Con la insigne estudiosa de las tradiciones regionales, Ángela Capdeville, viajamos hasta el Casar de Cáceres,
lugar de nacimiento en 1890 de esta investigadora del folklore de la Alta Extremadura. Casar de Cáceres es un excelente destino para practicar el turismo gastronómico. De hecho, hasta su afamada estación de autobuses -obra del arquitecto Justo García Rubio- tiene forma de patata frita.
Así como su estación de autobuses es un magnífico ejemplo de la arquitectura más actual, Casar de Cáceres guarda también un interesante patrimonio seglar y religioso, como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción -construida en el siglo XVI sobre un edificio precedente del siglo XIII-, o la Casa del Pósito, donada para tal fin por Rodrigo Pérez, El Arcediano, y hoy sede de la casa consistorial.
La cuna de la torta del Casar cuenta, naturalmente, con un Museo del Queso donde los casareños narran la historia de este tesoro, su método de elaboración y los usos y costumbre tradicionales de los ganaderos locales.
El Casar de Cáceres se encuentra en la etapa doce de la Ruta de la Plata, en el tramo que une la localidad con Cañaveral. En esta ruta parte de la ermita de Santiago Apóstol, antiguo albergue de peregrinos. El camino conserva una parte original de la calzada romana y un depósito de miliarios, antiguas señalizaciones romanas.
En la cuna de Capdevielle no podemos dejar de visitar la Casa de Los Pinotes, también conocido como Centro de Interpretación de la Cañada Soriana Occidental. Este espacio rinde homenaje a los hombres trashumantes y muestra de forma permanente la forma de vida pastoril y los utensilios de los que se valían.
© (texto) Planveando Comunicaciones SL
Fotografías cedidas por el Ayuntamiento de Casar de Cáceres
Publicado en marzo de 2017