

Decía el historiador, antropólogo y filólogo francés, George Dumézil, que ‘el país que no tenga leyendas está condenado a morir de frío: es muy posible. Pero el pueblo que no tenga mitos está ya muerto’. En Las Hurdes, hubo leyendas y mitos. Muchos. Todavía emergen, si la ocasión es propicia y se encuentra algún informante que, aunque tenga puesto un pie encima de la tumba, todavía no cayó en ella. Ya ha llovido desde que, grabadora y libreta en ristre, nos pateamos a conciencia todos y cada uno de los pueblos de la comarca natural de Las Hurdes. Imprescindible ayuda de nuestros alumnos. Formamos equipos, los aleccionamos debidamente y los lanzamos al rastreo de las huellas de las tradiciones orales de su tierra, tan rica y generosa en patrimonio inmaterial. Incluso ellos mismos, en aquellos años en que comenzamos a estrenarnos en nuestras tareas educacionales, nos referían infinidad de relatos (cuentos, leyendas, historias…), ya que aún se mantenía con cierta decadente frescura la cadena de transmisión oral. Pero, en cuestión de años, fueron desapareciendo los mejores informantes y la cultura oral de la zona se fue disolviendo como un azucarillo en un café. Hubo que salir presto a la salvaguarda, a rascar entre las cenizas y a tejer la urdimbre con los restos de acá y de allá. Todo para ponerlo en valor y ofrecer una visión lo más cercana posible a aquel mundo lleno de realismos mágicos. Una visión, claro está, sin la espontaneidad propia de algo que estaba incardinado en el día a día del transcurrir vital de los vecinos del territorio jurdano.

El que quizás fuera el más valioso informante de los antiguos acaeceres jurdanos, Eusebio Martín Domínguez, ‘Tíu Sebiu del Gascu’, del que nuestro nunca olvidado antropólogo Mauricio Catani decía que era ‘Su Maestro’, con el que pasamos muchas horas de serano, nos resumía aquel nebuloso mundo con palabras ajustadas y certeras, usando la variante dialectal del tronco astur-leonés que se mantuvo durante vigente en el territorio jurdano. Hoy en día, este arcaico y riquísimo habla prácticamente ha desaparecido y claudicado bajo el imperialismo del castellano:
‘Las Garañas eran las escrituras de lus antepasaus nuestrus. Dicían que las escribían en las pielis de lus chivus y tamien en las cancheras. Alli apuntorin las nuestrs estorias, lus cuentus, las leyendas, lus cantaris, to el jerbel nuestru dendi lus añus qu,están más pol lo atrasoti de lus sigrus de los sigrus y vienin ruandu, ruandu… de lus antigus a los de agora, tal y cumu despusu la Viga Madri’.

Uno de estos rescatadores, junto con su gente, es el buen y gran amigo Carlos Manuel Gómez Martín, un ‘jurdanu cortau a cuerpo maera’, como dicen los comarcanos; o sea sé, un jurdano coherente y consecuente. Carlos coordina el Centro de Interpretación del Agua y Medio Ambiente de Las Hurdes, localizado en el deslumbrante paraje de ‘El Valli de Arrocambrón’. Hogaño, el evento que han sacado a flote Carlos y sus camaradas ya va por la sexta edición. El nombre lo dice todo: ‘Rejilandu de Mieu’ (temblando de miedo). El programa, que tenía que haber sido puesto antes en circulación, mandando la burocracia a hacer puñetas, nos habla de singulares, sustanciosas y fabulosas actividades a lo largo del próximo fin de semana, último del mes de julio. El viernes, día 28, se conformará la mesa redonda, que no será la ‘Mesa Mística de Camelot’, llamada también ‘Tabla Redonda’, donde no solo estaba presente el legendario rey Arturo, sino también el mago Merlín. En algo, pues, se le parecerá esa mesa, en torno a la cual tomarán asiento personas, con un brillante currículum detrás, que realizaron ciertas incursiones por los orbes mitológicos de Las Hurdes, como José María Domínguez Moreno, José Luis Puerto Hernández, Antonio Lorenzo Vélez o Israel J. Espino. Al que suscribe estas líneas también le reservan un puesto. Perdonen por la inmodestia. En esa misma tarde noche y abarcando la plenitud nocturna, el público podrá visitar la exposición de fotografía ‘Mitos y Leyendas de Las Hurdes’, de Simón Planes y Jana Vázquez.
Se procederá, igualmente, a la visualización de las obras cinematográficas nominadas de la ‘I Edición del Concurso “Rejilandu en Cortu”, cuya temática, como es muy natural, hace referencia a la mitología jurdana. Agasajo a los premiados. Pausa para un tentempié y, acto seguido, a disfrutar todos de la estrellada cúpula del firmamento y de ‘la luna mojá’. Saldrán a relucir los mitos y leyendas que corren por el cielo de la comarca. Alrededor de ‘Las Toas’ (las 12 de la noche, en lengua vernácula), la actividad ‘Mentalismo: ¿Te atreves a conectar los mitos y leyendas de Las Hurdes con tu mente?’

Senda Mitológica
Cuando el sol se esconda tras las soberbias y laberínticas montañas de Las Hurdes y busque su lecho bermellón, se dispondrá todo para marchar por la ‘Senda Mitológica’. Hablamos ya de la noche del día 29. Trochas más que caminos entre el abigarrado bosque jurdano. El ojo siempre avizor, pues, a la vuelta de cualquier carrasca o madroñera, el senderista puede toparse de cara con algún espeluznante personaje de estos mundos mitológicos. Los sustos están a la orden de la noche, hasta que el viajero logra arribar al antiguo lagar de aceite del pueblo de Cambrón, hoy reconvertido en centro de interpretación. Visualizaciones de ‘Rejilandu en Cortu’ y ‘Talleris pa Rejilá’ completarán la programación nocturna. Saltamos al domingo, día 30. En su jornada matinal, sobre las 11,30, se desarrollará la actividad ‘Degusta y Pinta Mitología’. Intervenciones y talleres sobre productos mágicos de la mitología jurdana: agua, plantas, aceite, miel y vino. Ilustración en directo. A las 14,00 horas, ‘Gastro-Degustación: Gastronomía y Mitología Jurdana’.

El próximo miércoles, día 26, se realizará la presentación oficial de estas jornadas, en Cáceres, de mano de la Diputación Provincial, que es la institución que ha respaldado y enmarcado las mismas dentro del ‘Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Sierra de Gata-Las Hurdes’. Colaboran, del mismo modo, el Ayuntamiento de Caminomorisco y la asociación cultural ‘El Lagar’. Durante todo este último fin de semana de julio, se podrán degustar platos gastronómicos relacionados con la mitología jurdana en la mayor parte de los restaurantes de la zona.


Imagen superior: “Los Tejaris”, un bosque misterioso en Las Hurdes; todo un espacio cargado de realismos mágicos, escenario de las andanzas de emblemáticos personajes legendarios. (Foto: Vicente Martín Martín)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado en julio de 2023