
Una leyenda, publicada en 1846, en El Fénix, Periódico Universal, Literario y Pintoresco, y recogida en la página descubreleyendas.es de la Universidad Complutense de Madrid recoge un encuentro imaginario entre unos jóvenes artistas, Murillo y Cervantes, y el emperador Carlos V, convertido en monje.
Aunque el episodio es ficticio, revela situaciones de la época como la precariedad de los artistas, que iban de villa en villa buscando maestros que los acogieran en su taller y el retiro del Emperador en Extremadura.
La leyenda tiene escenas jocosas, especialmente entre los jóvenes Murillo y Cervantes que se supone que aún son artistas en formación. Carlos V, vestido de monje los acoge en un monasterio ubicado en Plasencia, aunque el Monasterio de Yuste esté ubicado en Cuacos, a 40 kilómetros de la ciudad.
El relato, además, describe la grandeza de Plasencia, “monumentos maravillosos de la arquitectura fantástica”, aunque acota “con que la engalanaron los árabes durante su dominación”. Murillo recorre la ciudad con asombro y describe las calles y los magníficos palacios, mientras va en busca del taller de Velázquez.
Se trata de una leyenda pintoresca sin autor de El Fénix. Periódico Universal, Literario y Pintoresco, como ya mencionamos, en el nº 16, I, el 18 enero de 1846. Publicada íntegramente en Museo de las Familias (Madrid). 25/7/1844, página 12 y en 1871“Esteban Murillo”, 1871 p.372, firmado por “un contemporáneo”. La edición actual es de Pilar Vega Rodríguez, como recoge la página web citada.

Aunque no se ciñe a la verdad, es una manera fantástica de la época para dar a conocer personajes, situaciones y lugares. La historia quizás fue tomada como verdadera por algunos en los siglos XVIII y XIX, pero lo cierto es que forma parte de esa memoria que ayudó de una forma u otra a que la historia se fijara en el pueblo. Además, su carácter narrativo y anecdótico es tan atractivo, como aquella que contaba el día que un pez volador pasó sobre Plasencia que nos recuerda siempre a nuestra leyenda preferida, la del Ícaro placentino.