La primavera en Extremadura ofrece maravillosos paisajes de flores. El de los cerezos del Valle del Jerte es el más conocido, pero no el único. Los hay de norte a sur,
desde los tempranos frutales de las Vegas del Guadiana hasta los piornos de las comarcas del entorno de Gredos, que lucen incluso en verano.
Cerezo en flor en el Valle del Jerte y más allá
El cerezo en flor del Valle del Jerte es posible gracias al millón de árboles repartidos por la comarca, que brotan entre la segunda mitad de marzo y primera quincena de abril. Una estampa tan espectacular, que cuenta con su propia Fiesta del Cerezo en Flor de Interés Turístico Nacional.
El Valle del Jerte y Japón están hermanados desde 2014 gracias a esta floración que también celebran los nipones. Sin salir de Extremadura, también hay paisajes de cerezos en flor en las comarcas del Valle del Ambroz, La Vera, Tierras de Granadilla, Las Hurdes y el Geoparque Villuercas Ibores Jara, en municipios como Berzocana.
En todos los casos, las flores salen antes o después en función de las condiciones climatológicas del invierno, pero el espectáculo está asegurado durante cerca de un mes entre marzo y abril, con los primeros brotes en las poblaciones cálidas que se encuentran en la parte baja de cada zona geográfica, a los que van sucediendo los de las localidades más altas.
Almendros y frutales en flor
Antes de la floración de los cerezos, brota la flor de los almendros, al sol de febrero cuando todavía es invierno, en zonas como Garrovillas de Alconétar, que en 2017 ha alcanzado su XVIII Fiesta del Almendro en Flor, una celebración única en Extremadura. Son cientos de estos frutales los que se extienden por el entorno municipal de la localidad, situada a escasos 30 kilómetros de Cáceres, donde el paraje de El Gallito es un estupendo mirador en el que deleitarse con el paisaje floral y tomar fotos de recuerdo.
Paisajes de frutales en flor populares en Extremadura, son los de la localidad pacense de Valdelacalzada, donde se celebra también una fiesta en torno a esta explosión primaveral. Valdelacalzada en Flor es su nombre y tiene lugar en torno a la festividad de San José en marzo, con ruta senderista en la que los caminantes pasean entre frutales perfectamente alineados y un cross que discurre en el mismo escenario. Los vecinos engalanan, además, las calles con flores.
Los frutales de hueso de las Vegas del Guadiana también rebosan de flores a mitad de marzo, lo mismo que los de la comarca cacereña de La Vera en el norte de Extremadura.
Peonías en la sierra del Alor
La sierra del Alor en la frontera de Olivenza con Portugal, es otro de los rincones en los que deleitarse con las flores en Extremadura. Las peonías son en este caso la joya de este destino, donde brotan entre abril y mayo, al pie de olivos, encinas y jaras. Una maravillosa imagen, la que ofrecen estas delicadas flores en la dehesa, que hace que la zona en la que crecen esté catalogada como Lugar de Interés Comunitario.
Las peonías tienen su propia Ruta de la Rosa de Alejandría, organizada por el Club de Senderismo Prisiñas de Olivenza, que dedica otra de sus caminatas a las margaritas.
Orquídeas en El Sierro de Almaraz
El paraje de El Sierro en Almaraz es un paraíso de las orquídeas, tanto que cuenta con hasta 19 variedades diferentes y una de ellas es autóctona, la Ophrys Almaracensis. Tal riqueza está recogida en el Orchydarium de Almaraz, un templo a las orquídeas que es un centro de interpretación único en Extremadura. Desde este espacio se puede conocer todo sobre las orquídeas, participar en talleres relacionados con la naturaleza y embarcarse en rutas que ponen en valor El Sierro y otras zonas de interés, como el parque periurbano de la Camadilla.
Plantas carnívoras en el Geoparque
En el Geoparque Villuercas Ibores Jara hay plantas carnívoras como la drosera o atrapamoscas, bonita, de color verde con una especie de antenas rojas. La zona del Hospital del Obispo, en Villar del Pedroso, es uno de los lugares en el que se pueden encontrar esta curiosa insectívora, en el Geoparque de Extremadura, salpicado además por peonías y orquídeas.
Piornos en Gredos y Valle del Jerte
Gredos se convierte cada primavera-verano en la capital mundial del piorno en flor, por lucir la extensión más grande de este matorral que viste la sierra de amarillo. Son 65.000 hectáreas las que se cubren con este color, durante seis semanas de floración que transcurren entre el 19 de mayo y el 25 de junio.
Gredos extiende sus piornos en Extremadura, por la zona del Tiétar, las comarcas de La Vera y el Valle del Jerte, sobre los que se yergue este paraje espectacular del Sistema Central. De hecho, Piornal debe su nombre a estos piornos, que crecen en zonas altas de montaña.
Jaras, cantueso, brencinas… en Monfragüe
No se puede pasar por alto la jara, flor por excelencia de Extremadura, que sorprende al viajero desde cualquier rincón de la dehesa, elegida como foto principal de esta reseña. Abundan en la espectacular primavera del Parque Nacional de Monfragüe, junto al cantueso, retamas y aulagas. Estas últimas se muestran especialmente vistosas en la Ruta Amarilla del Parque, entre las fuentes y en el Puente del Cardenal.
Otra flor especial en Monfragüe es la brecina, que tiñe de rosa la cañada real entre el Puerto de la Serrana y Villarreal de San Carlos, en la entrada al Parque desde el norte.
Recordar que donde más bonitas están las flores es en su medio natural como puedes comprobar en el siguiente vídeo con los almendros en flor de Garrovillas de Alconétar y música del disco Instrospectiva de Niño Índigo.
Publicado en febrero de 2017