A uno, que es un buen bebedor de cerveza y un forofo de Carlos V, le extraña, no obstante, y casi le sorprende que en nuestro país el imperio de la cerveza haya batido el record histórico de consumo, cuando hace apenas cinco siglos la afición a la misma era poco menos que denigrante.
Según leo, solamente el pasado año nos bebimos 3.500 millones de litros de cerveza, lo que nos da una media de 47 litros por persona. Digo yo que habrá alguien que se bebe los de mi gente que apenas la prueba y se arriman más al vino que es lo nuestro, nuestros tragos de siempre, que a mí también me tira. Pero al ajo, carajo. Es verdad que se bebe más cerveza que nunca. Y no solo de las marcas oficiales o comunes sino de cerveza artesanal, de la que tenemos ejemplos en nuestro mismo norte extremeño, con un sabor de primera calidad.
La Asociación de Cerveceros de España, en estos tiempos de crisis y desempleo, y que como es natural barre para casa, informa que gracias a la cerveza se crean al año 80.000 empleos en el sector de la hostelería. Aparte de ser una bebida sana al elaborarse con ingredientes sanos, como es el caso del lúpulo, cebada, levadura de cerveza y malta.
Por otra parte es una bebida cardiosaludable, que nos ayuda de forma muy positiva a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como a disminuir los triglicéridos y el colesterol LDI. Además, reduce la coagulación de la sangre, a la vez que mejora la densidad ósea, y gracias a su contenido en ácido fólico es adecuada para reducir los niveles de homocisteína en sangre (aminoácido que se utiliza como marcador vascular y predice el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular), en fin todo eso que yo copio de los libros.
Nadie lo diría, sin embargo, que el primer importador de cerveza, en el siglo de Oro, fue nuestro querido Emperador Carlos V. Las crónicas dicen que en sus menús y banquetes, los alimentos que comía siempre le complacía acompañarlos con vinos secos, tónicos y calientes o de cerveza, que era su bebida preferida.
Él fue quien la introdujo en España y hasta se trajo a Yuste sus propios cerveceros con los utensilios para su fabricación. Carlos comenzó a fabricar cerveza en Madrid en 1537, consumida especialmente por alemanes y flamencos; ya que su aceptación era casi nula por parte de los españoles, que tardaron en acostumbrarse a esta bebida de la que decían que “hacían falta diez años para habituarse a ella y que era inverosímil que alguien sacase gusto de semejante brebaje”.
Bueno pues eso… que es verano, que nos acucia el calor y la verdad es que gusta tirar de la cerveza, aunque sea un “brebaje del que se saca o se sacaba tan escaso gusto” hace apenas cinco siglos.
Y a los que así les parece, que de todo hay en la viña del Señor, que se consuelen con otras bebidas… siempre les quedará el vino.
Publicado el 16 de junio de 2017