El día 25 de marzo, festividad de Santa Madrona y San Nicodemo, la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ le rendirá un sonado homenaje a Florentino Velaz Domínguez, hijo del pueblo de El Rubiaco (concejo de Nuñomoral, Las Hurdes). Aprovechando que dicha ‘Corrobra’ participará en el festival ‘Jato’, que se celebrará en Cáceres ese último fin de semana del tercer mes del año, buscará el pertinente hueco en la jornada para honorificar a quien ostenta el título de ser el primer periodista nacido en la comarca jurdana. Este acto forma parte de la trayectoria del grupo ‘Estampas Jurdanas’, ya que, a cualquier localidad adonde ha sido invitado, suele homenajear a algún hombre o mujer elegido por la organización del festejo, debido a variopintas razones.
Unos 30 miembros de ‘La Corrobra’ participarán en el homenaje, todos ellos ‘jateaus d,arriba abaju’ (el verbo ‘jateal’ o ‘jateá’, en Las Hurdes, tiene varios significados; entre ellos, el de ‘ir vestido para la ocasión’), bailarán unas danzas en su honor, se le echarán algunos cantares, se glosará su trayectoria vital y se le entragará ‘El Ramu’: un elegante ramo de madroñera, adornado con cintas y ‘jogazas anisás’. En esta ocasión, dado que los compañeros de ‘La Corrobra’ escenificarán algunos ‘rejuijus’ del ‘Carnaval Jurdanu’ en los actos programados por el festival ‘Jato’, que organiza con buena mano el Patronato de Turismo de la Diputación Provincial de Cáceres, pues el homenaje estará teñido de aires claramente carnavalescos, o del ‘Entrueju’, que es voz más propiamente jurdana. Se llevará a cabo el agasajo cuando el grupo cumpla sus compromisos con ‘Jato’ o enmarcado dentro de su propia marcha.
‘SALÍ DE LAS HURDES, PERO LAS HURDES NO SALIERON DE MI VIDA’
Esta frase está siempre presente cuando a Florentino se le pregunta por sus mundos jurdanos. Hijo de una familia muy humilde (su madre, Feliciana Domínguez Santos, era analfabeta), vio la luz del mundo el 20 de enero de 1956. De chico, fue un trasto y un trasgo, ya que no paraba quieto en parte alguna. Se volvía loco por el mundo de los pájaros. No había otro chiquillo como él para gatear por las paredes y descubrir los secretos de un nido de pardal; o por los troncos de los árboles. Acompañaba muchas veces a su madre con las cabras por las altivas y fragosas montañas jurdanas. Su padre, Ángel Velaz Azabal, como tantos jurdanos, andaba de emigrante temporero por Barcelona, con el fin de ‘buscalsi la gandaya pa mantené la jacienda’. Dentro de aquellos escondidos y estrechos valles, Florentino se sentía feliz. Se extasiaba ante los mágicos atardeceres y gritaba con todas sus fuerzas para escuchar el eco retumbando por los farallones pizarrosos.
Aunque hasta los 6 años no se podía entrar en la escuela, su madre se las valió para que el maestro, don Ramón, lo admitiera sin haber alcanzado esa edad y, así, estuviera más recogido. No era para menos, pues la madre temía por sus escapadas al río ‘Jurdanu, que se cayese del tronco de algún árbol o hiciera otra de las suyas. Florentino era zurdo y, en aquellos años de la terrible dictadura franquista, los maestros debían obligar a que todos los alumnos utilizaran la mano derecha, algo totalmente antipedagógico, pero nada de extraño en unos gobernantes salidos de un golpe de Estado y una guerra civil que ganaron y cuya ideología era de ultraderecha. Mucho le costó a don Ramón, algún pescozón por medio, para que usara con soltura la diestra. Aprendía a toda velocidad, pues gozaba de gran capacidad intelectual. Enseguida se soltó en la lectura y escritura y pasó a ser él, en vez de su tía Manuela, el que escribía las cartas al padre emigrante, según le dictaba su madre, y el que le leía las cartas que aquel enviaba desde Barcelona.
Recuerda con gran emoción el tránsito por la humilde escuela de su pueblo, sobre todo las obras de teatro, en las que él era un actor destacado, como en aquella del ‘Tío Tenajas’. Don Ramón era un maestro de Plasencia, abnegado y con una admirable vocación pedagógica. Sacaba tiempo debajo de las piedras, pues, a pesar de tener más de 60 niños y niñas a su cargo, también se encargaba de dirigir el teatro infantil. Otro maestro, que llegó después, don Loli (Diodoro Domínguez, del pueblo jurdano de La Pesga), sería el que se encargaría de que Florentino, dado su coeficiente intelectual, saliera a estudiar fuera de la comarca. Emprendió camino hacia el internado religioso Pía Sociedad de San Pablo (Padres Paulinos), en Madrid. Realiza aquí el bachillerato, excepto el curso 6º y COU, que los terminará en el instituto madrileño de San Fernando de Henares. Al poco de iniciar el Curso de Formación Universitaria (COU), se puso a trabajar en una fábrica y lo terminaría asistiendo a clases nocturnas. En 1975, inicia la carrera de Periodismo en la Universidad Complutense, que da por finalizada en 1980. Más tarde se licenciaría en Derecho por la Universidad de Extremadura.
PERIODISTA EN ACTIVO
Ingresó por oposición como redactor periodista en la emisora pública Radiocadena española en Cáceres. Posteriormente, esta cadena se fusionaría con Radio Nacional de España (RNE). Fue Jefe de Informativos, en dos etapas diferentes, en RNE-Extemadura, emisora de Cáceres. Contribuyó a la puesta en marcha de Radio cinco Todo Noticias (R5TN). Ostentó el cargo de Director Territorial de RNE-Extremadura hasta el año 2009, cuando se acogió a la prejubilación, originada por un ERE. También ejerció como corresponsal de Diario16 y la revista Cambio16. Resultó ganador del ‘VI Premio Día de Extremadura’, convocado por el Consejo Asesor de RTVE-Extremadura, con su reportaje ‘Las Hurdes reniegan de Buñuel’, publicado en Cambio16. Áccesit del premio del ‘Premio de Periodismo Dionisio Acedo’ por el especial ‘Extremadura Abierta’. Autor de la biografía sobre Juan Iglesias Marcelo, que fue alcalde de Cáceres, publicado por la Diputación cacereña.
En la actualidad, Florentino Velaz, ya jubilado, es vicepresidente de la Asociación de Periodistas de Cáceres. Aunque estuvo colegiado como abogado, nunca llegó a ejercer esta profesión de forma libre. Ahora, cuando toca idealizar pasadas épocas, le asaltan muchos recuerdos de sus amadas Hurdes, a las que defendió a capa y a espada como periodista. Aquel susto cuando, encaramado en un árbol, vio como una enorme culebra asomaba por un tueco del tronco. Pero para susto doble la vez en que, de mozuelillo, se dedicaba con otros dos amigos suyos, a furtivear peces en el río, a la altura del paraje de ‘Vallimulu’. Coincidió que el jefe de puesto de la Guardia civil de la villa jurdana de El Casar de Palomero iba de visita al cuartel de Nuñomoral, con otros números. Se percataron del furtiveo y vieron que eran unos chavales. Con la pretensión de asustarnos, comenzaron a disparar tiros al aire. Nosotros, que los vimos, perdimos el culo y salimos a toda mecha del río, corriendo descalzos por el castañar de ‘Robrijondu’. Estaba lleno de erizos de las castañas, que pinchaban como demonios. Pero los peces quedaron a salvo. Había unos tres quilos. Los repartimos a partes iguales. También recuerda que el amor y, a su vez, el dolor por su tierra, a causa de lo mucho y malo que habían dicho sobre ella, le llevó, nada más acabar la carrera de Periodismo, a emprender, con su amigo José Antonio Pérez Sánchez, un claro, rotundo y desmitificador reportaje sobre el territorio jurdano, que fue publicado en la revista ‘Viajar’, bajo el título de “Nuevo Viaje a Las Hurdes’, ofreciendo, según sus palabras, ‘una imagen laboriosa, moderna y abierta, alejada de la leyenda negra y del estigma que dejó entre muchas personas (entre ellas, yo) el documental ‘Tierra sin Pan’, de Luis Buñuel”.
Con este homenaje, al menos la ‘Corrobra Estampas Jurdanas’ pagará de algún modo la deuda que la comarca de Las Hurdes tiene con Florentino Velaz Domínguez, un hijo de la tierra que puso su voz y su pluma, como periodista, para dar a conocer sus verdades frente a las mentiras de otros muchos, chisgarabises del tres al cuarto y cargados de prejuicios morales y materiales.
Foto superior: Florentino Velaz Domínguez y su padre, Ángel Velaz Azabal ( Archivos: Florentino Velaz)
Texto de Félix Barroso para su columna A Cuerpo Gentil, las opiniones e imágenes publicadas en esta columna son responsabilidad de su autor
Publicado el 17 de marzo de 2023