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¿Quieres ver a una Encantada? Se acerca la noche de San Juan

Dicen que es la velada más mágica del año, unas horas en las que se abre un portal entre nuestro mundo y otras realidades. Se trata de la Noche de San Juan, que se celebra anualmente la madrugada del 23 al 24 de junio.

Los orígenes de esta fiesta entroncan con cultos paganos relacionados con el solsticio de verano, evento astronómico que tiene lugar a finales de cada mes de junio y supone la llegada del verano. En el hemisferio norte, este fenómeno marca el momento en el que sol permanece más horas sobre el horizonte, dando lugar, por tanto, al día más largo del año. Este 2018 ese instante se producirá el 21 de junio a las 12:07 horas, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.

Castillo de montánchez donde, según la leyenda, habita una encantada que se aparece cada noche de san Juan fotografía Lourdes Gómez

Dar fuerza al sol

Óptica Díaz PlasenciaLos celtas celebraban con grandes hogueras la llegada del solsticio de verano; y es que prácticamente todas las culturas del mundo han conmemorado esta fecha, efectuando ritos relacionados con la fertilidad. Nuestros antepasados pensaban que quien saltara por encima del fuego durante la noche de San Juan atraería la fertilidad tanto para sí mismo como para los campos; creían que cuanto más celebrasen esta fiesta, mayor sería la cosecha. Además, otra de las funciones de estas hogueras era aportar energía al sol. A partir del solsticio de verano los días comienzan a acortarse, tendencia que se mantiene hasta la llegada del solsticio de invierno. Con el fuego trataban de dar fuerza al astro solar para que se mantuviera potente y garantizara cosechas abundantes.

Con el auge del cristianismo, este tipo de cultos paganos se adaptaron a la óptica católica. Así, la celebración que daba la bienvenida al verano pasó a convertirse en la festividad de San Juan y la que coincidía con la llegada del invierno hoy día la llamamos Navidad. Este dato resulta muy curioso porque, según los Evangelios, seis meses distaron entre el nacimiento de Jesús de Nazaret y el Bautista, el mismo tiempo que separa la celebración del día de San Juan y la Navidad.

fuente de la Bellota, Santibáñez el Bajo, fotografía Lourdes Gómez

Un portal al otro lado

Sigue viva la creencia de que en la noche de San Juan se abre un portal entre nuestra realidad y la de los espíritus elementales de la naturaleza. En esta velada, según antiquísimas tradiciones, las Encantadas que viven presas de un hechizo se dejan ver para tratar de romper su encantamiento. Igualmente, existe la creencia de que el agua o ciertas plantas adquieren propiedades mágicas durante esta noche tan especial. Así, en muchas regiones de España aprovechan estas horas para recoger hierbas medicinales o aquellas, como el romero, que se usan contra el mal de ojo; también son tradicionales los baños en el mar o mojarse con el rocío de la mañana antes de que el sol lo toque con su luz.

Lourdes Gómez en una hoguera de San Juan

Las encantadas extremeñas

Cuenta la tradición que las Encantadas españolas sienten predilección por la madrugada de San Juan. Estos personajes mitológicos que gustan de aparecerse por estas fechas son mujeres que nacieron mortales pero en virtud de una maldición fueron hechizadas por toda la eternidad. Algunas, incluso, pierden su apariencia humana y pueden convertirse en animal o incluso en piedra. Su misión principal es custodiar tesoros y lograr que algún ser humano deshaga el encantamiento que las mantiene condenadas a vivir en el país de las hadas. Una de las muchas formas que existen para desencantar a un hada es presentarse donde esta esté la mañana de San Juan cargando diversas reliquias; también dicen que puede romperse el hechizo lanzando a la encantada alguna prensa junto a las doce de la noche de San Juan.

Torrita de la Mora, de Santibáñez el Bajo. Fotografía Lourdes Gómez

En Extremadura existen muchas leyendas de princesas moras y damas encantadas que, por lo general, se aparecen en esta fecha del año. Entre ellas está la infanta Jarifa, en Jaraíz de la Vera, quien en su dedo corazón luce un anillo mágico que no es capaz de quitarse. Cada noche de San Juan busca en los nidos de águila un huevo no empollado, dentro del cual está el anillo que deshace su encantamiento. Igualmente, dicen que la encantada que habita en el castillo de Montánchez se aparece cada noche del 23 al 24 de junio portando una vela encendida y un libro. Desde las almenas de la construcción bendice o maldice las cosechas de toda la comarca.

Por su parte, los habitantes de Montijo, cada noche de San Juan, se desplazan hasta la laguna de las Encantás. En sus aguas, según la tradición, habitan tres damas que emergen de las aguas durante esta madrugada, cumpliendo los deseos de quienes logren llegar hasta la laguna portando un vaso del que no pueden derramar ni una gota de agua.

Artes Gráficas ZarbaránEn Santibáñez el Bajo (Cáceres) existen don leyendas de encantadas que se manifiestan en San Juan. Cerca de un paraje conocido como la huerta de la Blasca se alza la torrita de la Mora, o más bien, según cuenta, los restos de una edificación mucho más alta. En el mismo enclave existe un manantial conocido como la fuente de la mora; me contaba el investigador Félix Barroso en el transcurso de una excursión que realizamos por el lugar, que una noche de San Juan iba un pastor comiendo pan y morcilla cuando se le apareció una mora solicitándole que compartiera con él su comida. Este se negó y la encantada le espetó: ¡Si no me das pan y morcilla no verás mis maravillas! La fuente comenzó a expulsar joyas de oro y diversas alhajas; cuando el pastor sumergió las manos en el agua tratando de alcanzar alguno de estos tesoros la encantada chilló: ¡Quien no da pan y morcilla no verá mis maravillas y se quedará manco toda su vida!

Muy cerca de la torrita de la Mora se alza la fuente de la bellota. Allí, según la tradición, cada noche de San Juan se aparece un anciano que monta un tenderete con objetos de oro. En una de estas ocasiones llegó un pastor al que el encanto le invitó a que eligiera un objeto de los muchos que exhibía. Él dijo que quería unas tijeras de oro. En ese instante el anciano se abalanzó sobre el pastor, tratando de acabar con su vida. Al parecer, se trataba de una encantada y para romper el hechizo tendría que haberla elegido a ella por encima de todas sus posesiones.

En esta velada todo es posible, así que estén muy atentos a los muchos encantos de la noche de San Juan.

Publicado el 19 de junio de 2018

Texto y fotos de Lourdes Gómez para su columna Extremadura Desvelada

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