Las tejedoras de Oliva de Plasencia tienen al pueblo a la última a base de ganchillo. Cuando empezó el bum de las quedadas para tejer en las grandes ciudades, ellas ya se reunían aguja en mano para decorar las calles de su pueblo. Cada estación del año con lo que toca y así desde hace siete años.
Así es que ahora no podía faltar la decoración navideña a ganchillo en Oliva de Plasencia. El Portal de Belén, los Reyes Magos, Papá Noel en trineo, elfos, muñecos de nieve o bolitas decorativas … dan la bienvenida al pueblo más cercano a Cáparra. Diez minutos lo separan de la antigua ciudad romana que es símbolo de la Vía de la Plata.
Estas simpáticas escenas navideñas atraen cada vez más a más gente para orgullo de un grupo de vecinas que encontraron además en el ganchillo una forma de socializar. A las seis de la tarde en pleno invierno en el mundo rural hay poco movimiento en la calle, pero en la antigua escuela de Oliva de Plasencia se reúnen las mujeres de la Asociación Cuarzo Rosa.
Tejiendo vida se llama, de hecho, el proyecto por el que estas vecinas empezaron tejiendo farolas o barandillas y acabaron fabricando hasta las guirnaldas de ganchillo que adornan las verbenas de verano, flores para dar la bienvenida a la primavera, hasta las particulares Meninas de Oliva de Plasencia y los Girasoles de Van Gogh o una entrañable pareja de abuelos sentados a la lumbre de un brasero de picón…
Oliva de Plasencia se ha convertido en un museo al aire libre de labores tradicionales que la Asociación Cuarzo Rosa ha sabido mantener vivas. Así, poco a poco con trabajos colaborativos, estas tejedoras han ido hilando cambios en los espacios públicos que se han convertido en atractivos turísticos. Lo que les ha valido esta año una subvención de 6.000 euros de la Consejería de Igualdad de la Junta de Extremadura para sufragar el proyecto Tejiendo Vida, que crea espacios de participación para las mujeres con los que todo el pueblo sale beneficiado.
Publicado en diciembre de 2023