¿Cuánto tiempo tarda un pintor en preparar una exposición? Yo creo que toda una vida. Cuando ya no estemos, nuestro tiempo ya no significará nada porque lo que permanecerá será lo que hayamos hecho con él. Felipe Boizas lleva toda su vida preparando la exposición que ahora nos ofrece en la Plaza de Abastos de Plasencia bajo el título Sin títulos, solo pintura. Y aunque en realidad son cuadros de 2018 a 2023, no surgen de la noche a la mañana. Boizas a lo largo de más de tres décadas de trabajo ha ido despojándose de lo anecdótico, ha ido quitando el lastre de la figura o las formas para quedarse con la esencia.
Gracias a la física sabemos que nuestro ojo percibe los colores con distinta intensidad porque la longitud de onda es diferente para un rojo o para un azul. En este margen de valores cromáticos se mueve el pintor que hoy os presento.
Pintar es deslizar el color, arrastrarlo sobre una superficie que puede ser lienzo o papel. Pintar es impregnar, absorber, secar, diluir, remover, arrastrar, mezclar y dejar secar; y después volver a empezar de nuevo, colocar otro color, uno sobre otro con el único propósito de buscar el placer estético. Ver que la física del color transforma un rojo que avanza tras un verde que vibra y un blanco que matiza la fuerza de un naranja.
Para acercarse a los cuadros de Boizas se debe estar en soledad; colocarse frente a cada uno y alejarnos del resto para establecer un diálogo íntimo con la pintura. Si el espectador es capaz de abstraer su mente de lo superfluo alcanzará una experiencia mística, como sucede al contemplar la obra de artistas como Mark Rothko, Sean Scully, Anselm Kiefer o Jordi Texeidor. En esa contemplación podemos imaginar un horizonte o dos en un mismo cuadro, una pared o un muro, paisajes, nubes, ventanas, sábanas, viento, tramas y urdimbres sin hilos, pero todo eso es una ilusión que como espectadores tenemos la libertad de intuir. El pintor sólo nos lleva de la mano, lo demás depende de nosotros.
Durante una breve conversación con él en la sala donde cuida sus cuadros Felipe nos comenta que él acude a la pintura por placer. Que la busca desde siempre y que siente la necesidad de trabajar por series, como una pulsión vital que se acrecienta con los años. Durante el proceso se producen cambios que me llevan de una serie a otra. Así es como se configura el lenguaje de un pintor que no ha dejado de serlo desde su niñez. Ahora, con más de 60 años, lo percibimos como un artista maduro, rotundo y sosegado a la vez.
Si Felipe hubiera nacido en Estocolmo o Berlín habría dispuesto de una galería de arte donde desarrollar su obra sin tanta precariedad. No estaría de más que las instituciones hicieran un esfuerzo de buenas prácticas artísticas apoyando a los artistas con la adquisición de alguna obra o con ayudas económicas para el montaje de este tipo de exposiciones que aportan contenido cultural a la ciudad y que son un aporte turístico más.
La exposición de Felipe Boizas se complementa con otra igualmente interesante en la Plaza de La Catedral. La obra escultórica de gran formato de Ángel Jiménez Méndez titulada Abrazo al vacío atrapa el gesto y nos lo devuelve en forma de escultura en hierro. Fondo y figura crean una armonía perfecta con el fondo pétreo de la Catedral.
Nuestro agradecimiento a estos dos artistas por su esfuerzo, su talento y su compromiso con la sociedad. Os invito a visitarlas porque el arte nos hace más humanos.
Información: Plaza de Abastos – Plasencia
Del 16 de febrero al 14 de marzo de 2024
De 5 a 9 de la tarde.
Texto y fotos de María Jesús Manzanares para su columna Vuelan Miradas
Publicado en febrero de 2024
