Los Empalaos de Valverde de la Vera salen a realizar su penitencia cada Jueves Santo en esta celebración declarada de Interés Turístico Regional.

Cada penitente recorre las catorce estaciones de su Vía Crucis en silencio y acompañado del Cirineo, que porta un farolillo con aceite.

La hora marcada son las doce de la noche y cada hombre emula el calvario que sufrió Jesús con la cruz a cuestas. Cada empalao lleva sus hombros atados con sogas de esparto al tronco y los brazos en cruz.

Una corona metálica de pinchos, un velo que le cubre el rostro y unas enaguas blancas son su única indumentaria. Caminan descalzos en el silencio de la noche que únicamente se rompe por el sonido de las vilortas de hierro de los arados que llevan colgadas de cada brazo, además de dos estolas.

Respeto, devoción y silencio entre el público

Cada empalao cumple su penitencia y salen individualmente en secreto, por lo que nunca se sabe cuántos penitentes se verán por las empedradas calles de Valverde.

El público presencia el pasacalles en absoluto silencio y cuando se encuentran dos empalaos, se arrodillan, mostrándose respeto el uno al otro. Este rito lleno de magia, misterio y respeto tiene su origen en el siglo XVI.

Publicado abril 2023

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