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Visión, talento y compromiso: el cine del placentino Santiago Requejo mira lejos

Votemos, su nuevo largometraje, se estrena el 13 de junio con un mensaje claro sobre salud mental.

Santiago Requejo (Plasencia, 1985) descubrió su pasión por el cine desde muy joven. De niño, solía pedir prestada la cámara a su padre y a su tío para rodar sus propios cortos caseros. A los 14 años, mientras estudiaba en el colegio de “las Josefinas” —como se le conoce cariñosamente en Plasencia— dirigió su primer cortometraje con una sorprendente producción: numerosos extras… ¡y hasta caballos!

Todos sabemos que abrirse camino en el cine no es fácil. Sus padres también lo sabían, y, bien aconsejado, Santiago Requejo optó por concluir sus estudios universitarios. Pero la pasión por contar historias nunca se fue de su cabeza. Aprovechó sus prácticas universitarias para irse a una productora en Los Ángeles, una experiencia que acabaría siendo clave porque en 2010 fundó su propia productora, 02:59 Films. Desde entonces, no solo ha producido cine, sino también campañas publicitarias para una amplia variedad de clientes.

En enero de 2022, Santiago Requejo fue galardonado con el Premio San Fulgencio que concede el Ayuntamiento de Plasencia a personas e instituciones destacadas por su compromiso con la ciudad. El reconocimiento llegó en un momento clave de su carrera: coincidió con la nominación de su cortometraje Votamos a los Premios Goya y con el éxito de su primer largometraje, Abuelos (2019). La distinción celebraba su trayectoria y la proyección internacional que ha dado a Plasencia a través del cine.

El éxito del cortometraje Votamos

Ecotahona Ambroz Plasencia

Votamos, rodado en marzo de 2021, no solo fue nominado por la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas, sino que también entró en la shortlist para los Premios Oscar 2023 en la categoría de Mejor Cortometraje de Ficción. En poco tiempo, acumuló numerosos premios y selecciones en festivales, gracias a un argumento basado en un hecho real: una comunidad de vecinos que presiona al propietario de un piso para evitar que lo alquile a una persona con problemas de salud mental.

El cortometraje está rodado en un único plano secuencia, sin cortes, lo que añade una enorme complejidad técnica y artística. La cámara se mueve constantemente, la luz y el sonido deben estar perfectamente coordinados, y los actores —que se interrumpen, reaccionan y se desplazan por el espacio— tienen que memorizar tanto el texto como sus posiciones exactas.

Solo se disponía de un día de rodaje: media jornada para ensayar y media para grabar. Se realizaron 12 tomas completas. Cinco fueron interrumpidas, dos convencieron al director… y la número doce fue la elegida: la toma perfecta. El plano secuencia permite que el espectador se sienta parte de la historia, como un vecino más en esa reunión incómoda, enfrentado a sus propios prejuicios y decisiones.

Cortometraje vs. largometraje: dos formas de contar, dos maneras de emocionar

Con una duración más breve, el cortometraje permite concentrar emociones intensas en pocos minutos, con giros inesperados que invitan a una reflexión directa, sin distracciones. Este formato, más ágil y menos condicionado por lo económico, ofrece un campo perfecto para experimentar con técnicas narrativas y visuales más arriesgadas —como el plano secuencia de Votamos—, algo mucho más complicado en un largometraje, donde el mayor presupuesto y la logística limitan el control creativo. Además, un cortometraje exitoso puede ser la puerta de entrada al largometraje.

Si repasamos la filmografía del director placentino encontramos otro cortometraje, Noche de paz, que obtuvo el primer premio en el Festival Plasencia Encorto en 2018. En el terreno del largo, debutó con Abuelos, una comedia social que aborda el desempleo de los mayores de 55 años y su exclusión del mundo laboral. Protagonizada por Carlos Iglesias, Ramón Barea y Roberto Álvarez, narra la historia de tres amigos que deciden abrir una guardería. El humor y la crítica van de la mano, con la participación de actrices como Mercedes Sampietro y Ana Fernández. Cabe destacar que tanto Iglesias como Barea han recibido el Premio de Honor del Festival Plasencia Encorto.

Su segundo largometraje, No puedo vivir sin ti (2024), es una comedia romántica sobre la adicción al móvil, protagonizada por Adrián Suar y Paz Vega. Estrenada en Netflix el 16 de agosto de 2024, mezcla humor con una mirada crítica sobre cómo la tecnología impacta en nuestras relaciones personales.

Ahora, Requejo da un paso más con Votemos (2025), su nuevo largometraje basado en el exitoso corto del mismo nombre. Producido por 02:59 Films y Pris & Batty, llegará a los cines españoles el 13 de junio con distribución de DeAPlaneta. Solo tres actores del cortometraje original repiten: Raúl Fernández de Pablo, Neus Sanz y Charo Reina. El reparto se amplía con Clara Lago, Tito Valverde, Gonzalo de Castro y Christian Checa, consolidando así un elenco de primer nivel.

La Fundación Hospitalarias: el socio perfecto para visibilizar la salud mental

Ramón Barea en el Festival Nacional de Cortometrajes Plasencia Encorto

Santiago Requejo ha contado en más de una ocasión que la idea de Votamos nació tras una conversación con profesionales de salud mental de la Fundación Hospitalarias. Esa semilla inicial dio lugar a un cortometraje con un potente mensaje social que ahora se convierte en largometraje. La Fundación, profundamente alineada con el tema de la película, no dudó en sumarse al proyecto antes incluso de su estreno oficial, previsto para el 13 de junio. Gracias a esta colaboración, Votemos ha tenido un preestreno muy particular: una gira por diez ciudades españolas, organizada con el apoyo de la Fundación Hospitalarias. En Extremadura, la proyección tuvo lugar el pasado 26 de mayo en Badajoz, y contó con la presencia del propio Requejo, acompañado por uno de los actores del reparto. Tras la proyección, se celebró un coloquio abierto al público con la participación de representantes de la administración, profesionales de la Fundación y un usuario de sus centros, enriqueciendo el debate sobre el estigma que aún rodea a los problemas de salud mental.

La Fundación Hospitalarias es una institución sin ánimo de lucro con más de 144 años de experiencia, y se ha consolidado como un referente nacional en salud mental y atención integral a personas vulnerables. Gestiona 21 centros en 12 comunidades autónomas, con el trabajo de más de 9.000 profesionales y 115 dispositivos especializados. Su patronato lo forman religiosas y laicos comprometidos con los valores de curar, cuidar y acoger

Esta alianza entre cine y salud mental demuestra que el arte puede ser una herramienta poderosa para visibilizar realidades sociales, romper estigmas y fomentar el diálogo. Y en ese camino, la Fundación Hospitalarias se ha revelado como el socio perfecto.

La forma de ver el cine en Santiago Requejo… y una inocentada bien montada

Santiago Requejo ve el cine como algo más que entretenimiento. Para él, es una forma de hablar de lo que realmente importa, de lo que pasa en la vida de la gente, pero sin caer en el drama pesado. Le gusta contar historias que hagan pensar, pero también que dejen espacio para reír. Esa mezcla de drama con toques de comedia es ya parte de su sello personal.

En Votemos, por ejemplo, usa esta combinación para tratar un tema que todavía incomoda: el rechazo que muchas personas con problemas de salud mental siguen sufriendo. Lo hace con ironía, sin juzgar, para que el público se sienta dentro de la historia, se cuestione cosas, pero sin que le den ganas de salir corriendo de la sala. Requejo quiere que su cine se abra a conversaciones, y que cada espectador vea la realidad desde otro punto de vista.

Ese mismo humor con el que aligera sus películas también lo llevó a participar en una inocentada de lo más creativa. Junto a PlanVE, hizo creer a muchos que la catedral de Plasencia iba a convertirse en un plató de cine para rodar la historia de Rodrigo Alemán, escultor del siglo XV que, según la leyenda, escapó de la torre de la Catedral volando con unas alas hechas con plumas. El conocido como “Ícaro de Plasencia”.

Y aunque todo fue una broma del Día de los Santos Inocentes, más de uno se lo tragó. La idea era tan loca como posible, sobre todo viniendo de alguien como Requejo. La historia gustó tanto que más de uno se quedó con las ganas de verla hecha película. ¿Quién sabe? Igual algún día ese “Ícaro” acaba volando de verdad en la gran pantalla.

Creatividad y compromiso social es una combinación que conecta con el público. Santiago Requejo no solo ha demostrado tener una voz propia en el cine, sino también una visión capaz de abrir nuevos caminos. Si mantiene esta línea en cada proyecto, es fácil imaginar que lo mejor de su carrera aún está por llegar.

En la imagen principal: Carlos Iglesias junto al director Santiago Requejo en una edición del Festival Plasencia Encorto

Un texto de José Luis Muñoz Bejarano para PlanVE

Académico de la Artes y las Ciencias Cinematográficas de España

Académico de Cine de Extremadura

Codirector del Festival Plasencia Encorto

Plasencia, junio de 2025

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