Como viene ya siendo cosa acostumbrada, el próximo domingo, día 19 de febrero, se trasladarán hasta el pueblo de Ahigal diversas “corróbrah” del “Carnaval Jurdanu”, las cuales alegrarán y escandalizarán armónicamente las calles y plazuelas del lugar con sus “rejuíjuh”, que vienen a ser lo mismo que la escenificación de esas legendarias estampas carnavaleras que se pierden en el insondable pozo del tiempo.
Después de que los jurdanos se “enzamarrin”, se “encarantoñin”, se “ramajein” y se “entruejin”, tal y como mandan los cánones de las carnestolendas de esas fragosas tierras, en la Casa de Cultura de la citada localidad, saldrán, al son de los tamborileros, camino de algunas de esas bodegas en que todos los años son invitados a echar un trago para quitar las telarañas matinales de la garganta.
Bodegas emblemáticas como la de Crispín García Paule, convertida en todo un museo etnográfico, o aquella otra de la Hermandad Jurdanu-Ahigaleña, donde esperan la profesora Justa Paniagua Cáceres, el relaciones públicas Justo Plata Paniagua (“Barril”), Anastasio Anaya Aprea (“Pollinu”), la cereceña Pili Hernández o el historiador José María Domínguez Moreno (“El Bruju”). Los tamborileros tocarán algunos sones en agradecimiento por los cumplidos y las “Comádrih de Azabal” echarán algunos cantos y se marcarán alguna buena “charrá” o un “valseu corríu”.
Una vez calentados los motores, las “corróbrah” se encaminarán hacia el tradicional y concurridísimo mercado de Ahigal, donde representarán los antiquísimos “rejuíjuh” de “La Jilaora y los mocítuh”, “La Jáncana de lah Moragállah”, “Loh Araórih del Rozu”, “La Tía Rechonchona y suh partérah”, “El Toru Bardinu”, lo de “Loh Cháncuh”, “El Arruverdi” y otros. El “Morcilleru” llevará en alto a ese pelele tan libidinoso y tan jaquetón al que llaman “El Morcillu”, mientras que el “Rey del Entrueju” marcha escoltado por los “Tíuh de la paja” y “Lah Mózah del guinardu”.
Todo ello sin que paren de sonar los tamboriles, los cencerros, las castañuelas, los panderos y los viejos cánticos, en una loca algazara que pone de manifiesto que este carnaval hunde sus raíces en lo más profundo de la tierra, sin que necesite de personajes entorchados, carrozas muy engalanadas, desfiles marciales, luces psicodélicas, modelos televisivos y concursos que son la antitesis de las auténticos antruejos rurales.
Cuando empiecen a sonar las tripas y el personal ya haya retozado lo suyo, la comitiva, encabezada por el alcalde de Ahigal, Luis Fernando García Nicolás, se dirigirá a los Salones “Mahillo”, donde será obsequiada con la degustación de enjundiosos y abundantes productos locales, bien regados por las excelentes pitarras del pueblo de Ahigal. Y así, una vez más, se sellarán y se renovarán los lazos que los jurdanos han venido mantenido con esta localidad desde tiempo inmemorial, pues si, tiempos atrás, bajaban hasta su mercado para comprar los lechones que recriaban con los productos de sus huertos y que luego serían sacrificados en la matanza familiar, ahora también lo hacen pero para recorrer las docenas de tenderetes que conforman su zoco abigarrado y multicolor.
Publicado: 14 de febrerode 2017
2 comentarios
Me cuentan que en Ahigal lo tradicional son:
-Los antruejos: Vestirse con ropa extraña
-La vaca antruejo que eran personas disfrazadas. ¿Qué es de la vaca? Yo corrí tras y de ella.
La vaca antruejo, era un señor vestido de antruejo que portava unas pequeñas escaleras de palo, con unos cuernos de baca atados a las puntas de la escalera y algunos señores montados en burros cuanto más falsos mejor, le pinchaban en el culo y el burro, salia dando coces hasta tumbar al jinete en muchas ocasiones. tambien emvestía contra los chiquillos y mayores que se cruzaban en su camino. La verdad que era un gran jolgorio y lo pasábamos en grande