Search

Las esquinas dobladas del mapa

Lugares fuera de sitio, Premio Espasa 2018, el último libro de Sergio del Molino, autor de La –tan celébre– España vacía, arranca con una serie de afirmaciones que nos provocan, que nos molestan, que nos hacen sentir incómodos porque nos ponen en evidencia.La primera –quizá menos provocativa, aunque inquietante–, que la frontera, como línea precisa que limita de forma rotunda dónde acaba un país y dónde empieza otro, es una realidad reciente, con menos de un siglo de antigüedad en muchos casos, y que probablemente antes, antes de que las fronteras fueran una línea trazada con exactitud en un mapa, el mundo era más libre. La segunda, que la Europa nacida de la II Guerra Mundial se parece más al sueño de Hitler de lo que a todos nos gustaría pensar, en la medida en que logró que, como resultado del conflicto –pero también de otros conflictos que venían sucediéndose desde la primera Gran Guerra–, cada país fuese un contenedor preciso que encerrase, de forma separada, etnias, nacionalidades. La tercera –consecuencia en gran medida de las dos anteriores–, que la pretendida desaparición de fronteras en la Unión Europea no es tal, que lo que se ha producido, en realidad, es un desplazamiento de las fronteras hacia afuera, hacia los contornos de la Unión, de Europa, rodeada de una valla mucho más rígida e infranqueable que la que pretende construir Donald Trump en el límite con México y que separa de manera tajante a ciudadanos de primera de otros, los que pretenden entrar, a los que se niega incluso la posibilidad de enrolarse en equipos de regional preferente.

Lugares fuera de sitio, de Sergio del Molino, es una acertada mezcla de libro de viajes, periodismo de fondo y ensayo. De viajes porque el autor recorre en él lugares periféricos, fronterizos, peculiares –como Ceuta y Melilla, Olivenza y Rihonor, Andorra y Llívia, el Rincón de Ademuz y el Condado de Treviño–, y porque aunque faltan en él, en rigor, los hitos turísticos, la descripción de los monumentos que son seña de identidad de un lugar, sí que aparecen paisajes, conversaciones con los lugareños, experiencias gastronómicas y, sobre todo, la historia, con el propósito, siempre, de responder a un porqué, a las causas profundas de su extrema peculiaridad, todo ello contado con la agilidad, la soltura, del mejor periodismo, de un periodismo de fondo, atento no al titular ni a la noticia llamativa y pasajera, sino a una realidad perenne que es, en su inmóvil discreción, noticia constante, con la vista puesta en el trabajo de periodistas como Francisco Candel, Luis Carandell o Manu Leguineche. Por lo que al ensayo respecta, ese merodeo del autor, ese viaje por lugares fuera de plano, por –utilizando sus propias palabras– las esquinas dobladas del mapa o –aprovechando esta vez el texto de la portada– las fronteras insólitas de España, por lugares donde el propio concepto de la frontera es permeable y relativo, donde las identidades –nacionales, regionales o locales– se ponen en entredicho, es un intento de reflexionar por escrito sobre el propio concepto de identidad, sobre la propia idea de frontera, tratando de buscar, de pensar por escrito, con el problema de Cataluña de fondo, pero también con el de otras naciones y nacionalismos españoles, otras formas de identidad, de nacionalidad, menos rígidas, más porosas, menos excluyentes, que hagan posible ser español sin dejar de ser, al mismo tiempo, catalán, vasco, ecuatoriano o marroquí, buscando una solución, en definitiva, al cansino y secular problema de España.

A este respecto, Lugares fuera de sitio no llega a ninguna conclusión, no señala ningún punto de llegada, pero sí indica uno o varios caminos, uno de ellos, por cierto, muy próximo, cuando habla de Olivenza y destaca la capacidad de los oliventinos de ser inequívocamente españoles sin renunciar por ello a un pasado, el portugués, del que se sienten orgullosos y que son capaces de hacer presente manteniendo viva su otra lengua –la que en otro tiempo fue materna– o solicitando la doble nacionalidad portuguesa, un camino, una forma de pertenecer a un país menos orgullosa y apasionada pero sí, quizá, más civilizada, más libre y más sostenible, una promesa de futuro sobre la que nos hablará su autor, Sergio del Molino, en su visita al Aula de Literatura “José Antonio Gabriel y Galán” el martes 15 de enero, a las 20 horas, en la Sala Verdugo.

Estáis todos invitados.

Lugares fuera de sitio

Sergio del Molino

Espasa

19,90 euros

Publicado el 4 de enero de 2019

Texto de Juan Ramón Santos para su columna Con VE de libro

Con VE de libro columna de Juan RAmón Santos en planVE

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar

Talleres infantiles en el Birdcenter de Monfragüe

Torrejón el Rubio acoge del 17 al 19 de febrero ObservaFIO, programa…

Guía rápida para disfrutar la Feria del Libro de Plasencia

Del 4 al 8 de mayo se celebra la Feria del Libro…

Charla sobre el trabajo de los voluntarios

Ser solidario no cuesta nada, pero vale mucho. Entregarse al trabajo voluntario…

El Museo del Prado muestra en Mérida fotos de sus obras maestras

El Templo de Diana de Mérida acoge hasta el 15 de marzo
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de sus datos para estos propósitos. Ver preferencias | Más información    Más información
Privacidad