Las cartillas Rayas con la que aprendieron a leer generaciones enteras salieron del mismísimo Monfragüe. Millones de ejemplares editados en la imprenta Sánchez Rodrigo de Serradilla, transportados en caballerías hasta la estación de tren de Mirabel y de ahí a España entera e Hispanoamérica en los albores del siglo XX.
Eran tiempos de enormes tasas de analfabetismo y el método que vino a revolucionar la enseñanza fue a nacer en un pequeño pueblo del norte de Extremadura, donde su creador, el maestro Ángel Rodríguez Álvarez, y su editor, Agustín Sánchez Rodrigo, tienen hoy en día un lugar destacado en el Centro de Interpretación de la Huella del Hombre en Serradilla.
Un antiguo pupitre y varias cartillas Rayas llaman la atención de muchos visitantes. A fin de cuentas más de 50 millones de ejemplares se editaron hasta los primeros años de los 70. A muchos, cuenta Almudena que es quien guía las visitas, les emociona. Como al abuelo de la fotografía superior, abrazado por su nieto cuando le contaba que hasta entonces, la enseñanza era soporífera y que el método Rayas – le explicaba a un joven nativo digital– lo convirtió en un juego “a partir de la letra, de ahí a la sílaba, de ahí a la palabra y luego a la frase, es decir, mi mamá me ama enseñando a leer y escribir a la vez”. El mérito de este momento es que este abuelo es, a su vez, nieto del propio Agustín Sánchez Rodrigo, y el joven su tataranieto.
Carlos Sala Sánchez-Rodrigo tuvo un guía muy especial en su visita a Serradilla, Gonzalo Sánchez-Rodrigo, emocionado por llevar a su nieto al encuentro con su historia, que es a la vez la historia de un pueblo donde dos visionarios lucharon contra el analfabetismo. “Es paradójico -se lee en los paneles del centro de interpretación de la Diputación de Cáceres– cómo desde un pueblo aislado, sin luz eléctrica y sin apenas comunicaciones, se imprimía y distribuían los ejemplares del método Rayas a toda España y otras partes del mundo”.
Las cartillas Rayas lucen en el centro de interpretación de Serradilla
Lo ideó el maestro serradillano Ángel Rodríguez Álvarez, quien narra la asociación cultural local El Duendi en su publicación “Serradilla, un lugar de Monfragüe que habla con su pasado”, que encontró en Agustín Sánchez Rodrigo el complemento perfecto porque se convirtió en el mayor impulsor del Rayas. La primera tirada se hizo en Madrid, pero su espíritu emprendedor lo llevó a comprar una impresora Minerva que le costó 1.100 pesetas y consciente de que había que darlo a conocer, hasta fundó un periódico, El Cronista, con la idea de que fuera el soporte publicitario de las cartillas aunque acabó teniendo incluso difusión nacional.
Creador y editor de las cartillas Rayas, profetas en su tierra serradillana
Con los años, Agustín se trasladó a Plasencia y Ángel a Cáceres, donde el creador de semejante invento fue un querido director de colegio. La historia de estos dos serradillanos da para mucho más. En el Duendi no dudan de que no han tenido el debido reconocimiento al más alto nivel. Aunque lo que sí se puede decir es que fueron profetas en su tierra y que el ayuntamiento y la familia Sánchez-Rodrigo han devuelto al pueblo el legado que en un principio estuvo en la Asamblea de Extremadura.
Hasta la letra inglesa de las cartillas Raya lucen hoy en más de 200 palabras en habla serradillana que decoran fachadas del pueblo, hechas en forja por iniciativa del Duendi. Un detalle que no pasó inadvertido para este abuelo cuando se detuvo a hacer la foto de rigor con una de estas palabras, biruji, que significa frío, y que se halla frente al Cristo de la Victoria. Un selfie, acorde con los tiempos, que hizo su nieto tras visitar al Cristu Benditu, que es el segundo lugar de peregrinación en Extremadura tras el Monasterio de Guadalupe, y como Serradilla es Monfragüe, tal y como reza el lema del pueblo, hicieron lo que todo visitante que se precie, alargar la escapada a Villarreal de San Carlos y algunos de los imprescindibles del Parque de Monfragüe, que también se puede descubrir desde el Barco de Serradilla. A esta entrañable pareja no le faltó el estofado de venado de un clásico en Villarreal, Casa Paqui, hecho con chauchi, que en serradillano viene a decir con un toque particular.
El Centro de Interpretación de la Huella del Hombre está en la calle Cuatro Lobos, 4 de Serradilla y se puede visitar de miércoles a domingos de 10 a 14 y de 15 a 17 horas
Publicado el 14 de abril de 2024