
Visitar el cementerio alemán de Cuacos de Yuste, a tan sólo unos metros de la última morada de Carlos V en el Monasterio, es una propuesta de lo más romántica. Un lugar lleno de paz y sosiego en plena naturaleza que invita a dar un paseo en soledad y descubrir los secretos que atesora el camposanto, el único militar germano de toda España.
Los retos de 28 soldados que perecieron durante la Gran Guerra y de 154 que murieron en la Segunda Guerra Mundial descansan en el norte de la provincia de Cáceres.
La placa a la entrada del cementerio ofrece información sobre estos combatientes que “pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos”.
Según detalla este cartel algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas y sus tumbas estaban repartidas por toda España, donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron.
Se sabe que no todos los soldados enterrados en Cuacos murieron en el campo de batalla, ya que algunos perdieron la vida por accidente o por causas naturales.
Acto conmemorativo y homenaje en 1983
Entre los años 1980-1983 el Volksbund los reunió en esta última morada en la comarca de La Vera en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1983.
Bajo la sombra de olivos, robles y alcornoques se levantan las cruces de granito exactamente iguales y milimétricamente alineadas donde se puede leer el nombre del soldado, su categoría militar y su fecha de nacimiento y de defunción.
Además de ser un bello cementerio, el recinto es un rincón cargado de historia donde el silencio y la magia del lugar se fusionan con el respeto y el romanticismo.
Cada vez más los turistas incluyen los cementerios como lugar de visita de sus escapadas para descubrir las tradiciones a nuestros seres queridos en diferentes partes del mundo. En Montánchez, su camposanto recibió en 2015 el título al Mejor Cementerio de España.
Publicado diciembre 2019