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No te pierdas las cascadas del norte de Extremadura en otoño

Se ponen tan bonitas las cascadas del norte de Extremadura con las primeras lluvias caídas en otoño, además del espectacular paisaje que las rodea, que es más que recomendable darse este tour por las imprescindibles.

El Valle del Jerte a la cabeza de las cascadas del norte de Extremadura

El Valle del Jerte se lleva la palma, por algo lo llaman el valle del agua. El Caozo es la más conocida porque es la más accesible de todas las cascadas del norte de Extremadura y, de hecho, su imagen circula por las redes sociales con los visitantes casi rozando el torrente de agua con las manos. El Caozo (foto superior) está a apenas cien metros caminando por una suave pendiente desde la misma carretera de Valdastillas a Piornal. Hay que ir pendiente de la curva donde está señalizada aunque salta a la vista porque suele haber coches aparcados en la cuneta.

Le siguen en popularidad Las Nogaledas de Navaconcejo, una sucesión de saltos que van asomando en una ruta de senderismo circular de seis kilómetros cubierta por robles, castaños o cerezos que en otoño están divinos. La subida, en zigzag por escalones bien acondicionados y con semejante espectáculo, se hace llevadera y al sendero se llega callejeando siguiendo las indicaciones una vez cruzado el puente a la salida del pueblo.

En plena subida a los célebres Pilones, en el mirador de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos, en cuanto caen las lluvias de otoño se divisa el llamado Manto de la Virgen. Se llega en dos kilómetros desde Jerte.

Cascada Marta en Valdastillas desde su pasarela

A un kilómetro de Valdastillas se halla la Cascada Marta, también de lo más accesible caminando unos pocos metros que terminan en una pequeña pasarela de barras de metal no apta para personas con vértigo.

La más desconocida es La Puria, entre los pueblos de Rebollar y El Torno en una curva cerrada señalizada que da paso a un sendero envolvente con varios saltos según se va subiendo. De hacer completa la ruta, circular, son casi 13 kilómetros que requieren mayor esfuerzo.

Las cascadas de La Vera

Desde la carretera de Piornal a Pasarón, ya en la comarca de La Vera, se atisba La Desesperá. Para verla frente a frente se puede dar un delicioso paseo por un robledal desde la carretera que baja a Arroyomolinos de la Vera, está indicada, o se puede hacer toda la ruta senderista desde el pueblo de unos siete kilómetros.

Entre Villanueva de la Vera y Madrigal hay un sencillo paseo de un kilómetro y perfectamente indicado al Salto del Diablo y una ruta menos accesible que pasa incluso por una finca privada a La Ventera, pero son dos de las cascadas más altas de todas, que se acercan a los cien metros.

La cascada del Otoño Mágico del Ambroz

En el Valle del Ambroz, donde se celebra el fiestón del Otoño Mágico, la reina indiscutible es la Chorrera de Hervás. Lo mejor es el camino, de ensueño, durante casi 14 kilómetros de dificultad media que está señalizado y hasta el que se llega atravesando la Vía Verde camino de la ‘Casa de la Luz’. En otoño es toda una experiencia sensorial.

Garganta del Fraile en Serradilla, en el corazón de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe/ Borja García.

La cascada de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe en Serradilla

Lo mismo ocurre con la Garganta del Fraile, donde el camino es también lo mejor. De hecho fue elegido Mejor Sendero de España 2022. Sale del Parque Sur de Serradilla y discurre por un paraje situado al otro lado del célebre Salto del Gitano, lo que anuncia que estamos en territorio de la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. Son como nueve kilómetros sin dificultad alguna para acabar viendo el salto que, en otoño, baja en abundancia.

Las cascadas de Las Hurdes

Las Hurdes, una de las comarcas de más salvaje vegetación del norte de Extremadura, atesora un paseo de lo más accesible hasta el Chorro de la Meancera de apenas dos kilómetros desde El Gasco. Más de 100 metros de caída libre del agua chocando contra las piedras esperan al visitante.

El Chorrituelo de Ovejuela, como los vecinos llaman al Chorritero, hay otra delicia de ruta de igualmente dos kilómetros por un sendero acondicionado para caminar sin ninguna dificultad y lo suyo es sentarse en el puente a admirar el salto y no digamos sentirse al pie del mismo.

A Ovejuela también se puede ir a admirar de frente el Chorro de los Ángeles, una cascada de 200 metros de altura. A este mirador natural se puede llegar igualmente en coche  por pistas forestales desde Sierra de Gata, en cuyo caso se pasa por la Piedra Montá en pleno Valle del Árrago, que está recuperándose ya felizmente del incendio de 2023.

La más recóndita de las cascadas del norte de Extremadura, en Sierra de Gata

En Sierra de Gata, otra de las comarcas más verdes del norte de Extremadura, la cascada por excelencia es La Cervigona de Acebo. Por su verticalidad y lo abrupto del terreno está más indicada para senderistas experimentados.

Publicado en octubre de 2024

© Planveando Comunicaciones SL

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