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La mejor mentira

El cine es una gran mentira, todos lo aceptamos. Cuando el amigo del bueno muere, esperamos verle en su siguiente película. Si un avión se estrella, sabemos que sus ocupantes no han sufrido ningún daño. Y después de besarse y prometerse amor eterno, los protagonistas vuelven a sus casas con sus respectivas parejas. Si no nos creyéramos esas mentiras el cine carecería de todo interés, su poder está en la capacidad de sumergirnos en las historias que nos cuentan y que nos olvidemos por un instante que estamos en una sala a oscura, repletas de butacas y comiendo palomitas. Pero hoy quiero hablar de otra mentira más peligrosa que la aceptada del mundo del cine. La mentira de la que nos habla Sospechosos habituales.

Si aún no la has visto y quieres disfrutar completamente de esta película dirigida por Bryan Singer en 1995 no sigas leyendo, para aquí y continúa cuando la hayas visto.

Sospechosos habituales

Sigues leyendo. Ya la has visto o no te importa lo que te advertí en el anterior párrafo. Continuemos pues. La mejor mentira es cuando alguien te cuenta lo que tú ya creías de antemano, cuando te dicen lo que querías oír. Roger Kint (Kevin Spacey) un estafador lisiado le narra al agente Kujan (Chazz Palminteri) la historia que se relata en Sospechosos habituales. La masacre en un barco en el puerto de Los Ángeles y como comenzó todo seis semanas antes en Nueva York. Kint da mucho detalles al policía de su historia y admite que fue engañado por uno de sus compañeros. Precisamente el que el agente cree que es el terrible delincuente conocido como Keyser Söze. Pero toda su historia es una gran mentira. Le está contando lo que quiere oír. Kujan acaba satisfecho por escuchar su verdad, a pesar de estar completamente equivocado. La escena final nos descubre como el estafador de poca monta ha usado multitud de datos repartidos por el despacho del policía para tejer su historia y ocultar la verdad. El agente burlado se da cuenta de su error demasiado tarde.

Sospechosos habituales (el titulo se inspiró en una frase de Casablanca: “Detengan a los sospechosos habituales”) termina de una manera sorprendente. El guionista Christopher McQuarrie se llevó varios premios merecidos a su trabajo incluido el Oscar a mejor guion original. Quizás hoy su final no nos parezca tan original, pero esto se debe a que ha sido imitada multitud de veces desde su estreno.

Película recomendada (para los que echen de menos los días de calor y los baños en la playa): Tiburón.

 

Publicado: 11 de diciembre de 2014

 

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