
Que el carnaval ya viene de camino es cosa más que sabida, y, si no, que se lo pregunten a los vecinos del pueblo de La Socea (en castellano, La Sauceda), en el concejo de Lo Franqueado, dentro de la legendaria comarca de Las Hurdes. Todo la pequeña comunidad vecinal, hermanada y erigida en asamblea permanente, está involucrada en que la 35 edición del ‘Carnaval Jurdanu’ tenga un resonante eco, que traspase las altas cordilleras de las JHurdes y se desparrame por ciudades, villas, lugares y aldeas. De hecho, ya se están oyendo voces de prestigiosos investigadores, pertenecientes a asociaciones y federaciones, tal que ‘Mascararte’, que empujan virtuosamente para que dichos antruejos alcancen la dimensión de ‘Fiesta de Interés Turístico Nacional’ (ahora, solo es de ‘Interés Regional’).

En asamblea, los vecinos ya eligieron a su ‘Rey del Carnaval’. Por ello, este pintoresco rey viene a ser un ‘rey republicano’, pues es elegido por el pueblo, mediante todo un proceso de democracia directa, y no por herencias de la sangre, que solo crean tremendo clasismo y responden a regímenes antidemocráticos y propios de los oscuros años medievales o de otras coronadas épocas. Nos contaba Saturnino Oñoro Domínguez, tamborilero que fue de la alquería jurdana de El Cerezal, que oyó contar (‘de argu m,arrecuerdu entoavía, fuendu un dagal’, nos relataba) que el ‘Juevis de Compairi’ salía, ‘pa jacé la gracia’, un vecino, al que le decían ‘Jineju’, que iba como un pordiosero, sucio y con ropas viejas y harapientas. Llevaba un saco lleno de ceniza y la iba espolvoreando por las calles. Le decía la gente: – ‘¿Pos que jacis, Jineju?’ Y respondía él: – ‘Aviciandu los mis güertus; // si no dan bollunas, darán pimientus’. Y era el risorio. Al ‘Jineju’ lo iban a buscar en la mañana del Martes de Carnaval los mozos y otros vecinos, con el fin de elegirlo ‘Rey del Entrueju’. Se hacía el remolón y no quería salir de casa, hasta que lo sacaban por la fuerza, ya que tenían un mandato del pueblo. Lo montaban en un burro y lo paseaban. Le tiraban paja y todos gritaban: ‘¡Viva el rey Jineju, el nuestru Rey del Entrueju!’. Y le preparaban una corona, una cachiporra y le colocaban una ristra de ajos, como si fuese un collar, alrededor del cuello. Decían que era para espantar a las ‘mengas’ (brujas).

Tomás Gómez Bernal, que fue secretario de los Ayuntamientos de Casar de Palomero y Cambroncino (en este pueblo estuvo el Ayuntamiento de Caminomorisco hasta el año 1920) y que era muy amante de las antiguas tradiciones, dejó varias notas en sus ‘Apuntes Jurdanos’, donde se dan más detalles sobre la figura del ‘Rey del Carnaval’, que era el personaje central de las carnestolendas en muchos pueblos de la zona, allá por finales del XIX y principios del XX.

Orgulloso y Satisfecho
Ramón Sánchez Martín, que fue bautizado, como la mayoría de los vecinos en cualquier pueblo del medio rural, con el apodo de ‘Peona’ (en castellano, ‘peonza’), nos dice que, cuando se enteró que la comunidad vecinal le había nombrado ‘Rey del Carnaval Jurdanu-2025’, ‘senti un gran orgullu y una alegría inmensa; toa una ilusión, mu satisfechu de que así fuesi’. Ramón recuerda con gran añoranza el año en que entró en quinta. Es hijo de la alquería de La Socea, al igual que sus padres y todos sus abuelos. La entrada en quinta, todo un auténtico ritual, siempre coindice en dicho concejo con la semana en la que se encuadran los carnavales. Quinta del 65. Envueltos en mantas, con sombreros desvencijados, marchan los quintos llevando un burro de cabestro, con sus aguaderas correspondientes. Puerta por puerta. Los vecinos les entregan chacinas, vino, licores… Toda una contraprestación. Los quintos siempre fueron los primeros en casos de calamidad pública o en ayudar a quienes ya estaban faltos de fuerza por los años o por otras congojas. Antes, corrían los gallos y celebraban otras ‘antruejás’. La cojitranca modernez despedazó la ley consuetudinaria.
A Ramón le salieron los callos en la vida laboral cuando cumplió los 18 estíos. Trabajos en el desmonte por las serranías jurdanas (ICONA). No tardando, a vestir el caqui en el ‘Tercio Viejo de Sicilia’ (Regimiento de Cazadores y Zapadores de Montaña. Cuartel de Loyola, San Sebastián). Buenos recuerdos de la mili. Mejor que andar rozando el monte con un calabozo. Se hizo bombero forestal. Probó fortuna por Lérida, en una empresa de camiones y acabó regresando al puesto de bombero. Y de bombero se jubiló, no sin pasar antes por el mayor percance de su vida. Accidente en la sierra jurdana de ‘La Muñina’. Iba de copiloto en el camión. El conductor, ileso; pero a él se le fracturaron vértebras cervicales y tuvo que ser intervenido de urgencia en Badajoz. Quedó para contarlo, sin secuelas dignas de mención. Ramón, que se llama así, porque nació el día de San Ramón (31 de agosto), también tuvo grandes alegrías, como su boda con María del Carmen Puertas Bravo y el nacimiento de su hijo Carlos.

Metido en el ajo
Seguro que Ramón es el único jurdanu que no ve con buenos ojos los guisos de cabrito. En una tierra, donde el 90% de sus habitantes han sido pastores de cabras, resulta algo extraño. Tampoco le va la carne de ternera. En cambio, le chiflan los huevos fritos con patatas. Pasando de gastronomías, Ramón se encuentra feliz metido en el ajo y en el trajín de los preparativos del ‘Carnaval Jurdanu’. Disfruta estos días viendo cómo estos quehaceres organizativos han unido mucho a los vecinos, recobrándose viejas amistades y creándose otras nuevas, tejiendo todo un entramado social, donde cada uno da lo mejor de sí, en aras a que el festejo sea todo un éxito y el pueblo de La Socea quede a la altura que se merece.

Deseando que llegue el día 1 de marzo, ‘Sábadu Gordu del Entrueju’, para que Teófilo García Hernández, ‘Piché’, de la alquería de Cambrón le pase los atributos de ‘rey repubricanu’ que ha ostentado a lo largo de todo un año. Ramón ‘Peona’, que se duele a veces porque no ve muy claro el futuro de su tierra, pues el índice de población sigue bajando, la juventud se marcha y, si no se remedia, muchas aldeas acabarán desapareciendo, hace votos para que, en su mandato, se obre algún tipo de milagro y revierta radicalmente la situación, que no solamente afecta a Las JHurdes, sino también a todas las ruralidades de las comarcas que la rodean. Pero las mascaradas de invierno ya hicieron su aparición y es tiempo de ir saltando y remeciendo los cencerros, zamarrear las castañuelas, tañer las gaitas y aporrear los tamboriles, ‘rejinchá’ bien alto y brindar por la salud del ‘Carnaval Jurdanu’ y de otras tradiciones de la que tan rica es esta tierra legendaria. El alcalde de Pinofranqueado, José Luis Azabal Hernández, en cuyo concejo se encuentra el pueblo de La Socea también está poniendo toda la carne en el asador. Igualmente, los compañeros de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ están velando armas y redoblando ánimos con el fin de que las calles de La Socea se conviertan el primero de marzo en un hervidero libertino y libertario, espontáneo y anticompetitivo, mítico y heterodoxo, solidario y fraterno, ruralizado y legendario, desbocado y antiautoritario, rompedor e iconoclasta…En resumidas cuentas, en el reverso de los desfiles de disfraces, heredados de los salones burgueses y capitalistas del siglo XVIII y XIX, que carecen de magia, de identidad y de raíces. ‘Estampas Jurdanas’ fue quien avivó los rescoldos de estos antruejos, que estaban a punto de hundirse, los salvaguardó, los difundió y desparramó y logro que alcanzaran el título de ‘Fiesta de Interés Turístico Regional’. Una gran gavilla de compañeros de manos encallecidas y piel curtida por los soles, las aguas y los vientos, que estuvieron a primera hora arrimando el hombro para sacarlo a flote, ya no están con nosotros. Vaya para ellos nuestro más emotivo y fraternal recuerdo. Permanecerán siempre en nuestra memoria.

Imagen superior: Ramón Sánchez Martín, elegido “Rey del Carnaval Jurdanu” 2025. En la imagen, faenando en uno de sus huertos en la alquería jurdana de La Socea (en castellano, La Sauceda). (Foto: M.C. Puertas Bravo)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado en febrero de 2025