
Abre el coro del Monasterio de Yuste para que el público pueda admirar su asombrosa sillería con perros, dragones o sirenas, entre otros animales y criaturas fantásticas representados en esta joya del siglo SXVI.
Es una de las piezas artísticas más relevantes del Monasterio San Jerónimo de Yuste que permanecía oculta al público, pero que a partir del 15 de abril se podrá visitar, eso sí, en turnos de veinte personas para preservar esta obra maestra. Con o sin guía en la que será, de todos modos, una visita cargada de emoción.
El Monasterio de Yuste es de por sí una joya del patrimonio extremeño famoso porque allí fue a morir Carlos V en 1558 y desde 2023 posee el Sello de Patrimonio Europeo en reconocimiento por su valor simbólico y su papel histórico en la creación de la Europa actual. De hecho en uno de los respaldos de la sillería alta del coro destaca un águila bicéfala en clara alusión a la coronación de Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico.

El Monasterio de Yuste es de lo más visitado en Extremadura y ahora con el aliciente también de acceder a un coro que asombra por las extraordinarias tallas de los respaldos y misericordias. Además de los dragones, sirenas y perros, en la sillería se pueden ver ciervos, monos, castores o pelícanos y grifos o basiliscos.
Esta maravilla se encuentra en la comarca de la Vera entre Cuacos y Garganta la Olla y pertenece a Patrimonio Nacional, en cuya web se pueden consultar horarios y tarifas así como adquirir las entradas al Monasterio de Yuste.

La ampliación de la visita al coro abre las puertas al turismo de una joya del primer tercio el siglo XVI que destaca por la calidad de su confección, su rica iconografía y su buen estado de conservación.
Realizada en madera de nogal, está formada por un total de 61 sitiales, 31 altos y bajos el resto, y se ajusta milimétricamente a la estructura arquitectónica del coro de la iglesia, lo que demuestra que fue diseñada específicamente para este espacio. En el coro puede verse también un facistol datado en 1563, atrio giratorio que servía para colocar los cantorales y que los monjes pudiesen seguir la lectura de los oficios divinos.
Fotos cedidas por Patrimonio Nacional
Publicado el 9 de abril de 2025