
Así es. Después de ciertos dimes y diretes, de entrecortadas frases, de palabras enredadas en el viento, de cruces de sílabas que se desdijeron de su primitiva construcción o, hablando en plata, tal y como dicen nuestros paisanos en nuestra ‘Lengua Estremeña’ (con S aspirada), de ‘tíus, pásimi el ríu’, mañana, 5 de octubre, festividad de San Plácido y Santa Flora, embarcarán para Zamora una nutrida gavilla de miembros de la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’.

Su misión será participar, junto con otros grupos venidos de acá y acullá, en el ‘XIII Festival de la Máscara’. Y hablamos de ‘máscara’ en relación a los enmascarados que, devotos de sus tradiciones más ancestrales, desfilarán por las calles zamoranas, recreando un mundo que se nos escapa de nuestras manos y que, como auténticas reliquias, se han conservado en la Cultura Tradicional-Popular de pueblos o comarcas de gran sabor arcaizante. Se les han buscado muchas madrinas y padrinos a todos estos rituales precarnavalescos y carnavalescos que, incrustados en el ciclo invernal, nos traen ecos de un pasado rico en antropologías, cosmogonías, mitologías y de los que hoy, frente a la ‘modernez’ rampante, que ni es progreso ni nada que se le parezca, puede presumir con la cabeza muy alta de mantener hondas raíces y diáfanas identidades. ¡Honor y loor a los pueblos que no se dejaron avasallar por la prostitución de sus tradiciones! Y vayan también esos piropos hacia las instituciones que arrimaron el hombro para que el legado de los antepasados siguiese recio y erecto, como es el caso, en la parte que nos toca, de las diputaciones de Zamora y Cáceres. La de Zamora. En lo que respecta a la ciudad leonesa, por ser la anfitriona, habiendo recogido el testigo de las muchas mascaradas que se celebran en dicha provincia, sobre todo en su zona noroeste, y haber vertebrado el correspondiente festival. En esta XIII edición, desfilarán en libertaria y libertina procesión, como corresponde al carácter de tales manifestaciones populares, partiendo del parque de ‘La Marina’, a las 18,00 horas, más de 30 mascaradas (11 de Portugal, 15 de Zamora, 1 de León y 4 de la provincia de Cáceres). Y por parte de la Diputación de Cáceres, por su manifiesto apoyo a que grupos representativos de las mascaradas provinciales acudan a un festival de tan resonante eco.

Lógicamente, no podía faltar a la cita, como ha hecho otras veces, la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’, junto con las ‘Carantoñas’ de Acehúche, el ‘Jarramplas’ de Piornal y los ‘Jurrumachos’ de Montánchez. Los compañeros de ‘La Corrobra’ irán recreando, de manera deshinbida y alocada, algunos ‘rejuijus’ (escenificaciones festivas y atrevidas al aire libre) del ‘Carnaval Jurdanu’, considerado como ‘Fiesta de Interés Turístico Regional’, con claras aspiraciones a alcanzar las categorías nacional e internacional. Bien cierto es que preclaros antropólogos, etnógrafos, etnólogos, etnomusicólogos y otros estudiosos de la Cultura Tradicional están respaldando que esas metas cristalicen no tardando, para que tal festejo puede desplegar monográficamente todos los valores que encierra, perdidos en la noche de los tiempos. A principios de la década de los 90 del pasado siglo, se sacaron a estos antruejos de sus rescoldos y, con paciente labor, acudiendo a documentación escrita y de modo especial al testimonio de los más mayores, se pudo poner en pie (nunca se perdió del todo, pese a las filípicas y persecuciones de los prebostes franquistas), y comenzó a rodar por las diferentes alquerías jurdanas. Sería la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ la artífice de recuperarlo de sus cenizas y, previo acuerdo con la Mancomunidad de Las Hurdes, llevar el festejo de manera rotatoria por las aldeas o alquerías de cada concejo de la comarca, ya que estos en estos pequeños pueblos que salpican el territorio jurdanu es donde se había mantenido, a lo largo de los siglos, su espíritu transgresor, heterodoxo, confraternizador, anticompetitivo, solidario, espontáneo… Rotundamente, la antítesis del ‘Carnaval de Plástico’, o, mejor dicho, de los desfiles de disfraces que están invadiendo nuestros pueblos en los días de las carnestolendas y bastardeando la naturaleza, médula, condición y sustancia de los auténticos antruejos. Todo se resume en el dicho que corre por estas tierras: ‘Pol Carnaval, tó pasa, y el que no esté a gusto, que se quei en la su casa’. La frase pone en guardia a todos aquellos mojigatos, meapilas, santurrones, gazmoños y gente no de bien y de orden, sino de ‘su bien’ y de ‘su orden’.

Sin saber por qué razones no fue avisada la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ el pasado 21 de septiembre al ‘Festival de la Máscara Ibérica en Lisboa’, cuando siempre ha contado con todos los beneplácitos de sus organizadores y de los antropólogos portugueses que están detrás de este evento, siendo incluso suplantada en una ocasión, no obstante pondrá toda la carne en el asador en este ‘XIII Festival de la Máscara’, en Zamora, ciudad que siempre nos acogió con los brazos abiertos y se interesó por nuestro buen hacer, nuestra empatía, nuestro sentido festivo de la vida y por darles a conocer uno de los antruejos más emblemáticos del mundo ibérico.

Publicado el 4 de octubre de 2024