Search

La primavera que viene

Casi sin darnos cuenta, nos encontramos de nuevo en la primavera de este angustioso 2022 y sus precedentes, que nos tienen los ánimos enteleridos, sin dejarnos apenas respirar: crisis económica, pandemia, volcán y ahora guerra… Pero hemos de seguir, caminando, dando pasos y viviendo o sobreviviendo con la esperanza de que tras tantos trastornos algún día llegue la paz, esa que teníamos antes y tanto anhelamos en todos los estratos sociales. Pero continuemos caminando, como nos animaba Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…” 

            planVE, vía internet, uno de los hilos que unen a la prensa, cumple también sus años. Desde el día que recibí en mi hotel Alcor del Roble, en la Vera, la visita de Merche y Mariam para colaborar, y que, junto con Pilar, son las columnas que sostienen la publicación como Guía de Ocio de Extremadura, ha pasado cerca de una década. A ellas las veo aparecer por Facebook siempre sonrientes e ilusionadas con nuevos proyectos. Para mí, como para todos los lectores me imagino, son una imagen de la ilusión y la esperanza en medio de este mundo, receloso aún con el Covid y horrorizado en estos momentos por la ambición y el clima bélico. Con la intransigencia de las restricciones, a veces me parece que ha pasado demasiado tiempo, como si la vida perteneciera a una época distinta y demasiado lejana. Pero ellas, las creadoras de Plan-ve, se mantienen ilusionadas con éste y otros medios, y nos animan a continuar caminando. Gracias. 

            Por aquí, seguimos escribiendo, que es lo nuestro, amordazados por la pandemia, pero disfrutando de la naturaleza floreciente, que es lo que sucede cada año en los umbrales de la primavera: los almendros florecieron como ramos blancos de novia en febrero y ahora, en marzo, las mimosas perfuman el aire, mientras los cítricos saturan los vientos de azahar y en las yemas de los cerezos apunta la floración. Y, como siempre, la sierra, que hay días que aparece encapuchada por unas horas de la blancura de la nieve, y apunta que este año puede ser seco. 

            Yo respiro profundamente el aire limpio de la tierra… el tiempo ha pasado, y me viene a la mente aquella frase que tengo grabada, cogida de no sé dónde, en consonancia con estos tiempos de ambición, guerra y destrucción: “Cuando el último árbol sea talado y el último río envenenado, entenderemos que no se puede comer el dinero”. Pero aún nos resta la esperanza… 

¡Feliz y grata primavera! 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar

La Virgen de Guadalupe protegió el primer viaje de Carlos V a España

El 23 de enero de 1516 fallecía en Jaraicejo (Extremadura) Fernando el…

Rutas gastronómicas

Por fin, marzo y la primavera entre nosotros, como suena el minueto…

El mazapán predilecto del Emperador Carlos V

Alguien, de cuyo nombre no quiero acordarme (por aquello de que mi…

Entre encinas anda el juego

La comarca del Valle del Alagón puede presumir de tener uno de…
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de sus datos para estos propósitos. Ver preferencias | Más información    Más información
Privacidad