
La primavera en el norte de Extremadura regala paisajes floridos y hermosos y no solo cerezos en flor. Son los más famosos, que año tras año tienen al público pendiente de cuándo será la floración que cubre de blanco el Valle del Jerte, pero hay otros muchos rincones que merecen también la visita.
Jaras, la flor extremeña por excelencia, orquídeas silvestres, rosas de Alejandría, piornos, lavándulas, cantuesos, brencinas, aulagas … esperan también en el norte de Extremadura en primavera a ser descubiertas.
Cerezos en flor, los reyes de los paisajes floridos en el norte de Extremadura
Los cerezos en flor del Valle del Jerte levantan pasiones. Es un caso único en España, solo comparable a los que se viven también en Japón o en Washington. La pregunta del millón es cuándo se produce la floración, pero la naturaleza es caprichosa y eso depende de la climatología. Entre marzo y abril hay que estar pendientes.

La Oficina de Turismo del Valle del Jerte va informando en su web de si coincide con la Semana Santa, se adelanta, se retrasa, cuándo salen los primeros brotes en las zonas cálidas que se encuentran en la parte baja del valle, cuándo en las más altas, si se prevé uniforme… En todo caso es una escapada obligada. Como complemento, la comarca celebra El Cerezo en Flor, que es Fiesta de Interés Turístico Nacional con toda una agenda de planes para el público como rutas de senderismo, fiestas tradicionales, gastronomía y mucho más además de la posibilidad de ver algunas de las mejores cascadas del norte de Extremadura en todo su esplendor.

También se pueden ver cerezos en flor en las comarcas vecinas del Valle del Ambroz, La Vera, Tierras de Granadilla y Las Hurdes. Ay en Las Hurdes, en el Valle de Malvellido son una estampa para recordar. Como también en el Valle del Jerte los bosques de robles de un verde primaveral que conviven con los cerezos en carreteritas paisajísticas.

Jara, la flor que da nombre a tantas niñas extremeñas
La jara, tan de aquí como que muchas niñas extremeñas llevan su nombre, llenan de encanto la dehesa. Abundan por doquier aunque hay rincones como el Parque Nacional de Monfragüe que son memorables. Alí entre cantuesos, retamas y otras plantas, brillan las jaras tan blancas con o sin mota amarilla en sus pétalos y huelen, huelen maravillosamente.
En el Mirador de la Barca de Serradilla forman un photocall natural para enmarcar la foto menos conocida del icónico Salto del Gitano que se ve al fondo. La dehesa de Montehermoso esconde un encantador sendero entre jaras y escobas en flor junto al Puente de Simón Ruano. Con todo, son solo algunos sitios recomendables porque jaras salen al paso al visitante por todos los rincones.

La increíble visión de la dehesa con sus robles en flor
Muy recomendable también es perderse por la dehesa extremeña y disfrutar de los robles en estado primaveral. Hay rincones como Tejeda de Tiétar en La Vera donde la dehesa brilla en primavera con sus robles florecidos. Una estampa más desconocida que la tradicional de encinas, pero divina.

Templos de las orquídeas en el norte de Extremadura, puros paisajes floridos
El norte de Extremadura tiene dos destinos para observar las fascinantes orquídeas que tanto viajero atrae. El más conocido, Almaraz, que cuenta con hasta 19 variedades diferentes e incluso una autóctona y Riolobos, el pueblo que se ha ganado su hueco con solo dos variedades, pero que cubren de color el Cerro Tomillar entre lavándulas y lirios. Un manto violeta que embelesa.
Almaraz tiene dos templos de orquídeas. El natural en el paraje de El Sierro y el centro de Interpretación, Orchydarium se llama, donde se puede conocer todo sobre esta magnética flor.

Riolobos viene a ser el jardín de la Autovía de la Plata porque se halla a un paso entre Cáceres y Plasencia y perderse por su cerro, Parque Periurbano de Conservación y Ocio, es un delicioso paseo.
Escondite de las peonías en el norte de Extremadura

El norte de Extremadura también esconde rincones para ver rosas de Alejandría, que no son rosas, ni de Alejandría, y quizá por eso sus vecinos las conocen más por peonías. En Sierra de Gata literalmente se esconden en el paraje de Salvaleón de Valverde del Fresno a un paso de Portugal. Se puede ir en coche, eso sí, alto camino de las ruinas de Salvaleón. Otro escondite lo tiene Malpartida de Plasencia en su magnifica dehesa de El Robledo camino de Castro Camocho, territorio mágico de tumbas antropomorfas como la Tumba de la Princesa.
El manto amarillo de los piornos
Gredos extiende sus piornos en Extremadura luciendo de amarillo también las zonas del Tiétar, la comarca de la Vera y también el Valle del Jerte. De hecho el pueblo más alto de Extremadura, Piornal, le debe su nombre y el colorido de sus zonas más altas de montaña. Su intenso olor perfuma también estos valles hasta el mes de julio previsiblemente.

El espectáculo único del Pico Pitolero camino del verano, una joya entre los paisajes floridos del norte extremeño
Otro efímero espectáculo se da en el norte de Extremadura a 1345 metros de altura en el Pico Pitolero, un magnífico faro situado en los Montes de Traslasierra que separan al Valle del Jerte de las Tierras de Granadilla y el Valle del Ambroz.
Los mayores del lugar dicen que es entre San Juan y San Pedro cuando más amarillean las ‘jolagas’, pero conviene estar pendientes porque aunque las aulagas suelen florecer desde mediados de junio hasta principios de julio, se puede adelantar y ver el Pico Pitolero convertido en un mar de flores es una preciosidad.

Publicado el 12 de abril de 2025
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