“El consuelo de levantar la cabeza a la luz, a cielo abierto, el consuelo de los colores iluminados por el sol a los ojos de los hombres”. Así empieza Cielo sobre Berlín de Win Wenders. Y nos lo cuenta susurrando porque a Wenders le gusta cómo escribe Peter Handke.

Soles que atrapan la luz y lucen como rosetones en el Museo Etnográfico Textil de Plasencia

Las catedrales góticas se llenan de luz y de colores gracias a las vidrieras que crean en su interior atmósferas cargadas de espiritualidad y belleza A las formas en piedra que definen esas vidrieras se les llama tracerías, por aquello de trazar o dibujar un arco, una circunferencia o cualquier otra forma curvilínea. De la manera de construir para lo divino nos habla la Catedral de Plasencia, que durante varios meses alberga una exposición de arte sacro de gran interés: Las Edades del Hombre, en su XXVI edición.

El Museo Etnográfico Textil de Plasencia ha preparado para esta ocasión una exposición que habla de tracerías, luces y soles. Este museo alberga una de las colecciones más importantes de arte textil de España y la que hoy les presento se titula “Soles que atrapan la luz”, que es obra de Rosario Serrano Serrano, mi madre. Mientras escribo estas líneas, recuerdo una exposición en el jardín Botánico de Madrid de la madre de Miquel Barceló con obra textil a base de coloridos bordados a cadeneta de gran formato y haber leído entonces, en los titulares: “Mi madre hace barcelós”.  

Rosario es artesana y guía voluntaria en el Museo Etnográfico. A sus 79 años, ha creído oportuno investigar sobre un trabajo de aguja que esconden algunas piezas de ajuar del museo decoradas con unos círculos llamados “Soles del Casar”. Esta labor radial envuelta en la categoría de bordado erudito en blanco sobre blanco tiene una relación directa con las tracerías de los rosetones góticos, y de ahí la conexión de esta exposición con el arte sacro.

Arte y artesanía en este caso son uno, ya que la exposición se concibe como una instalación creada por y para el museo a través de las dos plantas que alberga la colección Pérez- Enciso. La aguja dibuja, cose y teje en una urdimbre radial sobre un bastidor rígido. Esta es la base de la creación de los llamados “Soles del Casar”, encaje de aguja cuyo único color es el blanco. Y siendo fiel a esta premisa, Rosario ha concebido los modelos de los soles que cuelgan de las ventanas del museo donde la luz atraviesa los barrotes del edificio para dibujar la sombra de lo creado. Y si paseas por el exterior del edificio podrás observar que algo en su interior está sucediendo.

Acompaña a la exposición un catálogo editado por la Diputación de Cáceres con texto de May González Santana, quien ha puesto en orden la escasa documentación existente sobre este tipo de bordados en la península y fuera de ella. 

Además, los alumnos de 3º de ESO y 4º PRAGE del IES Sierra de Santa Bárbara han realizado unos trabajos con hilos de colores llamados “ojos de dios”. También ellos han querido acercarse al mundo textil desde la práctica artística. 

Todo esto le espera al visitante de este museo, interesantísimo en contenido y continente, que un día fuera Hospital de Santa María. El arte es también otra manera de curar, cuando menos de ese mal endémico de nuestra época que son la ignorancia y la superficialidad.

Publicado el 25 de mayo de 2022

Texto y fotos de María Jesús Manzanares para su columna Vuelan Miradas