Llamar a Monesterio paraíso del jamón no es exagerado. Que la oficina de turismo de Monesterio esté dentro del Museo del Jamón es toda una declaración de intenciones. Y es que el producto pata negra brilla con luz propia en esta localidad pacense de la comarca de Tentudía, que se encuentra a una hora de Mérida y a otra de Sevilla.
Paso de caminantes de la Vía de la Plata y de viajeros que van a las playas del sur, Monesterio es parada obligada para reponer fuerzas cuando de comer se trata.
El cerdo ibérico es aquí el rey de la mesa y de la dehesa. Tiene a su disposición casi 18.000 hectáreas de encinas y alcornoques llenas de hierba y bellotas. Una altitud superior a los 750 metros favorece la curación de los jamones de Monesterio, que se miman en una industria chacinera de talla gourmet.
Monesterio, destino gastronómico pata negra con el guarrito y los sopones
Monesterio tiene su propio Día del Jamón, Fiesta de Interés Turístico de Extremadura, que se celebra en torno al 8 de septiembre, en el que se celebra la fiesta de la comunidad autónoma. Los mejores cortadores de España se dan cita en torno a este evento para demostrar sus habilidades y competir por el Cuchillo de Oro, lo cual da idea del prestigio del evento.
Ibérico cien por cien en todas sus manifestaciones, desde el embutido a la carne fresca, son esencia de la gastronomía de Monesterio. Entre ellos destaca el guarrito, que se come todo el año.
En verano son típicos los sopones, una mezcla de pipirrana y gazpacho servidos en un cuenco de madera con rebanadas de pan. Tradicionalmente se toma primero la sopa fría y después la sólida regada con aceite.
También son habituales los productos silvestres como los espárragos y las setas. De hecho, Monesterio cuenta con el primer Museo Micológico de Extremadura.
La localidad tiene una cuidada oferta de restauración en la que, según qué día y época del año, puede incluso que cueste encontrar mesa por lo solicitada que está su cocina.
Un paseo entre cruces y lavaderos
Dando un paseo por el pueblo llaman la atención las cruces que recuerdan la devoción a la Santa Cruz, con nombres como la del Barrio, la del Puerto, la Candelaria, la Gorda o la del Llano. También sus pilares y abrevaderos, en los que en su día bebió el ganado, se cargaron de agua los cántaros y cantaron las lavanderas mientras ponían a punto la ropa.
La iglesia de San Pedro, del siglo XVI y el Centro de Interpretación de los Caminos Jacobeos del Suroeste Peninsular son otros dos sitios para ver.
El entorno de dehesa da mucho juego a los senderistas, ciclistas y jinetes, con rutas como las que llevan hasta Montemolín o Calera de León, con su Monasterio de Tentudía.
Con Calera de León comparte Monesterio el embalse de Tentudía, donde los pescadores se hacen sitio entre los bañistas en verano y a las puertas del otoño con quienes aguzan el oído en busca de la berrea del ciervo en celo.
Glamping y alojamientos con mucha estrella
Destino gastronómico y de turismo rural, Monesterio ha llamado la atención de la inversión hotelera de lujo y hasta del glamping con propuestas, pues, para viajeros de todos los estilos.
Y para mirar las estrellas cuenta, precisamente, con una plaza mirador astronómico. En ella se pueden desarrollar actividades relacionadas con la astronomía, como las observaciones con telescopio, la contemplación de puestas de sol y amaneceres.
Monesterio paraíso del jamón es una base de operaciones ideal desde la que moverse por pueblos imprescindibles del sur de Extremadura, como Llerena, a tan solo 12 kilómetros; Zafra, de la que sólo le separan 45; Fuente del Arco con su mina La Jayona y la preciosa ermita del Ara, a 50 kilómetros o Jerez de los Caballeros, a 66.
Monesterio, the best place to savor cum laude iberian ham in Extremadura
Publicado en septiembre de 2024
© Planveando Comunicaciones SL