esta ruta podemos tachar una más de la lista del Top Ten de cascadas del norte de Extremadura. Si por alguna razón, no puede subir hasta el chorro de La Meancera, solamente el paisaje de esta carretera hasta llegar a El Gasco ofrece hermosas imágenes, especialmente en otoño y primavera.
Publicado el 21 de abril de 2021
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