No hay que ir a Galicia para vivir la rapa das bestas porque en Mata de Alcántara, en plena dehesa extremeña, se celebra cada año la Pela del Potro. Una tradición secular que hace única en Extremadura a La Mata, como llaman los vecinos a este pequeño pueblo cacereño situado a apenas seis kilómetros del famoso Puente de Alcántara.
En el corazón de la Reserva de la Biosfera del Tajo Internacional, en su margen izquierda, Mata de Alcántara rebosa experiencias en la naturaleza, tesoros patrimoniales y medioambientales y citas de lo más variadas a lo largo de todo el año. Todo sazonado con una rica gastronomía local y el encanto de La Raya, con Portugal a apenas 18 kilómetros.
Mata de Alcántara revive cada Semana Santa la Pela del Potro
El turismo de experiencia tiene cada Semana Santa una cita en Mata de Alcántara con la Pela del Potro. Si bien en origen la pela la hacían los ganaderos en familia o de forma individual, hace quince años la asociación ecuestre La Montosa dio a la cita su formato actual. Vecinos grandes y chicos cabalgan hasta la dehesa donde reúnen a los caballos y potros que pastan en libertad para darles un buen lavado de primavera cortando crines y colas. Todo un ritual de saneamiento que se convierte en una fiesta. La jornada comienza con la degustación de migas matiegas hechas a la lumbre de encina y termina, tras la suelta de los animales al campo, con la degustación popular del famoso potaje de cuaresma por Viernes Santo en la dehesa boyal. Las imágenes de las manadas al galope son espectaculares.
La original ruta de la lechuga de Mata de Alcántara
En primavera una cita curiosa es también la Ruta de la Lechuga. El Domingo de Pascua se organiza un paseo por los huertos para recolectar las unidades maduras, una tradición secular matiega recuperada hace unos ocho años. Los mejores ejemplares se aliñan y preparan para comer en una fiesta colectiva que suele celebrarse en el albergue municipal o en la casa de cultura.
Todo un circuito de velocidad, Ruta Naharro, en la dehesa de Mata de Alcántara
La dehesa y los más de 100 kilómetros de caminos públicos de La Mata son también el escenario donde cada año se reúnen centenares de vehículos para participar en la Ruta Naharro, una prueba de resistencia a la que acuden en cada edición aficionados a las dos y a las cuatro ruedas procedentes de toda la península. La prueba atraviesa un recorrido de más de 90 kilómetros por la dehesa matiega y los términos municipales de Brozas, Alcántara y Villa del Rey. Una cita invernal imprescindible de la mano del Moto Club Naharro con la estrecha colaboración del ayuntamiento de la localidad.
El paraíso medioambiental de Mata de Alcántara
La dehesa es clave en Mata de Alcántara. La Montosa y La Giralda son dos tesoros repletos de joyas silvestres y restos antropológicos de la más diversa naturaleza. La enorme cantidad de charcas y abrevaderos naturales y la excelente conservación de la Rivera de la Mata conforman el corredor ecológico La Fresneda.
Los amantes del birdwatching y la pesca tienen lugares paradisíacos en las charcas Greña, Cueto, Nueva y La Laguna. En esta última se suma a la charca el embalse del mismo nombre, donde pueden avistarse cigüeñas blancas y garzas y, los más afortunados, algún ejemplar de cigüeña negra. El paisaje se hace irresistible también para las aves.
Junto a La Laguna existe un área de merendero y uno de los 18 bujíos o bohíos que se reparten por todo el término municipal. Son construcciones redondas tradicionales utilizadas por los pastores para guardar su ganado o guarecerse ellos mismos de las inclemencias del tiempo.
Senderismo y un completo calendario de actividades
Desde la plaza del Llano de Montbui parten las sugerentes rutas de los vericuetos del agua y las fuentes del Jaraíz, ideales para los amantes del senderismo. Para quienes prefieran la bicicleta o el caballo, existe otra que atraviesa la dehesa boyal y pasa por el muladar por el que sobrevuelan bandadas de buitres que bajan en picado hasta el terreno para el almuerzo. La ruta GR-113 discurre por la Rivera de la Mata, un corredor ecológico privilegiado, modificado por la acción del hombre, en cuya orilla perviven restos de antiguos molinos de agua, entre otros restos arqueológicos. Destaca también un bonito y resistente pontón. En el trayecto, existen zonas destinadas a merenderos y áreas para el descanso.
Mata de Alcántara ofrece al senderista la posibilidad de pasear hasta el soberbio Puente de Alcántara. Son poco más de cinco kilómetros que se pueden hacer en una hora. También la vistosa presa Charca García en Villa de Rey a seis kilómetros. Un poco más allá, la cuna del Brocense o la inquietante Peña Buraca de Piedras Albas.
El calendario de actividades organizadas desde el ayuntamiento matiego, en colaboración con las asociaciones y vecinos de la localidad, se prolonga a lo largo de todo el año. La temporada se inicia en enero con la fiesta del Niño y avanza hasta octubre con la programación de Equinoccio-Mercado de la Reconquista de artesanía y productos regionales, con el que el ayuntamiento quiere festejar el origen de la localidad. El 12 de octubre, La Mata regresa a la Edad Media con gran participación social.
Entre una fecha y otra, se dan cita en febrero la matanza tradicional y Las Candelas o la romería en honor al patrón, San Lorenzo, que cada año se celebra en primavera y verano en la dehesa boyal. El último sábado de abril, los romeros en carroza, a caballo o caminando recorren los tres kilómetros de dehesa hasta la ermita para celebrar al santo. El 10 de agosto vuelven a la plaza de la Constitución los encierros tradicionales para seguir festejando al patrón.
La ermita de San Lorenzo está rodeada de tumbas graníticas y bujíos que dotan al paisaje de una imagen curiosa. El mirador de La Giralda permite una vista cenital de tumbas y lagares. De estos últimos, Alberto Durán, cronista local, ha contabilizado más de 140.
La huella de la Orden de Alcántara
La Mata atesora en su patrimonio grandes obras y enormes obras chicas. El sello de la Orden de Alcántara quedó firmado en legajos del siglo XIII y en los sillares de la iglesia Nuestra Señora de Gracia (siglo XVI), obra inconclusa del arquitecto titular alcantarino Pedro de Ibarra, declarada Bien de Interés Cultural. En su interior, destaca el retablo mayor y restos de los murales pintados por Juan de Ribera.
La obra del monasterio del Escorial dejó sin canteros la seo matiega, que quedó inacabada hasta que en 1986 el párroco Remigio García finalizó su cerramiento. Para visitar el interior, doña Gregoria facilita la apertura.
La Peña Carnicera, altar rupestre en Mata de Alcántara
Junto al patrimonio eclesiástico, La Mata bien puede presumir también de un prolífico patrimonio etnográfico heredado de los ganaderos y agricultores que han ido dibujando su paisaje en las dehesas de La Giralda y La Montosa. Entre estos tesoros se encuentran en la Rivera restos de antiguos molinos, como el del Salero o el Pantrigo, lagares rupestres y lapas.
A escasos tres kilómetros del casco urbano, la mágica Peña Carnicera, una gran mole granítica en cuya cima una hendidura con forma ocular mira sin pestañear atenta las constelaciones. Para llegar a su cima, una serie de huecos en la piedra facilitan el ascenso. Está considerada uno de los altares rupestres extremeños más singulares y de mayor interés.
Gastronomía en La Mata
En La Mata las citas gastronómicas acompañan cualquier ocasión. Así, si en primavera es famoso su potaje, no son menos famosos su arroz de matanza y el mondongo invernales, las coles con buche en Las Candelas o las tencas en el verano. Imprescindible degustar su chanfaina y frite de cordero en cualquier momento y, para los más golosos, la mormentera, el frito huevo y las rosquillas fritas al toque de ralladura de cítricos.
Publicado en marzo de 2022
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