
Proponemos un paseo por nuestra ciudad, uno que hemos hecho cientos de veces, pero en el que quizás no nos hemos detenido en los detalles.
A eso queremos invitarles, a buscar puntos en la ciudad y mirar en 360 grados lentamente. Que este paseo sirva también de guía para los visitantes que recorren Plasencia.
Desde la plaza Mayor, con el ayuntamiento a la espalda, vemos en la última esquina de la izquierda una casita que parece de chocolate, es “la casa del Manjuli” y es modernista, como bien puede apreciarse. Salimos de la plaza por allí para iniciar nuestro paseo, recorremos el rincón de San Esteban, la iglesia, a nuestra izquierda, nos informa en una placa que allí se casó el poeta José María Gabriel y Galán, extremeño de corazón. Continuamos, rodeados de bares, bordeando la Plaza de Abastos. Pasamos por el convento de las dominicas, un lugar emblemático de las procesiones de Semana Santa, porque justo allí los costaleros “bailan” los pasos para que las hermanas puedan verlos desde las ventanas del convento.
Esa estrecha calle nos regala una hermosa vista de la catedral al fondo. Pasamos junto al convento de Las Claras, hoy Oficina de Turismo y espacio de exposiciones, seguimos hasta la catedral para disfrutar de la cantidad de detalles de su fachada. Según la hora que pasemos, podemos ver también la fachada lateral, llamada del enlosado, que está justamente atravesando la muralla por el pórtico de Santa María, al lado de la catedral. Si seguimos por la plaza donde está la fuente del cabildo rodeada de naranjos, veremos en la esquina la Casa del Deán en la que destaca su enorme escudo de armas en esquina.
En la catedral vieja, algo escondida justo frente al palacio episcopal, no podemos dejar de ver su enorme rosetón y el ángel y la Virgen de su fachada, así como la figura orante que destaca en la parte superior que parece ser el Rey Alfonso VIII, fundador de la ciudad, ante la madre de Dios. Las catedrales placentinas son de visita obligada, porque albergan varios tesoros artísticos, constituyen un libro abierto de arquitectura y, además, en su interior acogen el Museo Catedralicio que no podemos dejar de ver, así como el magnífico coro.
La calle Blanca y la Casa de las dos Torres
Desde las escalinatas de la plaza de la catedral tomamos la calle Blanca, sin dejar de ver los detalles que nos rodean, por ejemplo, en el número 8 de esa calle se alojó Sorolla cuando vino a Plasencia y pintó “El Mercado”. Al final de la calle Blanca nos encontramos con el lateral de la Casa de las Dos Torres, justamente con la única torre que queda en pie y donde destacan escudos en sus ángulos. El Palacio de los Monroy o Casa de las dos Torres es la casa palacio más antigua de la ciudad, y aunque de su fachada original queda solo el pórtico y sus leones, es un lugar que albergó importantes personajes y momentos históricos.
Frente a la Casa de las Dos Torres se alza imponente la iglesia de San Nicolás, restaurada varias veces pero con un campanario de su estructura original de estilo románico. Por dentro está llena de detalles, como la pila bautismal o la bóveda con linterna de una de sus capillas.

El Palacio de Mirabel
Del otro lado de la iglesia de San Nicolás, la enorme estructura del Palacio de Mirabel lo abarca todo. Una amplia plaza con fuente lo precede y en primavera de su alto pensil podemos ver como cuelgan plantas con flores. Todo el entorno es monumental y es un lugar que está recogido en millones de fotografías. Al lado del palacio la iglesia de San Vicente Ferrer, conocida como Santo Domingo, que alberga los pasos de Semana Santa. Al fondo el Parador, perfecto en sus detalles, y considerado uno de los mejores de España.
Para continuar con nuestro recorrido pasaremos por debajo del Cañón de las Bóvedas del Marqués y no podemos dejar de levantar la mirada y ver la fachada posterior del palacio, con un balcón del que pende una sola enorme rosa, porque las otras que la acompañaban ya no están. En esa breve calle podemos ver parte de las excavaciones del parador y continuamos nuestro recorrido bordeando el enorme jardín del palacio. Esa inmensa pared guarda entre sus piedras muchos antiguos secretos como una concha del Camino de Santiago o firmas de picapedreros. Si no dejamos de bordear la pared del patio llegaremos muy pronto a la emblemática calle Arenillas, donde se conservan vestigios de la antigua judería que allí se ubicaba. Es también una de las calles más fotografiada.
La Rúa Zapatería y la plaza Mayor
Al finalizar la calle Arenillas llegamos a la Rúa Zapatería, allí cruzamos a la izquierda y disfrutamos de esa hermosa calle llena de detalles en los edificios. Muy pronto encontramos la plaza de Ansano donde destaca el Hotel Palacio Carvajal Girón, construido en el siglo XVI y adaptado a las últimas comodidades de la vida actual, sin perder el encanto de su antigüedad, lo que lo convierte en un Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento.
Si seguimos por la Rúa Zapatería llegaremos al inicio de nuestro paseo, la plaza Mayor de Plasencia, corazón de la ciudad donde cada martes se celebra uno de los mercados más antiguos de España, donde el Abuelo Mayorga marca las horas y que pone fin a nuestro paseo de hoy.
Publicado: 27 marzo 2015