En el Museo Etnográfico Textil Pérez Enciso de Plasencia encontramos verdaderos tesoros, desde los ajuares de nacimiento, boda y muerte hasta maravillosos vestidos de reinas. Así como los utensilios usados para estas labores, mazas, rascaderas, husos, ruecas, devanadoras y telar. O piezas textiles como “sígueme pollo”, chalecos, gorras, sayas o refajos, jubones y aderezos.
Son pequeñas obras de arte que hay que ver con detenimiento y que nos invitan a conocer la vida familiar y festiva del pasado. Esas piezas, algunas de ellas muy pequeñas, recogen cientos de horas de mujeres y niñas que conversaban o cantaban mientras de sus manos salían figuras, flores, pájaros y símbolos. Entre todos estos tesoros, hay dos que merecen especial atención.
La cama de vistas
Preparar la cama novial o tálamo nupcial requería años de trabajo. Las novias preparaban su ajuar con mimos y detalles. En el museo podemos ver una de estas camas, esta venida de Montehermoso. Una cama de las que se colocaban en el ángulo del cillero, que era una habitación sin ventanas. Es un punto atractivo del lugar, lleno del encanto de la vida diaria. La cama reluce con sus ricas cenefas decoradas con bordado al pico, con sus mantas picadas abrigando a los novios, con sus frontales de lino y sus “almohás” de ancho y rizado volante. A los pies, de ligero corcho, vemos la cuna del bebé, el que quizás contó alguna vez cómo era la vieja cama de sus padres.
La camisa de una reina
La tradición dice que la imponente camisa de lino fino, con bordados de hilos de oro y plata que dibujan flores como estrellas en seda de colores verde y negro, perteneció a Isabel la Católica. Los estudiosos dicen que esto no se puede confirmar, porque lo hubiesen recogido los libros. Sin embrago, la pieza perteneció a una dama noble castellana de finales del siglo XV o principios del XVI, la época de Isabel I, así que esta camisa pudo estar presente en algunas de las escenas históricas que vienen a nuestra mente por las recientes series de televisión. Es una pieza única que está allí colgada esperando nuestra mirada, cobijada por las magníficas bóvedas de ladrillo visto del museo.
El 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, rendimos homenaje a este hermoso lugar que recoge recuerdos y vivencias y que está en Plasencia esperando nuestra visita.
Horario en julio y agosto: De lunes a sábados de 9.30 a 14.30 horas. Domingos y festivos cerrado.
Publicado en mayo de 2021