El Cristo de Serradilla se salvó de las tropas francesas en 1809 por la Casetina a la que se llega hoy en día dando un paseo. Es la Ruta por la cresta de la Sierra de Santa Catalina, pero es una caminata accesible a un paso del nuevo mirador del Canchu del Lobu, hasta donde se puede llegar en coche y aparcar fácilmente.

Desde el Mirador del Canchu del Lobu son apenas dos kilómetros caminando sin dificultad alguna aunque forma parte de una ruta de casi siete si se quiere empezar la ruta en el entorno de la ermita de Santa Ana y terminar en el pueblo. Es la Ruta Cultural Serradilla, denominada así porque arranca en una zona de olivares donde se descubrió el Tesorillo de Serradilla, de época tartésica que alberga el centro de interpretación y porque se pasa por varios enclaves emblemáticos y algunas de las pinturas rupestres que hay alrededor de Serradilla.

Entre esos enclaves, la Casetina tiene un valor sentimental para los vecinos porque durante la Invasión Francesa era el punto donde se situaba el vigía del pueblo, quien al toque de caracola avisó a los vecinos para que se pusieran a salvo de las tropas de Napoleón. Lo que permitió también a las monjas esconder al Cristo de Serradilla que hoy, en el convento de las madres agustinas recoletas, es el segundo lugar de peregrinación en Extremadura tras el Monasterio de Guadalupe. Es una de las razones para visitar Serradilla, a un paso de Villarreal de San Carlos, en el corazón del Parque Nacional de Monfragüe.
Al mismísimo San Pedro de Alcántara le atribuyen la construcción de La Casetina
La tradición dice que la Casetina la construyó el mismísimo San Pedro de Alcántara, fundador del cercano Convento del Palancar en Pedroso de Acím, al que le gustaba rezar allí en lo alto de la sierra.
Sin embargo, esta diminuta capilla con una gran cruz levantada sobre una gran roca de granito es uno de los lugares más desconocidos de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. No así para los vecinos, que en su entorno han ido dejando pequeñas cruces de madera como símbolo de sus plegarias y que suelen visitar así como el merendero que hay a sus pies en una amplia explanada. La Cruz del Siglo, más adelante, tiene una placa conmemorativa escrita en serraíllano por la asociación El Duendi.

Las vistas son privilegiadas, tanto al pueblo como a la naturaleza que lo rodea y, por supuesto, para avistar las aves rapaces que lo habitan y son de esos sitios que transmiten un halo de recogimiento. Como en la Cruz del Siglo, hay placas explicativas de El Duendi en serraíllano en la Casetina y en el Plau del Obispu, donde descansó el propio Cristu Benditu cuando lo transportaban desde Plasencia allá por 1641 y donde le atribuyen algunos de los milagros por el que se le tiene devoción por los siglos de los siglos.
Publicado el 3 de noviembre de 2025
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