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 …Y nosotros nos iremos y no volveremos más

Así lo canturrea aquella popular canción navideña cargada de añoranza y un tanto nostálgica: las navidades se vienen, las navidades se van y nosotros nos iremos y no volveremos más… No es una letra triste sino evocadora de las navidades de nuestra infancia y todos aquellos seres queridos que se fueron, pero que sabemos que nos siguen acompañando.

Y en este sentido reivindicamos en medio de este convulso primer cuarto de siglo la presencia de nuestros valores tradicionales que tienen como base el amor, pero amor a todos los niveles: familiar, social, nacional, mundial…sin distinción de clases, etnias, países y categorías.

Es muy triste encender el televisor por la mañana y encontrarnos con tres niños, uno de ellos con cabeza vendada, contemplando como destruyen sus calles, sus plazas, sus jardines, su ciudad que ya no podrán gozar…

En estos días de mitad de diciembre presento una novela de amor, “Luna de miel en Granada”, el amor de Carlos V e Isabel de Portugal, algo  que en unos tiempos convulsos como los nuestros, vapuleados  por guerras, violencias, crisis, pérdida de valores humanos. ansias de poder y etcétera con el añadido de fenómenos como la pandemia, los incendios y otras catástrofes que flagelan el planeta, me ha parecido casi anacrónico: hablar de amor, aunque todos reconozcamos sin embargo que el amor es la palanca que mueve el mundo y la solución para la obtención de la paz.

Y ese amor es el que yo he tratado  de describir en mi novela y con el que he intentado recrearme a la vez de detallar las actividades de ambos en ese tiempo: sus jornadas festivas, banquetes, días de caza, excursiones, corridas de toros, torneos, cañas, veladas, paseos, además de una intensa labor de gobierno y realizaciones en la ciudad de Granada y en el imperio, pero, por encima de todo,  cómo vivieron aquel idilio, aquel intenso amor que, como refieren las crónicas, les hacía arrobarse cuando estaban juntos de tal forma que para ellos desaparecía cuanto sucedía a su alrededor.

En fin, a lo que voy, que nos pongamos las pilas para amar cuanto tenemos alrededor; cuidar nuestro entorno natural, cuidar a nuestras familias, a nuestros payores o pequeños, a todos lo seres vulnerables del planeta,

Y colgar del árbol de Navidad, en lo más alto, la palabra Paz.

Paz a los hombres de buena voluntad, para todos vosotros, amigos.

Navidad 2023/2024

Autor: José Vicente Serradilla Múñoz

Publicado en diciembre de 2023

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