El territorio jurdanu, a través de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, podrá exhibir músculo etnomusicológico el próximo día 16 de noviembre en las ‘X Jornadas Micológicas’, que se llevarán a cabo en el pueblo pacense de La Puebla de Obando, conocido antiguamente como ‘Puebla del Zángano’. Curioso nombre este, que puede dar lugar a malentendidos. La vieja leyenda, según oímos de boca de algunos mayores, hablaba de que una ‘marquesona’ (marquesa de ordeno y mando y señorona terrateniente), dueña de muchas fanegas de tierra donde le trabajaban depauperados jornaleros por un miserable jornal, mandó construir una serie de viviendas donde hoy se alza el actual pueblo. Cierto día, en tiempos de invierno, se asomó por ver cómo iban las obras y observó que los peones estaban tomando el sol tranquilamente. Se soliviantó y comenzó a llamarlos ‘zánganos’ y ‘requetezánganos’. Y este suceso, según referían, bautizó al nuevo pueblo, surgido en el siglo XVI. En el ‘Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura’ (1791), tan atiborrado de datos falsos, se le denomina con tal nombre, al igual que en el mamotrético ‘Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar’ (1845), de Pascual Madoz Ibáñez, lastrado incluso por mas patrañas, se vuelve a repetir lo mismo. Lo de ‘Obando’, que vino a sustituir lo de ‘El Zángano’ se remonta a tiempos más modernos y está relacionado con la aristocracia terrateniente, concretamente la familia de los ‘Ovando’ (la “v” se convertiría con el tiempo en “b”), oriunda de la ciudad de Cáceres. El primer Marqués de Ovando fue Francisco José de Ovando y Solís Rol de la Cerda, bautizado en la parroquia de San Mateo, de Cáceres, el día 3 de octubre de 1693. Tal vez, el señor marqués y terrateniente también debería haber cambiado su apellido ‘de la Cerda’, si nos atenemos a lo cacofónico y malsonante del término.
La leyenda no deja de ser leyenda, y el caso es que, en 1524, mediante una ‘Carta de Población’, firmada por Carlos I y su madre doña Juana, se decide instalar en tal lugar a 35 labriegos, concediéndoles la potestad de levantar casa y corral en el plazo de tres años, a la vez que se otorgaba a cada uno de ellos 50 fanegas de tierra a perpetuidad. No obstante, no podían vender ni casa ni tierras en el plazo de ocho años y nunca a forasteros. Alcanzó el titulo de villa de realengo, viviendo holgadamente hasta que, en 1629, el llamado ‘Rey Planeta’ (Felipe IV) se desligó de ella y se la vendió al conde de Salvatierra, pasando a ser una villa de señorío, con las cargas tributarias que ello conllevaba.
Micologías
Con la colaboración de diversas entidades, el Ayuntamiento, con el apoyo de otras asociaciones socioculturales de la población, ha puesto en marcha las ‘X Jornadas Micológicas’, que se extenderán a lo largo de los días 15, 16 y 17 del presente mes de noviembre. Sus objetivos esenciales son: ‘impulsar el conocimiento y la valoración del espacio natural de la Sierra de San Pedro’, así como ‘divulgar la diversidad y adecuada gestión de los recursos naturales que nos ofrece la Naturaleza; en este caso, la Micológica’, entre otros. Todo un montón de actividades en torno a las setas y donde los asistentes serán participantes directos del programa trazado al efecto.
Centrándonos en la jornada del día 16, sábado, efemérides de Santa Gertrudis, aunque el patrón del pueblo sea San Ildefonso, aparte de la matinal recogida de setas, la apertura del mercado artesanal, la ‘ruta de la tapa’, los juegos tradicionales y la actuación de Ana Trinidade (música tradicional portuguesa), la villa se verá invadida por las ‘huestes antruejeriles llegadas de las tierras norteñas de Extremadura’. Toda una gavilla de herederos de los nebulosos ‘rucones’ arribarán a La Puebla de Obando marcando sus pasos de manera anárquica y desinhibida, tal y como exige el mundo consuetudinario del ‘Carnaval Jurdanu’.
Homenaje a Pilar Sánchez Jaén
Con sus rostros cubiertos por máscaras artesanales o pintados de rojo y negro, los colores más antiguos usados por nuestros antepasados prehistóricos, y embutidos en sus pieles y otras indumentarias propias de los ‘Entruejus’ de la legendaria comarca de Las JHurdes, irán desfilando, en festivo alboroto, un sinfín de personajes míticos, al compás de los tamborileros, pandereteros y cencerreros. Bajan desde sus montañas, situadas en la punta de saeta que conforman las tierras extremeñas en su parte más septentrional. Son parte de los compañeros que integran la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’: jurdanus de nacencia y jurdanus de vocación y corazón. Llegan a La Puebla para mostrar a todos sus vecinos los valores del ‘Carnaval Jurdanu’, siempre tan ruralizado y enraízado en la nebulosa noche de los tiempos; tan solidario y tan anticompetitivo; tan alocado y desinhibido; tan espontáneo y tan libertino y libertario. Nada que ver con el ‘Carnaval de Plástico’, el que está, lamentablemente, invadiendo nuestros pueblos y que es solo una burda copia de los concursos y desfiles de disfraces que se celebran en la gran ciudad, teniendo su origen en los fastuosos salones de la burguesía capitalistas del siglo XVIII.
Aparte de la correspondiente ‘furriona’, que pondrá en movimiento los diferentes ‘rejuijus’ (escenificaciones festivas al aire libre, interaccionadas con los antruejos), los miembros de ‘La Corrobra Estampas Jurdanas’ rendirán un emotivo homenaje a la vecina Pilar Sánchez Jaén, que cumplió 100 años el pasado 9 de noviembre. Una mujer muy luchadora, siempre trabajando en su despacho de pan, en los oficios de casa y atendiendo a una hija con una grave afección, que falleció a los 20 años. En este homenaje, compañeros de ‘La Corrobra’ bailarán, al son del tamboril y la gaita, la danza de ‘El Ramu’ y le cantarán unas canciones al son de la pandereta a la homenajeada. Finalizarán con la entrega de ‘El Ramu’ (ramo de madroñera adornado con roscas tradicionales y cintas multicolores) a la señora Pilar.
Tras el homenaje, la fiesta continuará. Los fogosos e incansables compañeros de ‘Estampas Jurdanas’ seguirán desgranando el folklore y las etnomusicologías carnavalescas por calles, bares y plazuelas, poniendo de manifiesto el simpar colorido de unas tradiciones propias de una comarca que, por malditas maquinaciones urdidas desde el exterior, fue dibujada, hasta no hace muchos años, con colores negros y plomizos.
Foto de encabezamiento: Compañeros de la ‘Corrobra ESTAMPAS JURDANAS’, en el “CARNAVAL JURDANU” de Cambrón, 10 de febrero de 2024 (Foto: Jorge Armestar)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado en noviembre de 2024