
Ir al Monasterio de Yuste y no aprovechar para visitar el Mirador de las Ollas es perder la ocasión de disfrutar un espectáculo de la naturaleza que, con las lluvias, es aún más recomendable.
Es todo un balcón a las marmitas gigantes de La Vera, que recuerdan a las de Los Pilones en la Garganta de los Infiernos del Valle del Jerte. Con las lluvias de otoño, el agua corre por estas grandes pozas y el mirador permite verlo desde lo alto de una plataforma de madera con lo que es una escapada ideal para recibir el invierno.

Cómo llegar al Mirador de las Ollas en Cuacos de Yuste
Está a menos de 3 kilómetros del Monasterio de Yuste, última morada de Carlos V en Extremadura, y se accede por unas escalinatas de madera que bajan desde el cementerio municipal de Cuacos de Yuste. Para llegar hasta allí hay que tomar un desvío a la derecha a la entrada del pueblo y recorrer menos de un kilómetro en coche. Hay señales que indican en la travesía de Cuacos el Paraje de las Ollas.
En La Vera lo conocen por la Garganta de Cuacos y hay senderos que conducen aguas abajo o que permiten verlo justo desde arriba, pero tiene sus riesgos por lo resbaladizo del terreno. El mirador, que salva la pronunciada bajada a la Garganta de Cascarones con la plataforma de madera, es la mejor opción por seguridad y porque la panorámica es impresionante.
El Mirador de las Ollas se abrió hace año y medio y todavía es un gran desconocido para muchos pese a la proximidad del Monasterio de Yuste, uno de los enclaves con más tirón para el turismo cultural en el norte de Extremadura. Si bien también Cuacos de Yuste merece un recorrido por su bonito Conjunto Histórico así como en la subida al monasterio, el cementerio alemán de Cuacos de Yuste, el único camposanto alemán de España. Un lugar lleno de paz en plena naturaleza donde reposan jóvenes combatientes de las dos guerras mundiales.