Search

Agosto, 2045

Hace pocos días tuve el placer de conocer a Esteban Beltrán Verdes, que estuvo por Extremadura presentando el libro titulado Agosto 2045. Esteban Beltrán Verdes es el director de la sección española de Amnistía Internacional y un testigo directo de la historia -terrible- del mundo desde que, a principios de los años 80, tomó la decisión de inscribirse en Amnistía Internacional. Les invito a leer su ensayo Derechos torcidos: tópicos, medias verdades y mentiras sobre pobreza política y derechos humanos (Ed. Debate, 2010), un texto que rezuma lucidez y que trata de política, guerras, inmigración, pobreza, pena de muerte, derechos humanos, etc., con inteligencia y humor.

Esteban, sin embargo, ha pasado por Extremadura para enseñarnos otra faceta de su vida: la de poeta. Agosto 2045, publicado por Huerga y Fierro, no es su primera incursión en la poesía, pues ya había publicado anteriormente La jodida intensidad de vivir (2018, ed. Vaso Roto) y Marian o la muerte que no admite olvido (1990, en Cuadernos Hispanoamericanos).

Desde un principio el título, Agosto 2045, me llamó mucho la atención, pues me sugería una temática distópica, viendo cuál es el devenir actual de los tiempos. Sin embargo, como revela el poema que hace de prólogo, el libro, en realidad, es una intensa reflexión sobre la inmortalidad y la muerte:

 Quizá la búsqueda de la inmortalidad
 no sea más que la indiscutible prueba
 del comienzo de mi propia muerte.

El título, por tanto, cobraba un sentido existencial. Se transformaba en un horizonte temporal, una clepsidra y un estado de consciencia frente a la propia finitud.

El libro consta, además, de seis partes cuyos títulos evidencian el tema de fondo:

  • Aproximación cautelosa a la inmortalidad
  • Aproximación urgente a la inmortalidad.
  • Dudas y certezas existenciales.
  • Agosto 2045; los últimos días.
  • Agosto 2045; después.
  • El Origen.

Los poemas (también contiene algunos fragmentos en prosa) giran sobre la inmortalidad como una tentativa que mira de frente a la muerte. Una muerte que es la del individuo, que es la de las personas más queridas y que es la de aquellos desconocidos que le han avivado el extrañamiento por las incógnitas que esconden sus muerte. Son poemas profundamente autobiográficos que reivindican la memoria personal y episódica, como los pedacitos de una vida pasada que se niegan a desaparecer.

Las variaciones, perspectivas y pensamientos sobre la inmortalidad que se proponen en el libro son de una riqueza literaria extraordinaria. Hay un cruce de caminos con la tradición elegíaca de Jorge Manrique o con la poesía barroca y se activan tópicos como ubi sunt?, tempus fugit, vanitas vanitatum o fortuna mutabile y, en especial, memento mori.

En este sentido, me ha parecido un libro de poesía distinto a otros muchos que he leído últimamente, por su frontalidad, por su honestidad y por tratar temas como el anhelo de la inmortalidad, la vejez, la memoria, la biología (los telómeros), la decadencia del cuerpo, los hospitales, el suicidio, etc., y hacerlo de forma tan convincente, poéticamente hablando, con poemas estróficos de verso libre, bien trabados, rítmicos y carentes de melodrama. Es un libro en el que hay mucha emoción, pero el autor ha optado estilísticamente por la contención expresiva y la reflexión, prescindiendo de imágenes complejas, alegorías y símbolos, para optar por la desnudez de las palabras. Abundan, en consecuencia, las figuras del pensamiento lógico como la antítesis, la paradoja o las preguntas retóricas. Y las notas de humor e ironía, que tienen la virtud de temperar el drama:

Pero si sigues siendo

después de no ser,

si no desapareces

junto a tu vida,

regresarás calle,

instituto,

glorieta,

aeropuerto,

jardín,

piedra

o punto del mapa

hasta el próximo bombardeo.

Esta distancia necesaria también se advierte en alguna página lúdica, que pide la intervención del lector, como Ejercicio de memoria episódica, al final del libro.

Agosto 2045 es un libro inusual, acostumbrados como estamos a la vigencia de la eterna juventud en todos los ámbitos – las estrellas de rock siguen cantando sobre la rabia juvenil a sus 80 años-, es un libro sobre la vejez, sobre la consciencia de la muerte acechante y sobre el anhelo de inmortalidad.

Excediéndome de los márgenes de esta propuesta de lectura, quisiera contarles en qué lugar leí este libro, porque también es relevante el contexto en que se ha leído un libro para su comprensión. Hice una primera lectura en un parque, muy bullicioso, viendo cómo mi hijo y su pandilla de amigos corrían felices detrás de una pelota, y me di cuenta de que este libro encierra una paradoja, y es que no hay rendición en él, y que es en el fondo un canto a la vida, aunque venga zarandeada por las circunstancias biográficas y existenciales, y por un destino implacable.

Quiero darles las gracias a Esteban Beltrán Verdes por su libro y recordarles que, en cualquier caso, la literatura nos acompaña en este viaje y deja una estela. Y que él también ha dejado una estela en Extremadura, por su bonhomía y por su labor inmensurable respecto a los derechos humanos en el mundo. Y termino con los versos finales del poema A un poeta sajón, de Jorge Luis Borges:

Pido a mis dioses o a la suma del tiempo

que mis días merezcan el olvido

que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,

pero que algún verso perdure

en la noche propicia a la memoria

o en las mañanas de los hombres.

Publicado en marzo de 2025

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar
edificio-galera

El edificio de La Galera suma un atractivo más a la Alcazaba de Badajoz con su apertura

El edificio de La Galera de Badajoz abre sus puertas desde el…

XV Curso de Memoria Histórica de Plasencia y Comarcas

La figura de Sorolla y su paso por Plasencia están muy presentes…

Extremadura es lo que da

Nacido en España, David Martín, nace y se cría entre distintas ciudades…

Descubre en Navidad las Termas de Alange

Planazo navideño: visita guiada a las Termas de Alange, para conocer un…