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De Costa a Costa

Cuenta Noemí Sabugal en su último libro, Laberinto mar, publicado hace apenas unos días por Alfaguara, que no se sabe la extensión exacta de nuestras costas, pues aunque exista una cifra más o menos oficial, anunciada en miles de kilómetros, son tan irregulares, son tantos los entrantes y salientes que dibujan y tan distintos los criterios de medición de esa realidad, constantemente alterada por el embate de las olas, que cualquier pretendido cálculo acaba siendo dudoso y provisional. Digo esto porque, como nuestras costas, también el libro de Noemí tiene algo de inconmensurable, pues, aunque disponga también de una suerte de extensión objetiva, la que nos ofrece el número de páginas (384, por cierto), el viaje que emprende en él no es lineal, ni siquiera perimetral, sino temático y a menudo aparentemente caprichoso, saltando de Cádiz a Galicia o de Canarias a la Costa Brava dejando en medio apenas una línea en blanco ‒tal vez para que nos acostumbremos al jetlag‒, lo que provoca en el lector una cierta sensación de caos, de desconcierto, que le llevará a dudar, al terminar, de si ha recorrido o no toda la costa o de si lo que ha leído es largo o corto, excesivo o suficiente. De ahí, en parte, la idea de laberinto que aparece en el título, aunque quizá más bien se deba a la complejidad y a la delicada situación a la que, con nuestra voracidad, con nuestro poco cuidado y aún más escasa consideración, hemos empujado al mar, a los mares, y que a menudo hace pensar, por lo que sabemos y por lo que cuenta en el libro la autora, que los hemos conducido a un triste e irreversible ‒en más de un sentido‒ callejón sin salida.

Noemí Sabugal en una foto tomada de sus redes sociales

Pero vayamos por partes, y cinco son en total los epígrafes en los que Noemí Sabugal ha dividido su libro, desgranándolos a su vez en diferentes capítulos en los que se aproxima al mar y a sus costas con un orden nada caprichoso, bien preciso y meditado, siguiendo el hilo de los temas, desde la vida y muerte en el mar hasta su precario estado de salud pasando por la explotación de sus recursos, los oficios ligados a él o sus historias y leyendas, un recorrido temático que la autora lleva a cabo aunando dos de sus grandes pasiones, la literatura y el periodismo, porque hay mucha y buena literatura en la prosa ágil, precisa y ‒cuando lo considera oportuno‒ poética que emplea para hablarnos, pero también mucho y muy buen oficio de periodista, evidente en el modo de enfocar su relato, de ordenar y dosificar la información o de enhebrar con desenvoltura narración y entrevistas, todo ello movida por una curiosidad infinita que tan pronto la lleva a sumergirse y describirnos la resplandeciente fauna marina del Mar de las Calmas como a seguir los hitos de la antigua, casi olvidada pero implacable, caza de la ballena, y que va desde lo aparentemente trivial a lo enciclopédico y que hace que, sin resultar en ningún momento cargante, las páginas del libro estén cargadas de datos que hacen su lectura, además de placentera, reveladora y enormemente interesante.

Periodismo, pues, y literatura, que es lo que ya hizo Noemí en su anterior, exitosa entrega, Hijos del carbón, e incluso, en buena medida, en la anterior, Una chica sin suerte, en la que siguió los pasos de la cantante de blues “Big Mama” Thornton, títulos en los que saltaba a la vista una preocupación social, política y medioambiental que también está presente, muy presente, en este nuevo libro, que se mueve entre la inquietud por el estado de esos mares que tanto hemos maltratado y esquilmado y la preocupación por las gentes ligadas a él, por tantas víctimas de reconversiones discutibles, por los oficios perdidos o por esos trabajos duros y mal pagados que cada día menos gente quiere.

Un interesante y a menudo emocionante viaje por el tiempo y por el espacio que ya está llevando a la autora por librerías, auditorios y casas de la cultura de toda España, de costa a costa, y que la traerá, por cierto, de nuevo a Plasencia en febrero, dentro de la programación del Aula de Literatura “José Antonio Gabriel y Galán”. Hasta entonces tienen tiempo de leerlo. Se lo recomiendo.

Laberinto mar

Noemí Sabugal

Alfaguara

Texto de Juan Ramón Santos para su columna Con VE de libro

Publicada el 25 de octubre de 2024

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