
Según cuenta San Lucas en su evangelio, Jesús Niño fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, en torno al Año Nuevo, en las cercanas fechas de este principio de año, dentro de este mes de enero. Una efeméride que la Cristiandad celebra desde el año 567 cuando instituyó como fiesta el día de la Circuncisión de Jesús, con el fin de alejar a los fieles de las mascaradas erótico-salvajes de herencia romana que tenían lugar durante las primeras noches del año en la Galia y en Hispania.
En torno a esta celebración destacamos que ante la avalancha de aficiones desmedidas en la Edad Media y el inicio del Renacimiento por la posesión de reliquias sagradas, la del prepucio de Jesús Niño, el llamado Santo Prepucio, entonces conocida reverentemente como carne vera sacra, fue de las más requeridas.
Aunque hoy sea tomada esta reliquia del Santo Prepucio con cierta mofa, en la Edad Media los fieles la veneraban; se decía que tenía poderes y obraba milagros, pero también porque constituía un negocio de primer orden. Tras las reliquias iban los peregrinos, que dejaban limosnas, lo que se traducía en pingües beneficios, o sea, pecunio y poder. De hecho, con referencia a Jesucristo y su entorno en la Edad Media se citaban veintinueve ciudades europeas que aseguraban poseer los clavos de Cristo; las lágrimas de la Virgen circulaban en frasquitos y hubo hasta sesenta y nueve reliquias registradas con viales que contenían leche de sus pechos… Aparte se prodigaban reliquias de la cruz de Cristo, de la sábana con la que le envolvieron, de los clavos, de las espinas de la corona…Un auténtico negocio. Felipe II llegó a coleccionar siete mil quinientas reliquias de santos, mártires y etc. en El Escorial.
Pero el Santo Prepucio era la principal y más rentable, apareciendo multitud de Santos Prepucios por toda Europa: En Francia fueron célebres los de Chartre, Metz, Charroux, Conques, Langres, Fécamp, Puy-en-Velay y dos en Auvergne. En Alemania fueron famosos los de Hildesheim, como en Bélgica, en Amberes, etc. El escritor renacentista Alfonso de Valdés aseguró haber visto esta reliquia en Burgos y, por supuesto, había una en Roma. Puede que su número alcanzase los ochenta prepucios santos en total.
A veces solo con la imaginación se daban casos singulares. Hubo una monja austriaca, Agnes Blannbekin, del siglo XIV, que cuando rezaba podía sentir el prepucio de Cristo en su boca. Cuando esto ocurría, su cuerpo ardía «pero no de forma dolorosa, sino placentera», escribió en sus memorias…
El prepucio más famoso de Francia fue sin duda el de Charroux. En este caso, la leyenda cuenta que Irene, emperatriz de Bizancio, se lo dio a Carlomagno como regalo de compromiso y este lo llevó a Charroux, que entonces solo era un monasterio en Poitiers, al suroeste de Francia.
Y todo esto sin contar las reliquias de los santos… Los mismos monjes franceses del monasterio de Poitiers, tenían la cabeza de Juan el Bautista, las cuerdas con las que habían atado a Jesús y espinas de su corona. Pero todo se perdió cuando el monasterio se quemó con todas sus reliquias.
En fin, recuerdos e historias para contar, y que hoy traemos a nuestra bitácora debido a la fiesta de la Circuncisión de Jesucristo por estas fechas y la existencia del único monumento de piedra conocido del Santo Prepucio en nuestra comarca de la Vera y quizás en toda España… ubicado en el parquecillo, antes de descender a las Pilas de Collado.
Publicado el 16 de enero de 2023