Licenciado en Bellas Artes, Iván Hernández Montero ha participado en proyectos de acción comunitaria relacionados con el arte y la cultura y con la preservación de la memoria colectiva. Es un tipo discreto, sensible, amable, afable, al que le gusta fotografiar la naturaleza, pero también (si no recuerdo mal, por las imágenes que en ocasiones me saltan en redes sociales) escenarios urbanos, humanos, marcados por la ausencia, por el vacío, en los que parece latir una vida que ya ha sucedido, que se ha vuelto recuerdo. Si desgrano estos pocos, vagos datos biográficos sobre Iván es porque, aunque lo conozco y lo aprecio, en realidad no sé mucho más de él, pero también porque creo que están, en buena medida, detrás de los poemas de Necesidad de un río, su primer libro, con el que ganó a principios de año el I Certamen Nacional de Ecopoesía “Salvar la Casa”, convocado por Poetas por el Clima, Ecologistas en Acción y el Ayuntamiento de Córdoba.
El volumen está dividido en dos partes, “Los pies enterrados” y “Desembocadura”, y ‒seguramente influenciado por lo que sé de él, por su condición de artista, por su gusto por la fotografía‒ yo diría que si la primera es una colección de instantáneas, de retratos de la naturaleza, como testimonio del paso del poeta por ella, de nuestro paso por ella, la segunda sería una pequeña pieza de videocreación, una breve secuencia, resuelta en seis planos, que nos muestra el paseo de la voz poética por la orilla de un río.
Así, en “Los pies enterrados” se suceden poemas breves, contenidos, que miran al cielo, al campo, al horizonte, con imágenes sugerentes, como la del viento despeinando el prado en “Campos de Mario Giacomelli” o el sendero de nubes que abre la sección en su primer poema, “Trashumancia”. En ella recupera términos dialectales, como cancho o sostribarse, entabla, a través de elementos naturales como los cantos de río, un diálogo con el pasado, con lo que fuimos, y en ella enuncia, en los versos “caminantes sin huella” o “como si nuestros cuerpos / fuesen de aire salvo los pies”, del poema “No estuvimos aquí”, la regla del mínimo impacto ecológico, que, junto con ‒en palabras del jurado‒ “la calidad de la escritura y la apertura hacia un imaginario poderoso”, le hicieron merecedor del mencionado premio, una regla del mínimo impacto que, como también señalaba el jurado, “se convierte en este libro en una poética en sí misma”, como demuestran los dos poemas de carácter metaliterario que cierran esta primera parte, “El poeta” y “Poesía paisaje”, cuando dice que “cada palabra / debe encajar / de manera natural, / pasar desapercibida / en su conjunto”, para concluir, uniendo definitivamente poesía y naturaleza, con el deseo de “que cada poema / sea un paisaje protegido”.
Con todo, es la segunda parte, “Desembocadura”, compuesta por seis piezas de prosa poética, la que despierta en mí más emoción. De ella sale el título del libro, cuando habla, en la primera pieza, de “la necesidad de un río en un día frío de otoño”. Los seis textos, en su conjunto, parecen, como decía, planos de una misma secuencia, de un paseo callado a la orilla de un río (de nuestro río, por cierto), con el discurrir del agua como banda sonora, en el que el río no solo es un elemento del paisaje, sino también, siguiendo con una larga tradición literaria y filosófica, símbolo del paso del tiempo, y por eso el rumor de la corriente mientras se va haciendo de noche estimula el recuerdo, y regresan las imágenes de la infancia, las tardes o mañanas con la abuela contemplando desde un balcón cercano ese mismo río, recordándonos que todo pasa y todo fluye, evocando la pérdida, los estragos no sólo en el paisaje, y haciéndonos reflexionar sobre la memoria, sobre sus mecanismos, sobre qué es en realidad digno de recordar, sobre qué ‒refiriéndonos de nuevo al paisaje, a la naturaleza‒ es necesario preservar, hasta alcanzar, al final del libro, una cierta “comprensión” del mundo.
Un libro sencillo, emocionante en su timidez, que hace visible la labor hasta ahora más callada de Iván Hernandez como escritor y al que esperemos que sucedan nuevas entregas.
Necesidad de un río
Iván Hernández Montero
Baile del Sol
10,00 euros
Publicado el 29 de diciembre de 2023