
En El Marco a cuatro kilómetros de La Codosera está el puente internacional más pequeño del mundo. Son pocos metros de estructura sobre el arroyo Abrilongo que sirve de frontera natural entre España y Portugal. Es un lugar solitario, con pocas casas de un lado y del otro, al que van curiosos o turistas que quieren ver esta simbólica frontera.
El día de nuestra visita al puente, vimos una pareja que cruzaba de forma decidida en dirección a Portugal y entraba por una pequeña puerta identificada como Casa Palmeiro. Desde fuera no se sabía si aquello era un bar o una tienda. Al salir les preguntamos y dijeron que venían de Almendralejo, en Tierra de Barros, a comprar un “cuchillo para la sandía” y unas tijeras, porque era una tienda típica portuguesa y tenían muy buenos productos. Con esa referencia entramos a lo que fue un viaje en el tiempo, primero el dependiente encendió la luz, que había apagado cuando salieron los clientes, y nos recibió amablemente. En los estantes se exhibían conservas, licores, utensilios del hogar y del campo, todo limpio y ordenado, aunque algunas cosas parecían tener mucho tiempo esperando en aquel sitio.
El dependiente hablaba español, pero cuando dijimos que nos gustaría practicar portugués no volvió a decir una palabra en nuestro idioma. Además, resultó ser un buen profesor, porque cuando no recordábamos el nombre de algún utensilio al que se refería corría a buscar uno para mostrarlo. Se llama Jose Maria y desde los 11 años, ahora tiene 59, trabaja allí en la que era la tienda de sus padres. Tiene una conversación animada y envuelve los productos que vende en papel, muy lentamente, luego los pega con cinta adhesiva, mientras alarga la conversación. El tiempo parece detenerse en aquel sitio, donde no hay internet ni la posibilidad de pagar con tarjeta, no tiene correo electrónico, pero tiene un huerto, muchas historias y una higuera enorme en el patio que da sombra y muchos higos.
Si cruzan el puente de El Marco, en La Codosera, no duden en saludar a Jose Maria, los cuchillos son estupendos, pero estar en su tienda y conversar con él, es inolvidable.

Publicado en julio de 2022