La arquitectura popular refleja una forma de vida que trasmite mucho de las personas que habitan en ese lugar. A pesar del boom de los 70 donde lo antiguo era sustituido por modernas construcciones, en el norte de Extremadura son numerosos los pueblos que conservan una arquitectura tradicional ligada a una identidad colectiva.
Algunos de estos pueblos han obtenido el título de conjunto histórico-artístico por mantener intactas sus calles, plazas, casas… Es el caso de Granadilla, Trevejo, Gata, Galisteo y un largo etcétera. Muchas otras localidades, dignas de esta denominación a pesar de no contar con ella, atesoran construcciones que merecen ser visitadas. Es el caso de Guijo de Granadilla.
En pleno corazón de la comarca de Tierras de Granadilla se ubica el pueblo que acogió al célebre poeta salmantino Gabriel y Galán. Con un total de 594 habitantes, Guijo de Granadilla ofrece al turista unas calles con bellas puertas de madera encajadas en dinteles y jambas de cantería. Las flores sobresalen de los rellanos y de los robustos balcones dándole un toque alegre a las casas. Los pozos al igual que los poyos son también característicos en la localidad, pues son varios los que se encuentran durante el itinerario. Otro componente de esta arquitectura son las rejerías de ventanas y balconadas, muestra de la minuciosa labor de los herreros de antaño, populares en todos los pueblos extremeños.
El edificio más emblemático se ubica en la Plaza de España o popularmente conocida como Plaza del Poeta, se trata de la casa donde vivió José María Gabriel y Galán, hoy convertida en museo. Una casa del siglo pasado donde se pueden admirar objetos personales del querido poeta y gran parte de mobiliario de la época, además de algunas de sus obras. La plaza, rodeada de elegantes casas, está presida por un busto del escritor cuyos restos descansan en una sofisticada tumba del cementerio de la aldea.
Entre los edificios religiosos destaca la iglesia de San Andrés con una importante pila bautismal de granito del siglo XVII, la ermita de El Cristu Benditu de la Misericordia, con un Santo Cristo clavado en la cruz del siglo XVI, y la ermita de Santa Ana que data del siglo XV.
Para continuar con la visita, a las afueras del pueblo se puede contemplar el curioso puente El Pontón (hoy sin funciones) sobre el río Alagón y unos kilómetros más adelante la monumental ciudad romana de Cáparra con su elegante arco sobre la Vía de la Plata. Se trata de un arco cuadrifronte único en su género en la península Ibérica.
La última parada tendrá lugar en el poblado de El Pantano, que pertenece a Guijo de Granadilla. Un paseo a orillas de las tranquilas aguas del embalse Gabriel y Galán o visitar las innovadoras instalaciones de El Anillo son varias de la opciones para poner el broche final de esta visita.
Publicado el 5 de noviembre de 2015