
Azuaga ha sido lugar de encuentro de culturas desde épocas remotas. Gentes de la prehistoria, luego vetones, romanos, árabes y cristiano vivieron en este lugar de tierras cultivables, de campiña y de sierra. Lugar de paso entre Córdoba y Extremadura, muchos transitaron por aquí y dejaron huella.
Ya en el siglo XII el cartógrafo y geógrafo Al-Idrisi incluyó el Castillo de Miramontes dentro de un itinerario seguro en el camino Córdoba- Badajoz. Un castillo que sigue coronando este pueblo de 8000 habitantes donde también afirman que luchó Viriato y hasta corría un rumor antiguo que indicaba que las hijas de éste estaban enterradas bajo la fortaleza, aunque los investigadores aseguran que el castillo es de origen islámico.

Conjunto Histórico en el sureste de Extremadura
Recorrer las calles de Azuaga es contemplar grandes casonas de un pasado minero que ofreció riquezas a la zona. Y en línea casi recta por el centro del pueblo, tres importantes templos también hablan de diversas épocas y acontecimientos.
Primero, la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, de finales del siglo XV es la más grande de la provincia después de la Catedral de Badajoz y la más importante del gótico isabelino, que recoge también la influencia portuguesa del manuelino, es Bien de Interés Cultural y su gran torre de 34 metros luce imponente. Al otro extremo, una iglesia con influencia andaluza resguarda la figura del Cristo del Humilladero obra del artista Francisco de Ocampo y patrón de la localidad. Entre esos dos templos, la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de estilo mudéjar que fue testigo silenciosa del Capítulo General de la Orden de Santiago en 1477.
Son tres edificios representantes del patrimonio cultural y religioso de Azuaga a los que hay que sumar los museos. El Museo Etnográfico de Azuaga muestra una serie de piezas que ayudan a conocer las costumbres de la vida diaria del pueblo y la comarca. Con objetos de uso cotidiano especialmente de la relación con la tierra, el trabajo del campo, así como la vida social y los juegos tradicionales. Además de enseñar la importancia que tuvo la minería en la zona, el procesamiento del aceite y las destilerías de anisados y licores.
Además, Azuaga cuenta con otro museo, el de Arte Contemporáneo Casa Spínola, que tiene dos espacios expositivos, uno en el Teatro Central Cine y otro en la Casa de la Cultura. Es un proyecto que surge gracias al buen hacer de la pintora Mayte Spínola y que reúne piezas de artistas representativos del arte abstracto y figurativo.

Rutas urbanas y naturales
Un paseo imprescindible por Azuaga nos lleva a descubrir sus pozos, fuentes y pilares. Son de distinta época y diversos tipos de construcción y recogían el agua para dar de beber al ganado o para la vida en el hogar. Uno de sus pozos, llamado Santo, es un aljibe cubierto por una bóveda de mampostería y fue construido en entre los siglos XII y XIII aún bajo dominio musulmán. Otros son de factura más reciente, pero cada uno cuenta una historia y sus aguas recogidas allí han saciado y alimentado muchas almas.
En la campiña de Azuaga viven aves rapaces, algunas de ellas, como el águila imperial, en peligro de extinción, las acompañan buitres leonados, búhos reales, halcones peregrinos y otras muchas aves de ribera, cercanas al río Sotillo.
Por los amplios campos de Azuaga corren jabalíes y ciervos, por lo que la actividad cinegética es de las que mayores aportaciones económicas ofrece a Azuaga. Las monterías tienen en esta localidad pacense un lugar preponderante y forman parte de sus tradiciones y cultura.

Fotografías cortesía de Azuaga Turismo
Publicado en octubre de 2024
© Planveando Comunicaciones SL