Vale la pena pasarse por el Centro Cultural Las Claras de Plasencia para ver la exposición de fotografías del Premio Internacional Luis Valtueña, que hasta el 11 de julio se puede visitar. Es esta una retrospectiva de 20 imágenes ganadoras del certamen, aunque solo podamos ver allí 19, toda una curiosidad que vale la pena revisar.
Cada imagen está identificada: nombre, título y texto informativo, de la uno a la veinte. La número 13 es un cuadro negro. Sin embargo, se puede leer el nombre, Francesco Cocco, el título, Afganistan, y una breve mención a su falta.
Francesco Cocco es un fotógrafo de investigación nacido en Italia. Ha estado en Bangladesh, Vietnam, Camboya, Brasil, Afganistán… quienes conocen su trabajo, le describen como un fotógrafo sin miedo a los temas más duros y menos vendibles.
En enero de 2010 ganó este premio entre un total de 545 participantes. Tres meses después, tras una revisión solicitada por un espectador, Cocco tuvo que devolver el reconocimiento.
Presentó a concurso una serie de tres fotos tomadas en 2009 en Afganistán, donde convivió con la ONG italiana Emergency.
Una de las ganadoras resultó ser un composite, una síntesis de varias tomas. Cuatro mujeres con burka claro, como en procesión, la última con un bebé en brazos.
Aquella fila de mujeres nunca existió, tres de las figuras correspondían al mismo personaje tomadas en sucesión sobre el mismo fondo, la cuarta a pocos minutos de allí, por el mismo camino.
La revocatoria del jurado se remitía al artículo 4 del concurso: “la estructura original de la imagen digital puede ser alterada sólo con técnicas de cuarto oscuro, como correcciones de brillo, contraste y color, sobreexposición y subexposición. No se permite ningún otro cambio de la imagen original”.
Dos años después Cocco, en una conversación informal con el periodista Michele Smargiassi, reconocía no tener dudas “Eran las reglas del premio, y mi fotografía no las cumplía (…) la organización me pidió explicaciones dispuestos a aceptar mi negativa, yo en cambio respondí afirmativamente. No había excusa, pero era como si me diera cuenta en ese momento (…)”. Continúa Cocco: “La mujer del burka con el bebé en brazos existió”. Recuerda haberla visto desde el coche que conducía por una carretera en el valle de Panjshir. Son cuatro fotos en secuencia. “Esta sucesión de cuadros, el movimiento, dejó en mi mente esa imagen múltiple”, un efecto estroboscópico, casi como una secuencia de Muybridge. “La edición la hice estando aún en Kabul, para preservar el conjunto que tenía en mente. No era mi intención presentarla a un concurso, la quería para mí”.
Ese año, la organización decidió dejar el premio desierto.
Texto de Andy Solé para planVE
©Andy Solé / Plaveando Comunicaciones