El Capazo es cita obligada el primer sábado después de Semana Santa para quien quiera vivir un rito único en Extremadura, recorrer las bodegas degustando vino del año y acabar comiendo sopetón. Todo en una noche en Torre de Don Miguel, en una fiesta ancestral donde nadie se siente forastero.
El rito de El Capazo, un no parar de personajes por las calles del pueblo
Torre de Don miguel es un pequeño pueblo de Sierra de Gata de lo más hospitalario, donde el visitante se siente uno más compartiendo una noche mágica con los vecinos. Todo empieza cuando mujeres vestidas de saya y acompañadas por niños ataviados con chalecos de fardo empiezan a recorrer las calles. Lo hacen al ritmo del tamboril y van en busca del Camuñas, el maestro de ceremonia, que se habrá escondido en algún lugar apartado para iniciar su propio periplo. Vestido con piel de cabra, con cencerros atados a la cintura, una especie de saco en la cabeza y el rostro tiznado de negro como los molineros antiguos, el Camuñas va llamando hasta a doce hombres y doce niños, uno por cada mes del año, que vestidos con chaleco y falda de fardo van recogiendo una capaceta que transporta un burro.
El Capazo lleva de ruta por las bodegas, donde agasajan a todo el mundo
En el camino van visitando bodegas particulares, donde agasajan a propios y extraños con vino, chacinas y dulces típicos en un recorrido, además, que atraviesa por los pasadizos y túneles típicos de la arquitectura popular de Torre de Don Miguel con lo que la noche se vuelve fascinante.
La ceremonia en torno al fuego de El Capazo de Sierra de Gata
Más aún cuando a las doce, todo el mundo se reúne en la plaza y los “capaceros” inician la ceremonia del fuego, que consiste en lanzarlas ardiendo a las horcas de un roble que días atrás los mozos del pueblo habrán cortado en el monte y transportado hasta la plaza clavándolo frente a la iglesia. Mientras se enciende el fuego, las mujeres y los niños bailan la jota en torno al roble y ya encendido, los “capaceros” invitan a probar suerte a quien quiera intentar encajar una de estas capacetas en las horcas del árbol mientras todo el que quiera, baila alrededor del fuego.
Se trata de las capacetas que se utilizaban en las almazaras para deshacer las aceitunas porque la tradición aceitera del pueblo está en el origen de la que es una de las fiestas más antiguas de Extremadura, surgida para dar las gracias por las cosechas.
Degustación de sopetón, que solo se puede comer en El Capazo de Sierra de Gata
De las llamas cada “capacero” enciende un cirio y se lo ofrece junto a las mujeres a la Virgen de Bienvenida. Sobrecoge en la oscuridad el silencio sepulcral con el que la comitiva entra en la iglesia, donde cantan la salve. Es el momento donde la fiesta pagana se torna en religiosa para terminar en un ambiente de diversión mientras todos los asistentes son invitados a degustar el dulce típico, el “sopetón”, que no es otra cosa que pan tostado impregnado de aceite de oliva aliente y zumo de naranja y que, eso sí, solo se come un día al año.
Foto superior de José Manuel Lucio
Evento: Fiesta del Capazo
Lugar: Torre de Don Miguel
Fecha: primer sábado después de Semana Santa
Hora: desde las 22:00 hasta pasada la medianoche