

¡Tiene bemoles el asunto! Cae en nuestras manos un artículo del periódico ‘elDiario.es’, de gran tirada nacional y que goza de nuestras simpatías, con fecha 10 del pasado febrero, y observamos un epígrafe: ‘El tipismo ancestral del Carnaval ‘Jurdano’ viaja este año hasta el pueblo de La Sauceda’. Desafortunadamente, el hecho de no estar presente en tal festejo, a fin de vertebrar una crónica bien cimentada, da lugar a que se acuda a páginas de Internet, donde se vierten garrafales desaciertos y falsedades sobre las antiquísimas, genuinas y fascinadoras carnestolendas que, de manera rotativa, se celebran cada año en una aldea o alquería de la comarca de Las JHurdes. La culpa de todo ello se encuentra en ciertas páginas webs, referidas al territorio jurdanu. No sabemos quiénes las habrán redactado, pero… ¡se han lucido! Incluso aparece el nombre de este componedor de prosas, poniendo en mi boca frases sobre la demarcación jurdana que no pronuncié en mi vida. De nada han servido mis quejas. Esa información sesgada, torticera y carente de todo rigor histórico-geográfico, antropológico, etnográfico o etnomusicológico, está haciendo mucho daño a la comarca, pues se repite como un mantra y socava las raíces y las identidades de la misma. No será la primera vez que lo hemos dicho. O se extirpan todas las patrañas, inexactitudes y tergiversaciones de tales páginas, o Las JHurdes seguirán sometidas a la Inquisición informativa.

Visto lo visto, vamos a lo nuestro y rematemos la faena carnavalesca, que no la taurina, pues no nos refocilamos con la inculta y aviesa tortura de los animales, trayendo el tercer y último capítulo de la trilogía que dedicamos este año al ‘Carnaval Jurdanu’. Hoy, viernes, 21 de febrero y efemérides de San Eustaquio y San Germán, se encuentran los vecinos de la alquería jurdana de La Socea (en castellano, La Sauceda), confeccionando ‘El Morcillu’. Sabido es que este bien dotado personaje, uno de los más llamativos y fascinadores de estos antruejos, idolatrado por las mujeres y odiado por los hombres, recibe otros nombres; dependiendo de los ‘ríus jurdanus’. Ponemos en negrita los de los ‘ríus’, ya que dicho hidrónimo fue, y es, empleado con relativa frecuencia por los habitantes de estas montañas para establecer demarcaciones geográficas y demográficas. Cuando se pretende adscribir el origen o residencia de tal o cual vecino, la referencia queda patente: ‘esi es de la parti del ríu del Pinu’, ‘esa es de la parti del ríu de La Fragosa’, ‘esi es de la parti del ríu de Lus Casaris’, ‘esa es de la parti de La Rivera del ríu del Adriá’ (esta última referencia se la escuchamos a un vecino de la alquería de La Aldehuela y a una mujer de Arrolobos, refiriéndose al actual concejo de Ladrillar)…Hilando el cabo, nos encontramos que al ‘Morcillu’, pelele mitad humano y mitad macho cabrío, le dicen, o le decían, que ciertas acepciones se volatizaron de las memorias: ‘Don Pericu’, ‘El Mingorru’ y ‘Pericón el Galicianu’. Como la nebulosa leyenda que rodea a tan legendario personaje ya la trajimos a estas páginas cuando se nos brindó la ocasión, pasamos, a la carrera y… ¡a otras cosas, mariposa!

Carantoñas

Cierto que cada año se acercan más personas de a pie (de a caballo no vemos ninguno) a estos ‘Entruejus’. Muchos son los que nos preguntan qué indumentaria les aconsejamos que se pongan en esa memorable jornada, que hogaño será el día 1º del próximo marzo. En las vísperas andamos… Si el gentío desea sumirse a tope en el festejo, le decimos que se ‘entruejen’, se ‘enzamarren’ o se ‘encarantoñen’ de ‘carantoñas’, valga la redundancia al mentar el verbo ‘encarantoñá / encarantoñal’ y el sustantivo ‘carantoñas’. Cierto que no tienen nada que ver con las famosas ‘Carantoñas’ del pueblo cacereño de Acehúche, cuya fiesta (20 de enero) también es de Interés Turístico. Estas carantoñas no son personajes de carnaval, sino que su contexto y espacio mágico y sagrado se circunscribe al citado pueblo. Giran en torno a la festividad de San Sebastián. Las ‘carantoñas’ de los antruejos jurdanus son variopintas y pueden ir ataviadas de mil y una maneras, siempre y cuando no caigan en el plastificado horror de imitar a personajes de la consumista ‘modernez’. Esto se lo dejamos para los que exhiben el anticarnaval de los competitivos desfiles de disfraces. Los que deseen asumir el papel de ‘carantoñas’ del ‘Carnaval Jurdanu’ deben sumergirse en un pasado donde la memoria se pierde y su imaginación echará a rodar como por arte de magia. Por lo tanto, hasta la musa de los iris garzos, que vendrá tocando la cornamusa, sabrá muy bien cuáles son sus blusas, sus fusas y semifusas. Ante la muchedumbre, se presentarán, envueltas en las nubes que se esconden tras el ‘Picu de las Corujas’, la ‘Carantoña de las Moragallas’, que gasta una indumentaria con muchos colllares y ristras de agallas de los robles. O la ‘Carantoña de las manzarocas de lus millus’, que lleva secas mazorcas del maíz colgando por toda su anatomía y un sombrero fabricado con hojas secas de tal plata. O la ‘Carantoña de lus Carapuchus’, que transporta al cuello y a la cintura varias calabazas vinateras (‘carapuchus’ en habla jurdana). O la ‘Carantoña de lus Nabus’, que va envuelta entre nabizas y nabos, llevando una cesta de mimbre o de castaño con muchas rodajas de nabos, que reparte al personal; quien se niegue a comerlas, recibe un par de ‘vardascazus’ en las piernas con la vara que lleva la mentada carantoña… Y así podríamos seguir y seguir. Cada cual puede sacarse una ‘carantoña’ de la manga. Ahora; eso sí: es totalmente obligatorio que todas las ‘carantoñas’ lleven una máscara, a poder ser artesanal (entre más fea y terrorífica, mejor).

Los que no lleven máscara, deberán forzosamente llevar la cara pintada con los colores rojo y negro, mitad y mitad. Los cencerros a la cintura no pueden faltar. Las mujeres llevarán un sombrero viejo, de hombre, usado, raído y hasta con telarañas, de paño si puede ser; y los hombres, un pañuelo de mujer a la cabeza, atado a la manera antigua. Suelen ir provistas de un garrote, una horca de palo o cualquier instrumento agrícola ya en desuso. Algunas van pegando voces y alaridos; otras, en cambio, no hablan una sola palabra y solo se comunican con señas. Algotras se hacen las borrachas y caminan contorsionándose y dando tumbos, llevando una bota de vino en las manos. Se entremezclan en el vendaval carnavalesco, empujan a todo el mundo, les pellizcan en las nalgas y preparan la de dios. Nadie tiene derecho a quejarse. Como cantaba Tíu Luteriu Alonsu Martín, que fue ‘Rey del Carnaval Jurdanu’ en la edición celebrada en el pueblo de ‘La Güetri’ (en castellano, Huetre): ‘Si viní a lus entruejus, / trae-lu bien aprendíu: / aguantá lu que vus echin: / naidi se duelga de viciu; / non vos duelgáis de cagueta / nin vos duelgáis d,estriñíus’.

‘El Carnaval Chiquininu’
Los que deseen empalmar el carnavalero sábado con el ‘Domingu Gordu’; todos los que, en resumidas cuentas, tengan ánimos y ganas de prolongar la jarana, pueden tomar el camino en dirección a El Cabezo. En esta alquería, que, en tiempos, fue cabeza del concejo de La Rivera (‘Rius Malus’ en Plena Edad Media), se celebrará el llamado ‘Carnaval Chiquinino’, cuyo artífice es el herbodiestista jurdano, hijo de dicha aldea, Manuel Roncero Domínguez. Manolo, perteneciente a la saga familiar de los ‘Chocolateros’, es miembro de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ y asume como propia la antiquísima tradición de los ‘zajurilis jurdanus’ (personajes que tenían mucho de santones, curanderos, videntes y veladores de los usos consuetudinarios y las tradiciones de la comarca jurdana). En esa jornada dominical, se podrán en marcha un taller artístico sobre ‘Seres mitológicos de Las JHurdes’, se escenificará el ‘rejuiju’ de ‘La Osa de El Cabezo’, con la aparición de los ‘Jáncanos’, mucho baile de tamboril y gaita y, como es natural, la chicha y el vino, que bien dicen por la zona que ‘de la panza sali la danza’. Todo un ejemplo a tener en cuenta: frente a los que banalizan sus tradiciones y recrean ridículas copias del mundo urbanita van surgiendo brotes nuevos y las señas de identidad vuelven a brillar con el esplendor de antaño. ¡Enhorabuena!
El CARNAVAL JURDANU VOS ABRI LAS SUS PUERTAS DE PAL EN PAL
VOS ESPERAMUS EN LA SOCEA EL DÍA 1 DE MARZU

Foto superior: Tres compañeros de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’: ‘El de la Estantigua’. ‘El Pandereteru’ y ‘El Morcilleru/Ramajeru’. ‘Carnaval Jurdanu’ en Cambrón, 2024. (Foto: F.B.G.)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado en febrero de 2025