Ya ha llovido desde que un servidor (no pido perdón por la inmodestia) se arregazara los brazos y se pusiera manos a la obra.  Andaba repartiendo pedagogías a cazos por los corazones pétreos (siempre tuvieron Las Jurdis -en castellano, ‘Las Hurdes”– más de un corazón) de la citada comarca y me contaron que sus danzas, arcaicas y hermosas, las que ejecutaban en honor a ‘San Bra’ y ‘San Brasinu’ (San Blas de Sebaste), llevaban demasiado tiempo hibernando.  Se ofrecieron un grupo de voluntarios: alumnos arriscados y que se lo tomaron muy a pecho.  ‘El Graciosu’, que así llaman por la zona al que encabeza y guía el cortejo dancístico, el primero de ellos, fue Carlos Javier Moriano Domínguez, del pueblo de Caminomorisco. 

Noches invernales y, bajo la helada que sajaba como un alfanje moruno, subían varios paisanos hasta el Hogar-Escolar, encaramado, como un ‘papairi’ (gavilán, en habla jurdana). en lo más alto de Nuñomoral, por donde el río Jurde o Jurdanu va abriendo brecha y amplía su valle fluvial, tras salir de los encajonamientos del concejo de Lus Casaris (en castellano, Casares de Las Hurdes).  No se me olvidarán jamás las facciones de Domingo Rubio Crespo, ‘Tíu Mingu’, tamborilero de la alquería de El Cerezal, y su mujer, Laudelina Crespo Hernández, ‘Tía Laudi’; Pedro Alejandrino Lemus, Cristina Velaz Iglesias y otros que aparecían esporádicamente.  El Hogar era el centro logístico, donde se ensayaban las danzas, siguiendo las directrices de esos lugareños, ya entrados en años y que sabían mucho y bueno sobre los folklores que llameaban en torno a aquel santo armenio, que se erigió en abogado de los males de garganta.  Gregorio Martín Domínguez, ‘Tíu Goyu el Farra’, tamborilero de Nuñomoral, se agregó después, a su regreso como emigrante en Alemania.

Así fue como nació el grupo ‘Estampas Jurdanas’.  Con los días, fueron sumándose la mayor parte de los tamborileros jurdanus; el único tañedor de la ‘durzaina pasturí’ que quedaba vivo: Saturnino Barbero Iglesias, ‘Ninu’; de la alquería de La Huerta y otro sinfín de ‘ramajeras’ y ‘ramajerus’ (mujeres y hombres encargados de trenzar, picar, saltar y desarrollar otras coreografías de los bailes).  Se rescataron otra gavilla de cantares y danzas, sacados con las tenazas de las brasas semiapagadas, y el grupo se lanzó por esos caminos de dios y del diablo.  Historias y anécdotas mil recorriendo la geografía española y portuguesa.  El listado de poblaciones sería larguísimo. En estos últimos años, se le antepuso la voz jurdana de ‘corrobra’ al nombre del grupo; en el sentido de camaradería propia de gente bien avenida y dispuesta a encarar la fiesta con sobrados bríos y tal y como marcaba la tradición secular de los terruños jurdanus.

Muchos compañeros fueron quedando por el camino.  Eran ya mayores cuando alguno de nosotros éramos jóvenes veinteañeros, dispuestos a comernos el mundo y limpiar la mucha mierda vertida sobre el paisaje y el paisanaje de este montañoso oasis situado, como punta de lanza, en el septentrión de Extremadura.  Nuestra impagable deuda con la memoria de los que se fueron para no volver nos mantiene en pie y nos da alientos en esta lucha que ha colocado el nombre de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ en relevante pódium.  Hoy, sigue siendo todo un referente del territorio jurdanu en lo que atañe a la Cultura Tradicional-Popular; a la sacrosanta (no en el sentido teológico) Oralidad (con mayúsculas), que nos legaron toda esa hornada de jurdanus y que nosotros tenemos el deber de preservar y difundir.

Preparando ‘lus javíus’

Se acerca el último fin de semana de septiembre y Zamora abre sus puertas al XIV Festival de la Máscara Ibérica.  Como otros años, no faltará a la cita un nutrido grupo de miembros de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’.  La Diputación de Zamora, que es la patrocinadora del festival, gestionó ante la Diputación de Cáceres la posibilidad de participar en dicho evento ciertos grupos emblemáticos de la provincia, interaccionados con las Mascaradas propias del Ciclo Invernal.  Gracias al buen hacer de nuestra Diputación cacereña, que, desde hace años, cuenta con los compañeros de la ‘Corrobra’, una vez más los diferentes ‘rejuijus’ (escenificaciones carnavalescas al aire libre) del ‘Carnaval Jurdanu’ serán representados por las calles zamoranas.  A tales fines, ya están preparando ‘lus javíus’ (tamboriles, gaitas, castañuelas, cencerros, indumentarias de pieles y otros atavíos) para demostrar los valores festivos, libertinos, incorrectamente políticos, heterodoxos, libertarios, escandalosos y que reman con buen arte a contracorriente, preciándose así de ser unos antiquísimos y auténticos antruejos.

Surgirán otros encuentros cuando menos se espera y ‘Estampas Jurdanas’ sabrá estar a la altura de las circunstancias, sin importarle, dentro del hervor de la ‘furriona’, que es lo mismo que decir juerga disparatada, donde nadie es más que nadie, que ciertos espectadores se rasguen las vestiduras y se mesen los cabellos.  Y llegará el día de ‘La Carvochá-Chicharrona’, que sigue esperando que prospere de una vez el expediente que se iba a redactar para declarar a estos rituales como ‘Bien de Interés Cultural’ (BIC) y que, en buena lógica, este año se llevaría a cabo el día 1 de noviembre, sábado y festividad de Todos los Santos.  Depende de como sople el viento, porque, a medio plazo, se vislumbra una nueva edición del ‘Carnaval Jurdanu’, que, según lo acordado por los integrantes de ‘La Corrobra’, debería celebrarse, tras el correspondiente consenso con la Mancomunidad de Municipios de Las Hurdes, en la alquería designada.   El pasado 1 de marzo, con motivo de la celebración de la XXXV edición del ‘Carnaval Jurdanu’, el alcalde de Pinofranqueado, José Luis Azabal Hernández, nos comentó que era preciso, siendo ecuánimes, que este festejo recorriera aquellas alquerías en las que aún no ha estado presente.  La idea fue asumida por la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, a fin de evitar la repetición por tercera vez en otra población de la comarca.  Las alquerías de La Fragosa, El Cerezal, El Rubiaco, Riomalo de Arriba, La Dehesilla, La Aceña, El Robledo de Lo Franqueado, El Avellanar, El Mesegal, La Muela y La Aldehuela aún están esperando que se cuenta con ellas, ya que sus vecinos tienen todo el derecho del mundo a ser copartícipes de esta emblemática fiesta.  La solidaridad, la magnificencia, la equidad, la generosidad y la camaradería deben estar por encima de cualquier otro tipo de interés a la hora de trazar el organigrama que debe regir virtuosamente que tal acontecimiento popular llegue a buen puerto en cada una de sus ediciones, sin interferencias ni absurdas duplicaciones, que desprestigian el buen nombre de tan legendaria comarca.

Foto superior:  “Carnaval Jurdanu”.  “Parto de la Tía Rechonchona”. 25 de febrero de 2017.  Azabal.

Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor

Publicado en septiembre de 2025