Este primer fin de semana de noviembre crucé la frontera para ir al barragem do Caia, en Campo Maior, en Portugal, y me llevé en el bolsillo de la chaqueta el libro que el profesor y poeta Luis Leal ha publicado recientemente. Qué buena compañía da siempre un buen libro. Se titula A salto de mata y es un libro de aforismos en portugués y español. Afuera, en la terraza orientada a la lámina de agua del pantano, del entrañable Sunset Bar, comenzó a llover ligeramente y busqué refugio en el interior de aroma a café y a conversación junto a los otros clientes que, como yo, se vieron sorprendidos por la lluvia.
He leído en algún sitio que ese hábito tan natural de la conversación puede alargarnos la vida. Una sociedad que se encierra en sí misma, en un claustro inmisericorde y antisocial, se vuelve desconfiada y debe vivir menos. Las conversaciones entre los paisanos fluían entre divertidas y espontáneas, determinadas por las circunstancias metereológicas de afuera. La lluvia tiene algo que nos hace ponernos contentos, nos relaja y nos aleja, por momentos, de las preocupaciones que nos envaran cada día. Se estaba bien, se estaba en compañía y el murmullo agradable hizo que, también por momentos, los móviles se mantuvieran tensos e impacientes en los bolsillos.
No es fácil escapar de las preocupaciones y quehaceres de nuestros trabajos y de la vida. Yo encuentro refugio en los libros. Un libro no solo ofrece refugio ante las inclemencias del tiempo sino que da un calor humano distinto, bonhomía. Esto, claro, es una lectura parcial y personal, porque con cada libro el lector se relaciona de forma distinta. Pero A salto de mata es un libro de esos que tiene un talante especial. Está hecho de fragmentos de conversación y afabilidad, con ligeras dosis de humor (un ramonismo destilado, como un guiño de ojo cómplice) y con pellizcos de una sabiduría atenta y cordial que pone tierra de por medio con toda pirotecnia pseudofilosófica.
El aforismo, en su esencia, pretende transmitir una forma de verdad en pocas palabras, elegantemente construida. Creo que, en este sentido, el libro de Luis Leal, que homenajea a los clásicos (antiguos como Marco Aurelio, modernos como Ramón Andrés), es un antídoto para esos libros que te dicen cómo has de vivir y hacer las cosas. Y no me refiero a los libros de instrucciones, tan necesarios, sino a los productos de autoayuda que registran cuantiosos números de ventas. Una sociedad que se somete a los dictados de coaches, motivadores y youtubers gurús es una sociedad dramática y fetichista.
Estoy leyendo el libro, afuera llueve y mientras tanto, además, tomo notas para este texto. Pero sobre todo levanto la vista y miro el cristal de agua que se matiza a gris claro por los hilos de lluvia que caen. Levantar la mirada es un gesto que pertenece al aforismo. Leer pausado, mirar alrededor, pensar mientras resuena la conversación que ahora trata sobre la pesca y sobre los enfrentamientos históricos del Real Madrid y los equipos portugueses, el Benfica y los goles de Eusebio. El tiempo pasa pero el fútbol deja una herencia de simpáticas cicatrices en los aficionados que de tarde en tarde irritan el tejido de la memoria. No pasa nada, unas risas.
Es posible que A salto de matapueda ser un libro que no sea fácil de encontrar en su edición en papel, pero sí puede conseguirse en edición digital. En estos tiempos que literalmente vuelan, de urgencias y de irritación cínica, hay bálsamos, hay refugios y hay voces que acompasan el ritmo de la palabracon una sutil lucidez. Iluminar, estimado lector, es llanamente dar luz. Luis Leal da luz, con sosiego y buen humor, a las zonas de sombra de la experiencia humana.
[LXXXII]
O mundo, de ser tão publicado, oculta à frente dos nossos olhos o seu lado mais belo, o lado inédito
El mundo, tan publicado como está, oculta delante de nuestros ojos su lado más bello, el lado inédito.
[CXLIX]
Frontera: el lugar del no llegar a ser.
Fronteira: o lugar de não chegar a ser.
[CLI]
En la era de lo inmediato, la eternidad pasa desapercibida.
No era do inmediato, a eternidade passa desapercebida.
[CLXI]
Un manual de auto-ajuda é técnico, não é ético. Portanto, está mais no âmbito das engenharias, economia e afins, não procures nas estantes do humanismo.
Un libro de autoayuda es técnico, no es ético. Por lo tanto, está más en el ámbito de las ingenierías, economías y afines, no lo busques en las estanterías del humanismo.
[CXCIV]
Como o corpo se alimenta de pão e não de ar, a consciência alimenta-se de realidade e não de sonhos. Esse é o alimento da esperança.
Como el cuerpo se alimenta de pan y no de aire, la conciencia se alimenta de realidad y no de sueños. Ese es el alimento de la esperanza.
Texto de Felipe Rodríguez Pérez publicado el 13 de noviembre de 2024