Estas fiestas comienzan el domingo 24 de agosto y se extienden hasta el lunes 1 de septiembre. Los comarcanos de estos septentriones cacereños llaman “mojea” una zona de espesos árboles y con mucho monte bajo. El término parece derivarse de la voz altomedieval “mofeda”, que viene a significar lo mismo y que es donde hay que buscar el topónimo “Mohedas”. Por sus términos aparecen algunos yacimientos romanos y visigodos, y ascendiendo por la carretera que lleva a la villa jurdana de El Casar de Palomero, se encuentra el impresionante petroglifo prehistórico del “Olivar de la Varistuela” (o de “La Ballestuela”, que dicen otros), incluido siempre dentro de los santuarios rupestres de Las Hurdes, cuando en realidad se encuentra en la comarca de Tierras de Granadilla.
Pues en esta última semana de agosto los mohedanos se disponen a correrse sus alegres y tradicionales fiestas en honor a San Ramón, patrón del lugar y cuya efemérides es la última jornada del citado mes. Pero el domingo, día 24, echaron a andar los festejos, con el segundo trivial “Gran Sol”; actividad que, en su VI edición se continúa celebrando. Para el miércoles, 27, a las 10,00 horas, está programado el pregón de fiestas, para darle paso, a continuación, al espectáculo “Gente Menuda”. Los actos festivos, en lo que corresponde al jueves, día 28, se ciñen a la actuación del artista de canción española Juan Ramón Fuentes, a las 22,30 horas. Y cuando estén a punto de caer “lah tóah” (doce de la noche), tendrá lugar la intervención del grupo “La Pedrá” y la consiguiente discoteca móvil.
Espectáculo taurino
Una verbena a cargo de la orquesta “Primera Plana” cerrará la noche del viernes. Luego, el sábado, 30, a las 19,00 horas, se celebrará un espectáculo taurino, con la lidia de dos novillos y la suelta de vaquillas. Por la noche, verbena amenizada por la orquesta “Valencia”. Nunca faltó en la efemérides del santo (día 31 de agosto) la arquetípica y tradicional figura del tamborilero tocando el alborear apenas venir el día, ni el antiquísimo pasacalles religioso en la procesión ni a la hora del “Alza” en la iglesia parroquial. Lamentablemente, esta figura se está relegando y colocando en su lugar a la charanga de turno, que es como colocarle al santo un par de pistolas al cinto, ya que las charangas, que también son necesarias en los festejos, tienen otros cometidos. Es de esperar que San Ramón vuelva a ser alegrado por las ancestrales notas de la flauta y el tamboril, como parte consustancial a las raíces de estas tierras del norte cacereño.
Por la tarde, entrará en funcionamiento el parque infantil, con sus castillos flotantes, sus circuitos de cars, sus fiestas de la espuma y sus trenes neumáticos. Después de la opípara cena, la última verbena de fiestas, de la que se encargará la orquesta “Venus”. El broche final lo pondrá la jornada del día 1º de septiembre, cuando el pueblo entero participe en la comida de hermandad, dando buena cuenta de los guisos preparados con la carne de las reses lidiadas. Alegrarán la comida los acordes de una charanga.