Belvís de Monroy es un destino obligatorio para los amantes de la historia. Castillos y conventos hay muchos, pero el Castillo de Belvís de Monroy con tal mezcla de estilos e iluminado cada noche del año es imponente y el Convento de San Francisco del Berrocal es el mismísimo lugar de donde partieron los primeros misioneros del Nuevo Mundo.
Belvís de Monroy, la joya histórica del Campo Arañuelo
Ambos son de esos sitios donde se siente el peso de la historia y te imaginas batallando a cristianos y musulmanes o a grandes familias rivales y a los frailes alejados del mundanal ruido o embarcando con Hernán Cortés. Los ecos del pasado se hacen sentir en Belvís de Monroy, auténtica joya histórica de la comarca cacereña de Campo Arañuelo.
El pueblo se encuentra muy próximo al palacio que se otea desde la Autovía Ruta de la Plata y parece sacado de Disney, el Palacio de las Cabezas, donde se gestó el regreso de los Borbones en pleno franquismo. No es visitable, como tampoco el Castillo de Belvís, pero solo la presencia de ambos impresiona.
El colosal castillo y su maqueta
Por eso en Belvís el mejor punto de partida es el Centro de Interpretación Histórico y Cultural de Campo Arañuelo para ver cómo era el castillo en todo su apogeo en una espléndida maqueta junto a otra del convento, Además lo atiende Bárbara, una excelente comunicadora que también hace visitas guiadas gratuitas desde este centro de la red provincial de diputación que solo cierra los lunes así como los domingos y festivos por la tarde, pero que es cuando abre la oficina de turismo del pueblo en la antigua cárcel que igualmente atiende ella. Con Bárbara toda visita a Belvís de Monroy es como viajar en el tiempo de lo didácticas y amenas que son sus explicaciones y se pueden concertar visitas guiadas llamando al 927 575 968.
Al castillo se llega dando un paseo por entre fachadas con escudos, el Rollo jurisdiccional y la iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Ya a sus pies, lo que más llama la atención son sus grandes dimensiones, la torre del homenaje y la barbacana que lo rodea. Data del siglo XIII como fortaleza militar y hasta el XVI se habitó el Palacio renacentista, cuyo patio fue idéntico al del Parador de Jarandilla de la Vera, antiguo castillo-palacio de los Condes de Oropesa, porque Beatriz de Monroy se encaprichó con semejante diseño y lo quiso para el suyo propio en la época dorada de Belvís de Monroy. Los azares de la historia lo redujeron al estado actual y hasta rastros de cañonazos de la Guerra de la Independencia quedan en sus muros. Entre los que anidan cernícalos primilla como zona ZEPA que es.
El convento de los Doce Apóstoles de México
El otro gran foco de atracción del turismo es el convento de San Francisco, situado a las afueras del pueblo. Se puede llegar en coche y caminando por la Senda de los Frailes o por la Laguna Feria. En cualquier caso es un paseo de no más de 5 kilómetros entre ida y vuelta.
El camino empedrado que flanquean doce monolitos con los nombres de los Doce Apóstoles de México conduce al convento de donde partieron hace exactamente 500 años los frailes franciscanos a petición de Hernán Cortés. Es cruzar el umbral e imaginarlos ora et labora en los restos del huerto, sus celdas o la biblioteca que quedan junto a la iglesia y el claustro restaurados en los 90. Consigo llevaron al Yucatán la austeridad franciscana. Por Motolinía, pobre en la lengua náhuatl, se conoce de hecho a uno de ellos, Fray Toribio de Benavente, que pasó a la historia por ser un gran estudioso de su cultura y defensor de los derechos de la población indígena.
En el entorno del convento se halla la ermita del Berrocal con unas vistas privilegiadas al embalse de Valdecañas y en plena dehesa un alcornoque que es Árbol Singular de Extremadura con 250 años de antigüedad y 26 metros de diámetro de copa.
La Virgen del Berrocal, una virgen negra con fama de milagrera, es muy popular entre los vecinos. Desde su puerta principal hay un punto desde el que se ve el Castillo de Monroy y muy cerca sobre un cancho la escultura de un fraile donada por un artista mexicano.
En esta ruta hay un merendero muy frecuentado por los senderistas. Los que prefieran comer de mesa y mantel, los fines de semana pueden hacerlo en el bar de la piscina y entre semana previa reserva. En el centro de interpretación le darán detalles.
Alojamientos hay dos, la Casa Rural del Alcornoque en la pedanía de Casas de Belvís y el Hotel Rural Alonso de Monroy. La mejor forma de contemplar el colosal castillo iluminado.
Publicado en diciembre de 2024
Foto de cabecera cedida por el CICA, Centro de Interpretación Histórico y Cultural del Campo Arañuelo
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