
Que el acto creativo es un hecho que nos acerca a lo espiritual y nos define como seres humanos es un hecho incuestionable. ¿Qué puede haber más cerca de Dios que el acto de crear?

Los que se enfrentan a una idea, un lienzo en blanco, un bloque de madera o cualquier material para tratar de decirnos desde el interior lo complejo que es vivir, saben que no es tarea fácil, ni cómoda. Que la elección de trabajar el medio plástico pone en danza los recuerdos, las vivencias, los miedos y los monstruos que nos devoran la cabeza y que hay que sacarlos para parecer más humanos o para acercarnos a lo divino, y elevar nuestro espíritu.

Arte sacro contemporáneo en Plasencia
La exposición “Arte y espiritualidad en la era moderna” nos invita a pensar cómo ser y estar en este mundo. Todos reconocemos los códigos y lenguajes tradicionales: un retrato, un descendimiento, una Virgen María o un Ecce Homo. Pero cuando Lourdes Murillo nos coloca un Homenaje a San Pablo en el que la luz se transforma en pan de oro y nos invita a dialogar con los silencios o cuando Emilio Gañán nos presenta un mantra en blanco y negro, estos códigos hay que estudiarlos y descifrarlos.

Lo que tienen en común una obra de arte y un ser humano es que, de la misma manera que se afirma el alma de un hombre o una mujer, también pueden afirmarse en una obra de arte un alma y una personalidad propias. El alma se expresa a través del estilo que es necesario para preservar la inspiración. Pienso en La Pasión de Juana de Arco (1928) de Carl Theodor Dreyer.

Javier Cano y Nuria M.ª Franco han sabido orquestar una exposición eufónica sobre arte sacro contemporáneo en la que suena a la música de Mussorgsky de la mano de José M.ª Larrondo, en la que se percibe el gemido tenue del Agnus Dei de Abigail Narváez o que nos transporta al “Eden” de Juan Carlos Aguilar y al Gran Patio de los olivos de Florentino Díaz. Spiritualitas in arte hodierna reúne miradas llenas de dolor y angustia de la mano de Barjola, Narbón y Guayasamin, junto a otras de ironía y humor, como sucede con la obra de Mª José Gallardo, Veronica Bueno o Antonio Gómez. O la mirada es dulce y amable, como en los cuadros de Luis Canelo, Pedro Gamonal o Miguel Calderón. Tampoco faltan los homenajes a Zurbarán, nuestro maestro de la luz, las sombras y los tejidos. Hasta el arte sacro de nuestros pueblos de colonización tiene su espacio.

Spiritualitas in arte hodierna
Es una exposición de tesis en la que se plantea una revisión del hecho religioso a través de autores que trabajan en Extremadura. No están expuestas todas las obras seleccionadas por Javier Cano y Nuria M.ª Franco por falta de espacio físico, lo que me parece lamentable, pero los que están nos dan una idea veraz del arte contemporáneo.
Va a ser muy difícil que en Plasencia podamos volver a ver reunidos autores como Magdalena Leroux, Oswaldo Guayasamin, Juan Barjola, Ángel Duarte, Wolf Vostell, Enrique Pérez, Comendador, Juan de Ávalos o Rosa Telesforo Gumiel, por mencionar algunos.
Muchas obras se han traído de colecciones privadas y públicas como el MEIAC y el Museo de Bellas Artes de Badajoz, El Museo de Zurbarán en Fuente de Cantos, La Fundación Guayasamín de Cáceres, El Museo Pérez Comendador-Leroux de Hervás o La Diócesis de Plasencia. Detrás de esta exposición hay también un trabajo de investigación profundo y riguroso que complementa el conjunto expositivo de Las Edades del Hombre que hasta diciembre está en Plasencia.

Hasta mediados del mes de agosto, en la Sala de Exposiciones de Las Claras tienen un lugar donde recrearse.