
Tejeda de Tiétar es un pueblo de La Vera a 20 minutos del famoso Monasterio de Yuste que quién diría, al atravesarlo por la EX-203, que esconde una espléndida dehesa de robles. De encinas hay miles, por eso la de Tejeda hay que recorrerla en primavera para ver cómo brillan los robles en flor.
Tejeda de Tiétar tiene uno de los mejores murales del mundo, el erizo de Brea

La dehesa de Tejeda de Tiétar es todo un espectáculo que se abre paso nada más dejar atrás la parada de autobús que está junto al cruce de Valdeíñigos. Eso a un lado de la carretera, al otro lo que brilla es uno de los mejores murales de arte urbano del mundo de 2024, el Erizo Mágico de Brea de proporciones monumentales y toque hiperrealista que conquistó a la plataforma internacional Street Art Cities. Hay varias obras más del Muro Crítico, el proyecto de arte callejero en el mundo rural.

Nadie puede irse de Tejeda sin buscar la Muerte Pelona
La dehesa y el arte urbano son dos razones de peso a pie de carretera para pararse en Tejeda y como no hay dos sin tres, de Tejeda no se puede ir nadie sin buscar la Muerte Pelona. Es la lápida granítica de 0,87 metros de largo por 0,38 de ancho que está incrustada en la fachada y que es el motivo por el que andan rodeando la Iglesia de San Miguel siempre los visitantes.
La Muerte Pelona es el orgullo del pueblo, hasta su silueta en acero da la bienvenida a la localidad y en la Plazuela hay una réplica en granito para hacerse la foto, que con la original hay que agacharse y esta es una pista para saber dónde encontrarla en los muros de la iglesia. Otra pista es que la lápida está en horizontal cerca de la entrada principal de la iglesia de San Miguel Arcángel, Monumento Histórico-Artístico que data del siglo XVI y que pertenece a la incipiente Ruta del Obispo Gutierre de Vargas Carvajal porque bajo sus auspicios se levantó.

Las perrunillas, otro tesoro de Tejeda de Tiétar

Las perrunillas, esas pastas típicas extremeñas, son también un buen motivo para visitar Tejeda de Tiétar. De hecho, el que llevó a Mikel López Iturriaga, de El Comidista, a ir en busca de la receta en su día a casa de “los Rosales”, un clásico entre los restaurantes de La Vera de toda la vida que sigue activo en la misma carretera.
De varias generaciones es también la panadería Gómez, donde se pueden encontrar las perrunillas tradicionales que Ismael aprendió a elaborar desde niño. Como la Muerte Pelona, las perrunillas son orgullo de los vecinos y un souvenir de lo más auténtico. Tanto como que existe una simpática rivalidad secular con el vecino Pasarón de la Vera por cuáles son las mejores. Lo que resuelve José Antonio, el administrativo del ayuntamiento, con una sentencia diplomática: “No hay competencia que valga, son diferentes”.

La Ruta de los Pontones y la Chorrera de Tejeda de Tiétar
En un pueblo donde no hay oficina de turismo, él es el mejor guía que puede haber ante cualquier duda para hacer senderismo por la bonita dehesa de Tejeda. En su día participó en la señalización, pendiente de mejoras en la actualidad, y siempre está dispuesto a ayudar o a proporcionar un folleto turístico al visitante en el ayuntamiento. Si no, cualquiera dará detalles, cualquier vecino, en cualquier establecimiento o en el hotel rural del pueblo, Hojaranzos. Aunque no hay pérdida, a la dehesa se va desde el cruce de Valdeíñigos que está junto a la parada de autobuses en la carretera que atraviesa al pueblo.

Tejeda de Tiétar, el Umbral de La Vera
Pueblo que es el primero de la comarca si se va desde Plasencia, está a apenas 22 kilómetros y de ahí su sobrenombre del Umbral de La Vera, o al que se puede llegar por la A-5 hasta Navalmoral si se viene desde Madrid para tomar luego la EX 119 hacia Jaraíz de la Vera y seguir por la EX 203 en dirección a Plasencia.

Varios miradores en plena dehesa
Tejeda de Tiétar está situado en una llanura que se desliza hacia el río Tiétar, lo cual se aprecia perfectamente cuando se recorre la dehesa siguiendo la Ruta de los Pontones. El itinerario se puede ver en el cartel que está junto a la parada de autobuses y tras pasar entre callejas, llega la explosión de color de la dehesa en primavera.

A los robles que le hace tan diferente, se suman las encinas en flor, también un puro espectáculo, mil escobas amarillas y blancas, todo tipo de árboles de ribera, el rumor del agua en los arroyos, el canto de pinzones, abejarucos revoloteando … y así se llega al Mirador de los Pueblos, desde donde se contemplan Tejeda, Arroyomolinos de la Vera y Pasarón de la Vera además de las sierras de Gredos y Tormantos.

Más adelante hay un arroyo ideal para pararse a retomar fuerzas antes de enfilar un pequeño repecho a la derecha. Se pasa también por el Mirador del Campo Arañuelo con vistas a Majadas, Casatejada, Almaraz y Navalmoral de la Mata así como por el Mirador del Tiétar.

La ruta es circular, de unos 13 kilómetros, y en el último tramo coincide con la Ruta de la Chorrera de Matagarcía. Cuando empieza el rumor del agua, aunque el caminante deberá ir pendiente de las señales blancas y amarillas que indican el camino, hay que desviarse unos cien metros para descender por una fuerte pendiente hacia la Chorrera de Tejeda de Tiétar. Hasta la que se puede llegar directamente por una ruta lineal de 8 kilómetros y donde se inicia la vuelta de la ruta circular de los Pontones, ya casi todo el tramo caminando junto a una pared de piedra que separa la dehesa boyal de fincas particulares. Es un delicioso paseo por la naturaleza en estado puro, aunque por momentos se atraviesa alguna carretera, y porteras que hay que volver a cerrar para no entorpecer la labor ganadera.

Ya en el pueblo, hay que cumplir con la tradición de dar vueltas a la iglesia para buscar la Muerte Pelona. El ‘ara votiva’ que representa una figura antropomorfa que parece ser un danzante. La inscripción que la acompaña en latín hace referencia a las Selais Duillas, diosas prerromanas protectoras de la naturaleza y las danzas para venerarlas. Es uno de esos pequeños tesoros del mundo rural que indica el origen prerromano de Tejeda de Tiétar, un pueblo para descubrir en la turística comarca de La Vera donde la sombra de Carlos V es alargada desde el día en que el Emperador eligió el Monasterio de Yuste para retirarse del mundanal ruido.
Fotos: Andy Solé
Publicado en mayo de 2025
© Planveando Comunicaciones SL
